La guerra vertiginosa (II). Venezuela y sus amigos están en condiciones de sostener la guerra y vencer
Vamos a analizar ahora, dos casos claros en los que los Estados Unidos amenazan y ejecutan inmediatamente dos supuestos evidentes de guerra. Uno es el de los sucesivos vuelos planificados de los aviones EPE-3 Ares II, su pauta de reconocimiento de emisiones electromagnéticas e identificación de frecuencias en el espacio aéreo venezolano y zonas más profundas. No responden a las autoridades de control aéreo venezolano ni comunican sus planes de vuelo. Sus trayectorias son siempre próximas o sobrepasan intermitentemente dicho espacio. Sus emisiones y contramedidas localizan e interfieren aeropuertos y todas las emisiones defensivas y de control aéreo, así como puestos de mando. Realizan sus emisiones y recepciones de manera sistemática, y también cuando se producen en Venezuela ejercicios de defensa aérea o terrestre contra aeronaves y misiles.
Actúan como un vigilante de frontera que realiza incursiones esporádicas en territorio enemigo para “dar cuenta” de sus actos ilegales de desafío. Localizan los movimientos y mantienen un mapa instantáneo del supuesto campo de batalla. Los vuelos del EPE-3 son, evidentemente, acciones de intimidación.
Bloqueo, embargo y saqueo
El segundo, entre muchos otros, corresponde a actos claramente ilegales anunciados por el Presidente Donald Trump en rueda de prensa, en la se anuncian medidas de embargo económico y bloqueo –empleando la fuerza si es necesario-; que claramente violan el derecho internacional y que se dirigen contra la población civil. Excluyen siempre una minoría que puede hacer el acaparamiento necesario (de dólares, medicamentos, agua, comida, todo lo que puede encontrarse en cualquier supermercado de lujo, generadores de energía y varios vehículos).
En la misma declaración en la que el Presidente de los Estados Unidos divulga la primera Orden Ejecutiva que va a hambrear al pueblo de Venezuela; Trump reconoce la realización de vuelos de reconocimiento electrónico, es decir: la puesta en marcha de los pasos previos para la intervención armada. Se refiere evidentemente a los que están realizando los aviones EP-3 Ares II. Trump y su equipo de ministros, asesores de seguridad y altos cargos militares, consideran que el derecho internacional solo lo es cuando responde a los intereses y alardean de ello. O peor aún, los EEUU, le están diciendo a todos los estados del mundo que para Washington el derecho internacional es una construcción variable, que depende de su propia voluntad que varía según los acontecimientos.
El mal llamado “doble rasero”
Es lo que muchos analistas y observadores califican como “doble rasero”, en la política exterior de Washington1. Eso quiere decir que los Estados Unidos harán la guerra dentro de sus propias pautas, de sus propias normas, bajo su propia jurisdicción, como, cuando y contra el país o grupo de países que les dé la real gana de acuerdo con sus intereses o apetencias. En realidad recurrir, utilizar o asumir ese concepto lleva a enormes contradicciones, incluso cuando es empleado por gobiernos amigos, analistas, colectivos, asociaciones o países que en esta terrible guerra genocida se colocan al lado de Venezuela.
EEUU no tiene un “doble rasero” para relacionarse con los países “malos” o “buenos” del mundo, sino un “único rasero”: el que le permite clasificar y tratar a otros países como subordinados o no, como enemigos o no, como responsables de actos amenazantes para los EEUU o para la “comunidad internacional” -inexistentes o no-; o del “desorden, orden o caos internacional” que señalen los miembros del “complejo militar-industrial, político, mediático” que gobiernan a los EEUU, sus “países satélites” o los denominables: “gobiernos quisling”.
El objetivo de la política internacional de Estados Unidos es el de dominar al mundo siguiendo una sola regla que ya expresaba hace muchos años. Madeleine Albright cuando explicaba -con el gesto de sinceridad de los que repiten una evidencia-, que “garantizar los intereses vitales de los Estados Unidos” (por ejemplo: el acceso al petróleo) es un motivo suficiente para iniciar una guerra. La muy honorable prestigiada y condecorada señora dijo también –cuando le preguntaron sobre cuál era su opinión en relación con la muerte de 500.000 niños en Irak a consecuencia del embargo ordenado por los EEUU-; que tal hecho había “valido la pena”, aún cuando entraba en el conjunto de las “decisiones difíciles de tomar”.
