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Juan Guaidó, ¡de mal en peor! José A. Amesty

El pasado 5 de enero de 2022, durante la instalación de la Asamblea Nacional en Venezuela, para el período 2022-2023, el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, dedicó unas duras palabras a Juan Guaidó y a quienes lo apoyan en la supuesta “asamblea nacional” que él dice presidir, tras haber anunciado el 3 de enero de 2022, la supuesta continuidad de la misma, a pesar de que su período constitucional venció hace un año, en enero de 2021.

Sus palabras fueron: robó al pueblo de Venezuela. ¡Ya está bueno! ¡Se acabó! ¡Tiene que responder ante la justicia”!

Y es que su historial de robo, lo resume el mismo Jorge Rodríguez: Según datos obtenidos de información publicada por la supuesta “asamblea nacional” de Guaidó, en el período 2020-2021 se les asignaron 382 millones de dólares. De ellos, 36,6 millones de dólares se asignaron a los llamados “héroes de la salud”, aunque Rodríguez aseguró que ningún trabajador de salud venezolano ha recibido nada de ese fondo. Se repartieron 8 millones de dólares a la “asamblea nacional” (de Guaidó), 23 millones de dólares a “seguridad y defensa de la democracia”, 198 mil dólares a la junta directiva de Corporación Venezolana de Guayana CVG (nombrada por Guaidó) y 198 mil dólares al Banco de Desarrollo Bandes. En total, habría recibido 332 millones, 873.775 dólares, de los cuales Guaidó ejecutó 290 millones y quedaron 49 millones, “todo ello depositado en cuentas en Estados Unidos, de dinero que pertenece a Venezuela, que no se sabe dónde están”.

Además, Rodríguez informó de otros 841 millones de dólares que, según el gobierno de España, Colombia y EEUU, se les entregó a Guaidó para ayuda humanitaria, que -aseguró- no han sido recibidos por ningún venezolano.

Explicó que el dinero recibido en 2020 y 2021 por Guaidó y su grupo ascienden a 1.223 millones de dólares. “Recibió más de 1.600 dólares por minuto en 2021”, aseguró. También leyó un comunicado del Departamento de Estado, según el cual Guaidó ha recibido 1.900 millones de dólares para ayuda humanitaria, de desarrollo y salud.

En total, sumando ambas cifras, Guaidó habría recibido 3.100 millones de dólares, según Rodríguez, con lo cual se hubiera podido comprar 442 millones de dosis de vacunas contra el Covid-19 para vacunar a toda América Latina y el Caribe. O, hubiera servido para vacunar a las y los venezolanos contra el Covid-19 por 22 años.

Ante esto, Rodríguez instruyó a la comisión especial conformada en enero 2021, para investigar los crímenes hechos por la AN 2015-2020, coordinada por el diputado José Brito, es decir, “incorporar en un lapso de 7 días los delitos que se perpetraron hace dos días y que son confesados por los propios autores de esos delitos. Porque, si usted se reúne con otros cómplices de robos y dice: ’20 millones para ti, 8 millones para ti, 300 millones para mí’, usted está cometiendo el delito de robo”.

Pero, además, ya desde el año pasado 2021, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, informó que esa institución abrió una investigación al exdiputado Juan Guaidó por “usurpación de funciones” de la empresa Monómeros, filial de la estatal Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA) en Colombia.

A través de su cuenta en la red social Twitter, el Fiscal General informó que fueron designados dos fiscales nacionales para encargarse de la averiguación oficial, motivada a la Usurpación de Funciones, Conspiración, Hurto Calificado de Activos, Asociación para Delinquir y Traición a la Patria de Guaidó, quien esta semana “avaló” la confiscación de la empresa por parte del Gobierno de Iván Duque.

Esta decisión tiene lugar luego de que Guaidó dijo, que la decisión de las Supersociedades de Colombia de intervenir la compañía venezolana en ese país, Monómeros era necesaria.

A su vez, la vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, difundió el video donde el autoproclamado dirigente oposicionista venezolano, aceptaba el saqueo colombiano de la empresa Monómeros.

Según Guaidó, reseñan medios colombianos, el Gobierno del presidente Iván Duque intervino Monómeros “para defender los intereses del pueblo venezolano”, del que dijo que es “un gran aliado”:

Monómeros, filial de la estatal venezolana Pequiven, propiedad de PDVSA, fue entregada por el Gobierno de Colombia en 2019 a la oposición venezolana liderada por Guaidó.

Breve Historia de Juan Guaidò

Guaidò, se autoproclamó, en una plaza pública en Venezuela, el 23 de enero del año 2019, como presidente “encargado” del país, desconociendo al Presidente electo constitucionalmente Nicolás Maduro Moros. Gracias a Donald Trump, a su apoyo, al “arriarlo” en esa aventura, pone de moda el término “autoproclamado”. ¿Quién es este personaje?, primero digamos quien no es, según tres baluartes del periodismo objetivo, y la defensa de la democracia, New York Times (alguien “con un refrescante estilo y una visión para hacer avanzar” a Venezuela), Bloomberg News (insiste en que Guaidó intenta “restaurar la democracia”) y el Wall Street Journal (lo declara como “nuevo líder democrático”).

