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La guerra vertiginosa: Colombia. Venezuela le pone el freno al sueño Trump-Faller

El primer sueño con nubarrones, Trump- Faller: Colombia, posible plataforma para el despliegue rápido del ejército de los EEUU

Los gobiernos de EEUU y de Colombia están estudiando las posibilidades de que el segundo de ellos se convierta en un gigantesco portaaviones para el ejército de los Estados Unidos. Este último encontraría varios puertos para la entrada de sus buques y soldados, en cantidades masivas. La mayor parte de las fuerzas militares operativas serían estadounidenses o mercenarias; contratadas por los dos países, o por terceros que se sumen a la empresa recolonizadora. Obviamente, en el ataque a Venezuela, se incorporarían con todos sus efectivos movilizables, las FF.AA. colombianas.

Es también evidente que Colombia implosionaría bajo la enorme presión de todos los conflictos pendientes. Es decir: las FARC, el ELN y -en general-, la lucha de los campesinos contra los terratenientes que los desalojan, sirviéndose, estos últimos, de un estado narco-paramilitar al servicio de los EEUU.

Reaparecerían las fuerzas guerrilleras a ambos lados del país. El propio “establecimiento” colombiano encontraría su temido premio por tantos años de represión sistemática que ha roto con los Acuerdos de Paz de La Habana y ha vuelto a los “falsos positivos” y al asesinato de líderes y lideresas sociales. La implosión en Colombia se extendería, ante la perplejidad de los Estados Unidos, por todo el continente. En el sueño Trump-Faller no aparece todavía la irrupción del Eje Continental1 de rebeldía.

El segundo sueño de Trump-Faller: la fuerza incontenible del Imperio

Según afirma prepotente y ufano el Jefe del Comando Sur almirante Craig Faller que, como tal, es Jefe de la IV Flota, él activaría a todos los buques e instalaciones que están bajo su jurisdicción, fundamentalmente las asignadas a la IV Flota, con la movilización operativa de todos los buques e instalaciones que pueden operar bajo su mando.

La zona de responsabilidad de la IV Flota es el de todas las operaciones que “puedan realizarse en el Caribe, América Central y América del Sur”; de modo que el Jefe del Comando Sur (que es también el Comandante en Jefe de la IV Flota), puede utilizar todos los recursos navales, aéreos y terrestres de las bases norteamericanas en el Continente.

Solo en América Latina se calcula la existencia de unas 80 bases de todo tipo.

Eso no es todo, evidentemente. El asunto es complejo porque el Pentágono y su comando naval pueden asignar fuerzas desde otras Flotas, fundamentalmente grupos de Portaaviones, buques de transportes de tropas de infantería de marina, fuerzas especiales, y unidades de los mandos terrestre y aéreo para consolidar las posiciones y ocupar finalmente los países agredidos.

El tercer sueño Trump-Faller

Faller -bajo el mando de Trump- podría recurrir a los efectivos militares presentes en todas las bases aéreas, terrestres y navales de los EEUU extendidas por el mundo.

También trataría de reclamar al Pentágono a todas las fuerzas necesarias de los países de la OTAN, fundamentalmente los que conservan colonias en el Caribe y en la Guyana; y aquellos, como España, que se sienten llamados por su pasado imperial y por su propio apropiamiento neocolonial de algunas de grandes empresas venezolanas. Como desean los EEUU que suceda en Venezuela -y como existe ya en Colombia-, Washington ordena al presidente del estado español y a sus posibles sucesores o coaligados que paguen la elevadísima cuota de la OTAN y retiren, simultáneamente, los gastos sociales. También, por supuesto, que mantengan silencio sobre este delicado asunto que empaña hasta la opacidad más absoluta, la reiterada transparencia de casi todos los partidos.