Ambos actos, los vuelos planificados y sistemáticos del avión espía EPE-3 Ares II, y el establecimiento de un embargo y bloqueo total a Venezuela son dos actos de guerra, de preparación para una invasión el primero, y de ablandamiento genocida el segundo.
Los vuelos de espionaje planificado
El día 30 de Julio, Alfredo Hurtado de Misión Verdad, en un artículo titulado ¿Los aviones de EEUU anuncian una agresión formal a Venezuela? se hacía la siguiente pregunta con la que planteaba un dilema de fondo sobre ¿cuándo se inicia la agresión? y, por lo tanto, ¿cuándo puede activarse la defensa?
Si esta última no se realiza a tiempo, el enemigo –los EEUU-, se envalentonarán y continuarán invadiendo, cada vez más, el espacio aéreo de Venezuela en distintos puntos, obteniendo datos de activación de las alarmas, tiempo de respuesta, frecuencias de interceptación, contramedidas, etc. que serán vitales en el momento del ataque. Los Estados Unidos podrán, a partir de estos datos, planear un segundo Plan de ataque, o un tercero o cuarto, es decir, una respuesta, anticipada y flexible. Esto es lo que los estrategas del Pentágono calificaban, no hace muchos años y durante la “batalla de los euromisiles”, de “primer golpe eficaz”.
En todo caso, los datos obtenidos y archivados le serán muy útiles al país agresor: en este caso los propios estados Unidos.
Esta pregunta se ha planteado en los frentes de Corea del Norte, de Siria, de Rusia y de China:
El dilema de Misión verdad no es un asunto baladí para Venezuela, su sistema de seguridad disuasivo y defensivo, y las “posibilidades formales” de que el sistema internacional declare “acto contra el derecho internacional”, “acto agresivo”, “violación de fronteras” o “acto de guerra”, los sucesivos vuelos de aviones EP-3 Ares II sobre el supuesto de que tales hechos suponen una actualización o preparación de los Planes de Operaciones de los EEUU contra Venezuela.
En resumen la información que proporciona Misión Verdad (recopilada y redactada por Alfredo Hurtado) es la siguiente:
-Los datos que ha proporcionado Misión Verdad han sido recopilados por la Región de Información de vuelo de Maiquetía, zona marítima situada en el centro del arco cuyo radio está apoyado en Caracas. Recibe y transmite información (en realidad la comparte), en tiempo real, con los principales aeropuertos del país. La comparte también, en tiempo real, con los centros de mando y a las unidades de defensa misilística territorial, aérea y marítima. Es decir: Venezuela mantiene en las pantallas de los centros de operaciones -a todos los niveles territoriales y de mando: táctico y estratégico-, la información del posible escenario de combate. Tú me das, yo te respondo.
La responsabilidad de activar sus medios corresponde al mando según los tres arcos de defensa y responsabilidad establecidos.
En este caso el Centro de la Región de Información de vuelo de Maiquetía está situado en las proximidades de las zonas de defensa, y los nudos de comunicaciones y playas próximas a la capital. Es el centro de un círculo que abarca todo el mar territorial, buena parte de la zona económica exclusiva y -ya en el territorio venezolano-, controla toda la “tierra firme” desde el Golfo de Maracaibo y la frontera con Colombia, hasta la frontera con el Brasil y la Guyana. Dentro de ese semicírculo está toda la cuenca del Orinoco. Incluye pues, las zonas petroleras, la “tierra firme”, las “aguas territoriales y de jurisdicción exclusiva” y las “aguas dulces”.
Cada uno de los centros de información tiene capacidad para asumir la centralización de la información necesaria y cada mando territorial puede ser sustituido en caso de sufrir daños de importancia. Funcionan en red con una centralización estratégica relativa y variable, una descentralización táctica sometida a una escala de mando zonal; y un control de la información según necesidades del combate.
Los análisis y previsiones de Misión Verdad
Los observadores de Misión Verdad (colectivo de analista muy próximo, al parecer, al gobierno de Venezuela), denuncian –con informaciones y mapas oficiales- que en el plazo de un mes se han producido incursiones aéreas que siguen “un patrón muy preocupante”, dadas las rutas de vuelo de los EP-3 Aries y las características de este avión de “reconocimiento de inteligencia de señales”.