Al mismo tiempo, según los periodistas norteamericanos Dan Cohen y Max Blumenthal, primero lo más simple, Guaidó es miembro del partido Voluntad Popular, fundado por Leopoldo López y protagonista de los enfrentamientos llamados “guarimbas” que costaron la vida de un par de cientos de venezolanos entre 2014 y 2017 (lo que nadie te dice es que 70% de los muertos fueron chavistas).

Lo anterior, hacen de Juan Guaidó una persona, para desconfiar, agregando además que, Guaidó era un dirigente estudiantil de la Universidad Andrés Bello. Aparentemente fue uno de los cinco estudiantes venezolanos enviados por el NED a Belgrado en 2005 (Guaidó tenía en ese entonces 21 años), para ser capacitado por CANVAS. Este último es un grupo de entrenamiento para “protestas no violentas” responsables por varias “revoluciones de colores” como la de los neonazis de Ucrania.

En 2007, Guaidó se recibió de la universidad y viajó a Washington para estudiar con Luis Enrique Berrizbeitia, un ex director ejecutivo del FMI, uno de los principales economistas neoliberales de América Latina. Eso sí, poco después de comenzar sus “estudios” Guaidó era parte del grupo fundador de la Generación 2007: una organización de estudiantes entrenados por CANVAS y financiado por Washington cuyo objetivo, era derrotar la reforma constitucional chavista de ese año. Según los emails del embajador norteamericano en Venezuela en 2007, “el objetivo de Generación 2007 era forzar al gobierno venezolano a reaccionar con represión”, todo para crear un “evento internacional”. Guaidó fue uno de los personajes identificados como dirigentes de esas protestas.

En noviembre de 2010, Guaidó y otros dirigentes de Voluntad Popular participaron de un seminario secreto de cinco días en el hotel Fiesta Mexicana de la Ciudad de México. El seminario fue organizado por Otpor, una institución dedicada a “los cambios de régimen” financiada por Washington. A su vez, el dinero del seminario provino de la petrolera mexicana Petroquímica del Golfo y la banca JP Morgan. Durante el seminario, según los emails de uno de los participantes, se planificó la desestabilización del gobierno de Venezuela, incluyendo el asesinato de Hugo Chávez y luego el de Nicolás Maduro. Las guarimbas de 2014, fueron parte de esa campaña, y en diversos videos se pueden ver a los dirigentes estudiantiles con camisetas que dicen Voluntad Popular. Entre ellos estaba Guaidó.

El gobierno venezolano detuvo a varios de los dirigentes de Voluntad Popular, acusándolos de terrorismo y de tenencia de armas de guerra. Esto parece haber favorecido a Guaidó, que pasó de dirigente fundador, pero secundario, a ser el portaestandarte de Voluntad Popular. En diciembre de 2018, Guaidó viajó en secreto a Washington para planificar las movilizaciones en contra de Maduro, que ocurrieron en enero de 2019. El 5 de enero, antes de regresar a Venezuela, Guaidó fue nombrado presidente de la Asamblea Nacional, y 18 días más tarde se autoproclamó “Presidente a Cargo” de Venezuela (un título que constitucionalmente no existe). Rápidamente Washington se movilizó para reconocerlo mientras presionaba a sus aliados y títeres para que hicieran lo mismo.

Así, Guaidó no salió de la nada, así como tampoco es un demócrata preocupado por la vida de los venezolanos. En síntesis, según los periodistas mencionados, Juan Guaidó es el producto de un proyecto estadounidense de una década, supervisado por los entrenadores de élite del cambio de régimen. Mientras se hace pasar por un campeón de la democracia, Guaidó ha pasado años al frente de una violenta campaña de desestabilización.

Según el analista venezolano Diego Sequera, Guaidó sigue siendo lo que siempre ha sido: un proyecto favorito de fuerzas externas cínicas. “No importa si él se estrella y se quema después de todas estas desventuras”, “Para los estadounidenses es prescindible”.

Su mayor perla ha sido ¡Autorizar una intervención humanitaria!

Para ir concluyendo, debemos enfatizar que Juan Guiadò, se ha convertido en un cadáver insepulto. En estos momentos, Juan Guaidò está pasando por el peor momento político, dicho por una emisora radial fiel al ex diputado: pese a renovar su mandato un año más como presidente interino, Juan Guaidó afronta hoy su momento político más comprometido. Se ha enfriado el entusiasmo de la ciudadanía; aumentan los críticos dentro de sus propias filas; carece de instrumentos para hacerle frente al chavismo y enfrenta acusaciones por malos manejos de los recursos que administra el gobierno interino. Luce, además, particularmente expuesto frente al aparato judicial oficialista.

Se señala además que, la extensión de un nuevo mandato a Guaidó, no puede ocultar las claras grietas anímicas e interpretativas que en este momento surcan el panorama de la oposición venezolana, inmersa hoy en un nuevo extravío. En particular, en sectores de los partidos Primero Justicia y Acción Democrática crecen las voces disidentes que cuestionan lo obsoleto del interinato (de Guaidò) y el agotamiento de la ruta trazada en 2019, para hacer posible el regreso de la democracia plena a Venezuela.

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