Dicha usurpación secundaria y subordinada al de las empresas estadounidenses, se reactivaría, con las migajas decididas por el Imperio, con la vuelta del fascismo a Venezuela y con la reactivación del fascismo en España. En cuanto al fascismo -entendido como imperialismo armado y como uso indiscriminado de la violencia sin limitaciones-, hace ya mucho tiempo que se ha reactivado en los EEUU.

La puesta en marcha de sus doctrinas primarias, elementales en su falsedad, pero muy eficaces: del “Patio Trasero” o del “Destino Manifiesto”, lo han puesto en evidencia. También lo han hecho así con las brutales intervenciones armadas que implican el uso de armas de destrucción masiva, muy reales aunque distintas a las que no tenía Sadam Husein.

Toda la política exterior del estado español durante el bipartidismo PP-PSOE, ha sido muy belicosa con la República Bolivariana en el terreno político, económico e ideológico. El Gobierno español se ha identificado -sin grandes problemas de legitimidad ni freno ante el genocidio-, con la “comunidad inviolable” de intereses compartidos con la Alianza Atlántica, la UE y con sus aparatos armados. Estos se forman en grupo operativo (Task Group) de la propia Alianza Atlántica; o en algún conglomerado de alianza variable de varios miembros de la OTAN, con los EEUU y sus aliados locales. La flexibilidad política, armada y jurídica internacional es absoluta; tal como señalaba hace dos días Delcy Rodríguez, Vicepresidenta de Venezuela, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

En ese contubernio con los EEUU, al margen de la bipolaridad sin fisuras en los llamados “asuntos de estado” y del mayor o menor énfasis público, el elemento fundamental en España ha sido el PSOE. Su importancia es que ha colocado el sello “progresista” en la creación de una “opinión pública” muy agresiva contra Cuba y Venezuela a través del conjunto orgánico y funcional de los medios de comunicación: de Falsimedia.

Dicho logro, parcial, ha sido posible al asentarse sobre una información tendenciosa y falsa, y un desconocimiento grave de los procesos de dominación del Imperio. El objetivo principal del Gobierno ha sido la despolitización total y esencial de la población, que sirve de cobertura a la ausencia de solidaridad interna e internacional entre grupos que se sienten afectados y movilizados solo por los problemas que les afectan directamente.

La frase, muy usada por todos los partidos políticos: “trabajamos protegiendo los intereses que más afectan a la población”, o con más crueldad. “trabajamos según las demandas de nuestros votantes”, resumen este proyecto compartido de dominación, control exclusivo de la información, y de insolidaridad.

Para ellos, apoyar el derecho de Venezuela y de Cuba, entre otros, a su propia soberanía y autodeterminación, sería tanto como reconocer su traición al pueblo por la continua represión en Euskadi y Cataluña, la cesión de soberanía ante los EEUU y su silencio ante las acciones genocidas de la Alianza Atlántica.

Gobernar Venezuela con Órdenes Ejecutivas del Presidente de los EE.UU.

Esta avalancha militar del tercer sueño Trump-Faller supondría la eliminación de todas las instituciones políticas (empezando por la odiada Constitución bolivariana), militares y civiles en Venezuela. Llevaría a la consolidación de una nueva pseudoconstitución formada por la acumulación de Órdenes Ejecutivas ya redactadas en inglés por la Oficina de Destrucción y Reconstrucción que manejan los Secretarios de Estado a través del futuro virrey de Venezuela (algún delegado de Mike Pompeo).

Inmediatamente serían traducidas al castellano por el mando militar (si hay resistencia), o por alguna figura que responda con obediencia a los intereses de Washington. Ese sería el ya viejo presidente autonombrado: Guaidó, u otro cualquiera de los varios que han rendido pleitesía y han demostrado su fidelidad a EEUU. Todos ellos han afirmado, como prueba de fuego, la necesidad de imponer y mantener el embargo económico y el robo de bienes y divisas, a pesar del costo económico terrible y el hambre que están sufriendo las clases populares en Venezuela. Todo ello a pesar de los enormes esfuerzos del gobierno de Nicolás Maduro.