El objetivo de los vuelos es mantener informados, en tiempo real, a los comandantes de la Flota de Combate o de Teatro de operaciones de los EEUU; sobre los radares operativos de Venezuela, sus frecuencias de emisión, alcances, situación, movimientos; y sobre los vuelos, emisiones, identificaciones, medios de combate, sistemas de armas, bandas de frecuencias de comunicaciones y acciones posibles para interferencias electrónicas.
En conjunto los vuelos de los EP-3 Ares II son un mecanismo de “acción-reacción” que facilita la programación de la guerra en sus distintas fases; siempre que los Estados Unidos mantengan activos y coordinados los planes de operaciones según los efectos de sus ataques y de las réplicas de su contrincante.
Sin embargo, la información es una cosa y el combate real otra. El Pentágono no puede esperar una guerra asimétrica de acuerdo con los modelos de la Guerra de Yugoslavia y de las Guerras contra Irak, Líbano o Libia. Su condición estratégica fundamental Guerra de Cero Muertos o Guerra sin Bajas Propias o Guerra de Destrucción Masiva Unilateral es una quimera, incluso si las Fuerzas Armadas de los EEUU intentan armar un ejército de mercenarios.
El Aries II –o modelos más modernos- facilitan la agresión de los Estados Unidos y las fuerzas coaligadas en un posible ataque a Venezuela. Los vuelos sistemáticos son solo una de las medidas del mapeo continuo que el Pentágono está realizando para poder operar contra Venezuela, no solo en el aspecto militar sino también en la guerra económica y comunicacional que incluye a organismos civiles2.
La “incertidumbre del cazador” y un poco de historia
Según las informaciones, muy fiables en general, de Misión Verdad; los vuelos de los EP-3 colocan sobre la frontera venezolana “una gama de antenas de alta ganancia” para asegurar la captación de la emisión de señales en todo el territorio venezolano.
Los EP-3 Aries II han realizado ya –y, por lo tanto, se entiende que han sido observados y sus emisiones y contramedidas registradas. Ello ha dado también información a Venezuela. En principio sobre cuáles son las áreas estratégicas de suma importancia en las que el conflicto militar puede ser posible, extenso, de largo alcance y de gran importancia según los intereses estratégicos de los Estados Unidos. Cada pregunta genera una respuesta o una falsa respuesta.
Misión Verdad señala como zonas en las que ya están realizándose esos vuelos de reconocimiento electrónico las siguientes:
Zona fronteriza de Rusia, Península Coreana, Mar de Japón; Mar de China Meridional. Mar Mediterráneo (en las proximidades de Siria) y el Mar Caribe. Sin duda podrían extenderse a otras zonas próximas a las señaladas que ampliarían claramente su amplitud. Por ejemplo, el Golfo Pérsico, incluido Irán, el Mar Arábigo, Yemen y, en general, el Gran Oriente Medio.
En realidad, puede afirmarse que este tipo de avión puede usarse (y debe usarse según el Pentágono), en todas las zonas de conflicto potencial que determinen los halcones del Pentágono (nuestros conocidos Jinetes del Apocalipsis), lo que incluirá –previsiblemente-, todo el espacio aéreo, territorial, etc., de los propios Estados Unidos, incluidas las emisiones desde las más de mil bases extendidas por el mundo.
En su propia jaula
EEUU se van a meter en una espiral de duda que van a resolver de diversa manera los distintos “Jinetes del Apocalipsis” muy propicios, por cierto, a los excesos en la previsión de matanzas, genocidios y victorias; en todas las guerras hibridas, desiguales, de escenario y clase de guerra variable. En ellas analizan el triunfo; siempre probable o seguro para ellos, como consecuencia de los niveles de sufrimiento de los trabajadores y trabajadoras y del pueblo humilde de Venezuela. A más sufrimiento más rápida y gloriosa la victoria.
Esos Jinetes son (hay que repetir sus nombres todo lo que sea posible: Trump, Presidente; Mike Pence, Vicepresidente; Pompeo Secretario de Estado; el Asesor de Seguridad John Bolton y todos los posibles sucesores; el enviado especial para Venezuela Elliot Abrams; el Secretario de Defensa Patrick Shanahan; el Jefe del Comando Sur y de la II Flota, Craig S. Faller; y, por fin la Jefa de la CIA, Gina Haspel de terrible recuerdo para los iraquíes de la cárcel de Abu Ghraib. Puede decirse con certeza que no es posible formar un equipo de fanáticos, cuando no genocidas, más compacto.
