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La guerra-mundo y las nuevas formas de esclavitud

Intervención de nuestro compañero Joaquín García Arranz, del Frente Antiimperialista Internacionalista, en la Conferencia Internacional Contra Todas las Formas de Esclavitud que se celebró en Madrid los pasados días 28 y 29 de abril.

La esclavitud no como una forma de perversión de ciertos individuos que llevan al extremo la explotación de seres humanos hasta unos grados que la humanidad considera de tiempos pasados, sino como una consecuencia directa de la expansión imperialista que no repara en límites para sostener la tasa de ganancia, hoy a nivel globalizado, que está en su propia lógica.

 

EL CAPITALISMO, UN SISTEMA PRODUCTOR DE ESCLAVOS

Buenas tardes a todas y todos,

Desde el FAI queremos transmitir a todos los delegados aquí presentes y a quienes nos escuchan a distancia un SALUDO fraterno y solidario, y una entusiasta felicitación por haber recuperado la lucha contra esa lacra tan vergonzosa de nuestro tiempo como es la esclavitud en cualquiera de sus formas. Todos los movimientos sociales y políticos de raíz emancipadora nos sentimos inequívocamente convocados a participar en este empeño.

El FAI, una organización joven, que entronca con una tradición muy consolidada y múltiples experiencias organizativas en torno al antiimperialismo, quiere unirse a vuestra iniciativa aportando como colectivo, si no la experiencia de algún sector concreto de los esclavizados, sí el análisis y la praxis de la confrontación con el imperialismo que, a nuestro entender, con sus guerras de recolonización, alienta por doquier el auge del nuevo esclavismo.

Es una lógica consustancial con el sistema capitalista actual que, como todos sabemos, funciona bajo el principio de acumulación por desposesión, lo que genera incesantes guerras de naturaleza imperialista e instaura regímenes al servicio del gran capital. Esa misma lógica de expansión y acumulación ilimitadas provoca la aparición de situaciones de sobreexplotación y esclavitud de las personas más vulnerables.

Las Nuevas formas actuales de esclavitud, que en algunos aspectos son más crueles que las del pasado, no son un mero residuo de s. XVII-XVIII, sino un producto del orden político y social globalizado en que estamos viviendo. Tienen que ver con la pugna del capitalismo, y de sus clases dirigentes, por mantener sus privilegios a costa de las grandes mayorías sociales, incluso si ello significa devastar el planeta y condenar a millones de personas a la esclavitud, el hambre y la muerte.

La necesidad de acumulación constante de capital y de poder explica la conexión entre la esclavitud, el capitalismo global y la guerra-mundo, entendida ésta como el uso sistemático de la violencia a escala planetaria por parte de un conjunto de grandes potencias, lideradas por los Estados Unidos, mediante la cual conquistan nuevos mercados, se apropian por la fuerza de recursos ajenos, imponen globalmente sus intereses, disciplinan a los trabajadores y tratan de amedrentar a quienes se resisten.

Es lo que hemos visto en las últimas décadas con la agresión militar a países como Afganistán, Pakistán, Iraq, Libia, Ucrania, Somalia, Mali, Sudán, Siria o Yemen; y lo que seguimos viendo en el genocidio contra el pueblo palestino o con la desestabilización de países en América Latina. La guerra mundo continúa multiplicando el número de desplazados forzosos, multiplicando muros y vallas y, a la vez, desarrollando procesos de trata de personas, de sobreexplotación y de esclavitud.

El drama de los nuevos esclavos es en buena medida un efecto diferido y dramático de esas intervenciones occidentales -con ejércitos propios o a través de milicias interpuestas y de servicios de inteligencia- en países de alto valor estratégico, por sus recursos naturales, por su ubicación geopolítica, o porque desafían os intereses del Capitalismo occidental.

Pero no todo es fácil para las ambiciones de los amos, que son las ambiciones del capital global. Frente a sus inhumanos intereses surgen múltiples ejemplos de resistencia, a la que todos nosotros somos convocados. Las resistencias contra la dominación, contra el sometimiento arbitrario y contra la esclavitud en cualquiera de sus formas, son hoy un reto histórico al que no podemos ni queremos volver la cara. Un reto que pasa por desplegar una solidaridad internacionalista que fortalezca comunidades, pueblos, países y bloques regionales frente a cualquier forma de esclavitud y de sometimiento imperialista.

¡Avancemos decididamente en ese compromiso!

(Descargar al texto, en PDF)

 

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