Ya he dicho en otros artículos que los EEUU tienen varios límites a su proyecto global de dominación del mundo. Pese a los sueños de “TrumpFaller” no habría fuerza política o militar capaz de contener a los pueblos del continente.

El gran proyecto Latinoamericanista de Bolívar, Martí, Fidel y Maduro

El Gobierno de EEUU y el gobierno interpuesto de Colombia –gobierno “quisling2-, supieron que las palabras del general Pedro Carreño no iban en broma y que uno de los capitanes de Chávez en la rebelión del martes 2 de febrero de 1992, estaba recordando el curso probable de la guerra en territorio colombiano si este país se metía en “camisa de once varas”.

Por ejemplo: autorizar el uso de las 8 bases militares de los EEUU en territorio colombiano con el supuesto mismo con el que la Comisión Permanente del Grupo de Lima ha convocado la activación del TIAR. La activación de tales bases necesita la aprobación del Congreso de Colombia pero todo el mundo sabe que esto es un “requisito formal”.

Militares y contratistas norteamericanos por todas partes

Lo que sí hay son bases colombianas con una presencia casi constante de personal militar y contratistas estadounidenses”, dijo a la agencia francesa AFP, Adam Isacson, director del Programa de Veeduría de Defensa de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA). “En ninguna base en Colombia hay un comandante estadounidense, ni se iza la bandera de Estados Unidos”, agregó.

Los buenos chicos -añado yo- llevan bandera norteamericana en sus uniformes pero en la puerta de las bases e instalaciones ondea -“soberana y libre” por supuesto-, la bandera de Colombia. Así ocurre en las bases e instalaciones españolas.

Venezuela activa el Consejo de Defensa de la Nación

La reacción del Gobierno de Venezuela al observar los movimientos de tropas en la frontera colombiana, las anunciadas maniobras conjuntas (otra vez con la excusa humanitaria) y su acompañamiento en las amenazas continuas de invasión del binomio Trump-Faller; ha sido contundente:

-La primera es el bloqueo inmediato de la jugada de Guaidó para entregar una parte del territorio venezolano La Guyana-Esequibo a la actual colonia holandesa pasando por encima de las resoluciones de la ONU.

-La segunda es la puesta en marcha inmediata del Consejo de Defensa de la Nación por el Presidente Nicolás Maduro:

He entregado como Jefe de Estado al Consejo de Defensa de la Nación la conducción colectiva de esta coyuntura de amenaza real, de violencia, de conflicto armado y de ataque de parte del Gobierno guerrerista y criminal de Colombia contra nuestra pacífica República Bolivariana de Venezuela”, aseveró este lunes el presidente Nicolás Maduro en el Salón Simón Bolívar, Palacio de Miraflores, Caracas.

Explicó que esa instancia de máximo nivel del Estado venezolano se activó como lo contempla el título VII, artículo 323 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, para abordar situaciones estratégicas, estructurales, coyunturales de la más alta importancia para el país. (Resumen latinoamericano).

Artículo 323. El Consejo de Defensa de la Nación es el máximo órgano de consulta para la planificación y asesoramiento del Poder Público en los asuntos relacionados con la defensa integral de la Nación, su soberanía y la integridad de su espacio geográfico. A tales efectos, le corresponde también establecer el concepto estratégico de la Nación. Presidido por el Presidente o Presidenta de la República, lo conforman, además, el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional, el Presidente o Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, el Presidente o Presidenta del Consejo Moral Republicano y los Ministros o Ministras de los sectores de la defensa, la seguridad interior, las relaciones exteriores y la planificación, y otros cuya participación se considere pertinente. La ley orgánica respectiva fijará su organización y atribuciones”.

-La tercera es el desmontaje, ya el 9 de septiembre (según publicó Resumen Latinoamericano del día 10) del complejo de desinformaciones que publicó un medio de comunicación colombiano a instancias de la oligarquía de ese país y, en definitiva del gobierno de Bogotá.