El 1 de Abril del año 2001 un avión de combate multiusos chino, el poderoso J-7D colisionó con el avión espía del que estamos hablando, un EP-3. Tal avión estadounidense estaba violando el espacio aéreo de China Meridional cerca de la isla Hainan (una del Archipiélago de los Placeres) que China considera propio.
Uno de los cazas chinos se estrelló y el otro pudo aterrizar. El avión norteamericano tomó tierra sin problemas mayores. China, detuvo durante 15 días a los tripulantes mientras mantuvo retenido al avión espía durante tres meses. Tiempo suficiente para que sus especialistas inspeccionasen y obtuviesen todos los datos de sus equipos electrónicos; y de la información que habían recogido.
Rusia es otro de los países que de manera reiterada intercepta aviones EP-3 bordeando sus fronteras y violando el espacio aéreo de su país, añade Misión Verdad.
Información básica
A partir de ahí MV proporciona más información importante. El espionaje electrónico es realizado por los EEUU por “el flanco más importante del país y por el mejor defendido”. La región central y la región norte costera son, efectivamente, las que incluyen la mayor parte de la población y las zonas industriales. Además -recuerdan los analistas-, es la que da asiento a los poderes públicos del país. Así mismo, la zona más vigilada es la que tiene los centros petroleros, las bases aéreas y aeropuertos más importantes, y también los centros neurálgicos de la defensa, así como los procesos más avanzados de la Unidad Cívica-Militar que sostiene la revolución bolivariana contra el fascismo interior y contra el fascismo del imperio.
Queda por analizar si el sistema de defensa venezolano y de sus aliados evidentes –y sus ramificaciones-, son capaces de desarrollar una vigilancia electrónica similar a la realizada por los EEUU. Sabemos ya, que pueden realizarla sobre los Grupos de Portaviones que están situados o pueden estarlo en el Atlántico, o en el Atlántico y la costa oeste de Colombia, según realicen o no la maniobra del paso de los canales.
La guerra, si tiene lugar, le planteará muchos problemas estratégicos y tácticos al Pentágono, y muchos más problemas sociales y políticos a los enemigos latinoamericanos de Venezuela.
No se trata solo del dominio capitalista e imperialista mundial, sino de abrir un escenario de lucha de clases a nivel global.
Los Estados Unidos y el éxito de su estrategia de “guerra bajo sus normas”
El Pentágono desde finales de la década de 1990 realizó tres operaciones de guerra bajo mando de la OTAN o de coaliciones internacionales bajo cobertura de la Alianza Atlántica. La primera, la guerra de Yugoslavia y de Kosovo con intervención directa de la Alianza Atlántica; y bajo la coartada de: “hacemos la guerra sin la autorización del Consejo de Seguridad de las NN.UU. pero siguiendo el espíritu de las Naciones Unidas”. Esa “maravilla” de contradicción y de cinismo fue manejada por el entonces Secretario General de la Alianza Atlántica, el español Javier Solana, incluso después de los acuerdos de Rambouillet para justificar los ataques contra posibles blancos militares en la ciudad de Belgrado, con gran matanza de civiles.
La segunda y la tercera: la de Afganistán (octubre de 1901 que continúa en marcha) y la segunda guerra de Iraq en 2003. Ambas tuvieron un éxito absoluto. Alcanzaron su objetivo militar y las bajas propias fueron muy pequeñas –accidentales en la primera-; y atribuibles al terrorismo, en las dos.
Entre ambas guerras, los EEUU, después del 11 de septiembre del 2001, bajo la Presidencia de George W. Bush, habían publicado con gran alarde de medios de comunicación y con enorme publicidad (prácticamente “en cadena mundial de TV y radio”; con discurso del Presidente George W. Bush como gran líder global), el documento esencial: “La Nueva Estrategia Nacional de los EEUU”.
Un compendio doctrinal casi borrado de la memoria
Tal texto es, en realidad, un amplio compendio doctrinal que establece el orden económico, político y militar, obligatorio, que regirá los destinos del planeta. En él se incluyen todos los conceptos sobre derechos humanos, la relación entre ellos y sus prioridades, así como el “orden moral” en el que están situados todos los países, sus modelos económicos, sus sistemas políticos y sus ideologías.
Contiene además las caracterizaciones morales de todos los países como “amigo o “enemigo” de los EEUU y “el mundo libre”, en un orden global que caracteriza como Occidente. EEUU pasa a ser la primera, única y permanente potencia mundial que impone su supremacía por asentimiento, por miedo o por la fuerza. Sus enemigos –es decir, los países que no se someten a ese orden pasan a ser: “países delincuentes”; o “países fallidos” cuando son intervenidos, shockeados” o divididos; y conducidos finalmente a la partición o a la guerra civil, premeditada por los propios EEUU o por sus aliados.
La preparación de la guerra según Misión Verdad
Los amigos de Misión Verdad consideran que está en marcha la preparación de una guerra contra Venezuela.
-Una primera fase sería la de los vuelos de inteligencia que “marcarían” de manera continua la situación de todos los sistemas aéreos de ataque y la de los sistemas de defensa antimisiles aéreos, terrestres, y en menor medida navales de Venezuela.
-La segunda fase sería la de “ataques por saturación” que realizarían “desde zonas remotas, generalmente marítimas” para reducir la capacidad de respuesta “efectiva” de sistemas antiaéreos de “limitada capacidad por tener los misiles atacantes los objetivos preestablecidos (…) gracias al trabajo previo realizado por aviones similares a los EP-3 Aries II.
-En tercer lugar piensan que “luego de diezmar las defensas aéreas (…) pasarían a la fase de ataques convencionales utilizando aviones de combate y drones.
“El terreno quedaría preparado para una invasión. Es preciso resaltar que el papel de los aviones de reconocimiento de inteligencia de señales se mantiene durante todo el conflicto”.
Posteriormente MV recuerda la efectividad histórica de estos “radares voladores con capacidad de identificación múltiple” que participaron con eficacia en la Operación Tormenta del Desierto.
Consideraciones finales de Misión Verdad
Finalmente Misión Verdad añade algunas consideraciones sobre el cambio de posición del Grupo de Lima cuyos países están -según declaraciones del ministro argentino de exteriores, Jorge Faurie- comprometidos con alcanzar una solución por vía pacífica”, aunque recalcó que “siempre el uso de la fuerza será un recurso que quedará para el momento que correspondiera”.
El Grupo de Lima apoya sus declaraciones en, como señala MV- la “ilegal reincorporación del país al TIAR por parte de la Asamblea Nacional en desacato”. Finalmente Misión Verdad apunta que “por impaciencia” muchos países del Grupo de Lima están poniendo “su territorio, espacio aéreo e instituciones políticas para los preparativos de una agresión contra el país (Venezuela) y añade “la ilegal incorporación al TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) no es un hecho fortuito, más bien es la forma de darle un matiz ‘legal’ a cualquier agresión militar.
Finalmente Misión Verdad señala:
Gracias a las inversiones en equipamiento militar aéreo y de defensa antiaérea durante el gobierno de Hugo Chávez, y en general, en todas las estructuras de nuestra FANB, Venezuela cuenta con una modesta pero respetable carta de disuasión. Nos falta mucho más, sobre todo en el aspecto marítimo, y en seguir fortaleciendo nuestra defensa aérea, pero contamos con algo tan importante como el equipamiento: la moral y lealtad de nuestros militares.
Opinión mucho más optimista
Mi opinión en este punto es mucho más optimista que la que se deduce del texto completo de Misión Verdad. Estoy además en desacuerdo con la estructura del informe y del análisis de Alfredo Hurtado. Dice Misión Verdad.
La impotencia toma por asalto a los países miembros del Grupo de Lima, quienes hasta hace poco rechazaban hipócritamente el uso de la fuerza para un cambio de gobierno en Venezuela.
No creo que a Maduro ni a los líderes chavistas, ni al PSUV, ni al pueblo chavista, les haya cogido por sorpresa la “flexibilidad” hacia la intervención militar de los países componentes del Grupo de Lima.
La guerra fuera de las normas marcadas por los EEUU
Creo, como ya he manifestado otras veces que la “guerra bajo las normas de los EEUU” solo conducirá a la victoria del imperio y sus aliados. Por eso mismo Chávez construyó una estrategia militar basada en un concepto básico: Alianza Pueblo Armado-Fuerzas Armadas Bolivarianas, siguiendo la estrategia de “guerra de todo el pueblo”.