El día anterior a la publicación 80 embajadores presentes en Caracas asistieron a una convocatoria en la que recibieron un dossier con las denuncias efectuadas por el Gobierno de Venezuela.

El presidente Maduro afirmó: “Tenemos pruebas de cómo desde Colombia se conspira para atacar a los Poderes Públicos y sedes militares en el país”. A continuación Maduro explicó que el gobierno colombiano está comprometido a nivel operativo en la captación de oficiales y suboficiales venezolanos con el objetivo de atacar el sistema aéreo, misilístico y antimisilístico que tiene el país. Esa captación está apoyada por un grupo de civiles “que cobran por vender a su patria”

El presidente Maduro afirmó también que los servicios de Inteligencia y Contrainteligencia venezolanos han podido impedir los objetivos de la oligarquía que gobierna Colombia desde la Casa de Nariño, que no son otros que propiciar una escalada que finalice en una guerra entre los dos países con el apoyo pleno de los Estados Unidos a las FF.AA. de Colombia y a sus paramilitares.

Colombia tiene un Estado fallido que odia a Venezuela, como nunca antes había existido y que responde a líneas que le llegan de sectores guerreristas que aspiran a un conflicto”, afirmó el mandatario venezolano.

En su intervención Nicolás Maduro, después de afirmar su política de paz repitió su denuncia contra el Gobierno de Iván Duque del que afirmó que, “influenciado por las órdenes de Álvaro Uribe Vélez, ha insistido en que el fracaso del Acuerdo de Paz ha sido tomado como excusa el recrudecimiento de la guerra para atacar a Venezuela: “Van 42 acciones contra Venezuela en tres meses”, concluyó Maduro. Con más precisión y contundencia afirmó que “solamente en un año han asesinado a casi 600 líderes sociales.

Dos gobiernos que estamos obligados a mantener relaciones de respeto, pero es imposible porque desde que llegó al Gobierno Álvaro Uribe le declararon la guerra a Venezuela”, exclamó.

La cuarta es la declaración completa de la Vicepresidenta Delcy Rodríguez en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Después de hacer un resumen pormenorizado de la actuación de EEUU para derribar al Presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, la Vicepresidenta hizo varias afirmaciones muy importantes.

La primera fue una advertencia a la propia ONU de perder su función primordial: evitar la guerra entre los países, si se sometía al mandato unilateral de los EEUU; la segunda, dirigida a todos y cada uno de los países miembros: si aceptaban el atentado contra la soberanía de los pueblos y su derecho a autodeterminar su sistema político con pleno respeto a los derechos humanos, alguna vez les llegaría el turno de someterse y obedecer al poder absoluto, hegemónico del mundo: los EEUU.


  1. https://www.rebelion.org/noticia.php?id=259439 

  2. Podemos señalar, a bote pronto, dos: el primero es la capacidad de activar, inmediatamente sus 8 bases.

    https://factual.afp.com/existen-8-bases-militares-estadounidenses-en-colombia-es-inexacto

    El gobierno español tiene experiencias de ese tipo. En España tampoco hay ningún “comandante estadounidense” en las bases de Rota, Morón, Torrejón y otras instalaciones militares que no son “formalmente” bases norteamericanas. Sin embargo son bases de libre uso en las que además -al menos en Rota, según oyó el que escribe de los soldados licenciados que iban a enrolarse-, se hizo reclutamiento de mercenarios. Probablemente la compañía Blackwater fue la contratista y prestadora de servicios. En su historial estaban ya la presencia de contratistas fuertemente armados durante el huracán del Katrina y su actuación en Irak bajo la inmunidad firmada por Paul Brener: la Orden 17 que les otorgaba inmunidad ente la justicia Iraquí incluso en casos como el asesinato de civiles:

    https://es.wikipedia.org/wiki/Academi

    https://www.lavozdelsur.es/la-unica-empresa-de-mercenarios-de-espana-tiene-sede-en-jerez/ 

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