Pero no solo eso, Hugo Chávez y después, Nicolás Maduro hicieron las alianzas estratégicas y militares con Rusia, China, Irán, Corea, Turquía que no solo tiene por objeto “salirse de las normas de la guerra que han fijado los EEUU”, sino asegurar la superioridad militar para no ser derrotado en ningún terreno de la guerra. Rusia aportó a la alianza un equipo militar de muy alta tecnología y China –además de algunos componentes militares básicos de carácter militar y comunicacional incorporó también un estudio de las “debilidades y fragilidades del enemigo” –los EEUU- que serían esenciales para disuadir a los enemigos de Venezuela, y para no perder la guerra en caso de que esta llegase a ser inevitable.
La estrategia de los coroneles Liang y Xiangsui. La guerra fuera de las normas
Observada -como una realidad indiscutible- la potencia militar de los Estados Unidos por los estrategas chinos Qiao Liang y Wang Xiangsui (ambos coroneles de la Fuerza Aérea de su país), llegan a la conclusión de que solo es posible la victoria –o al menos, el no ser derrotados-, dándole la vuelta a esa realidad y luchando “fuera de las normas establecidas por los EEUU” para la guerra.
De este modo haciendo la “guerra sin normas” o “guerra fuera de las normas”, tratarán de buscar entre las normas regladas por los estrategas estadounidenses (civiles o militares) las debilidades del posible enemigo. En esa reflexión llegan a conclusiones muy importantes. Entre otras definen el campo de las posibles debilidades de la siguiente manera:
“Guerra Cultural, Guerra de las Drogas, Guerra de la ayuda económica, Guerra Ambiental, Guerra financiera, Guerra de las Leyes Internacionales, Guerra Mediática, Guerra en Internet, Guerra psicológica, Guerra de Recursos, Guerra de contrabando, Guerra Tecnológica.”
Y para el caso que nos ocupa, La guerra de las Leyes Internacionales he señalado en un artículo publicado en la red que la define de la siguiente manera:
La Guerra de las Leyes Internacionales, subvirtiendo o dominando las políticas de las organizaciones internacionales o multinacionales.
China ha asumido una política de defensa de las instituciones y leyes internacionales que también ha seguido escrupulosamente Venezuela. Ello les va a dar a los aliados de Venezuela y al propio país un refuerzo político considerable y, tal vez, definitorio-3.
El segundo caso: Las amenazas de bloqueo
En rueda de prensa del Presidente Donald Trump realizada el día 1 de agosto amenaza a la república Bolivariana de Venezuela con las siguientes acciones según Resumen Latinoamericano:
El presidente de los Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, reconoció el jueves 1 de agosto que mantiene un bloqueo contra Venezuela, así como aseguro que estudiará la necesidad de imponer nuevas acciones coercitivas contra el país suramericano.
De acuerdo con la agencia de noticias española EFE, Trump reconoció estas acciones en una rueda de prensa, y cuándo fue preguntado sobre la posibilidad de imponer una cuarentena a Venezuela respondió taxativamente “Si, lo estoy”.
Durante la rueda de prensa, como es habitual, el Presidente de los EEUU no ofreció detalles alguno sobre las acciones que tomará contra Venezuela. Hay que recordar que Washington ya ha impuesto a Venezuela a pesar de que ya impuso sobre la nación suramericana un bloqueo económico, financiero y comercial, que ha producido pérdidas millonarias en el país con el fallecimiento de más de 40.000 personas, fundamentalmente menores de edad. El bloqueo, económico y financiero ha evitando que recibieran tratamiento médico, así como los medicamentos y alimentación necesaria.
Desde el pasado 23 de enero – tras la ruptura de las relaciones diplomáticas entre EEUU y Venezuela, después de su participación probada del primero de los países mencionados en el intento de golpe de Estado contra el presidente de la República, Nicolás Maduro –, EEUU han intensificado los ataques contra el pueblo venezolano y las amenazas de intervención directa o indirecta.
Como novedad ha de decirse que el gobierno de EEUU ha reconocido la violación del espacio aéreo venezolano.
Pocos días antes, el jefe del Comando Sur, almirante de la Armada Craig Faller, afirmó las Fuerzas armadas de los EEUU «continuarán volando y operando donde sea que se apliquen las normas internacionales y eso incluye alrededor de Venezuela, Suramérica y el mundo», con la realización de lo que ellos denominan «vuelos de vigilancia».
(Publicado simultáneamente en Cubainformación el miércoles 25 de septiembre de 2019. Este artículo es continuación de La guerra vertiginosa (I). El Tío Sam, de aquí para allá, con garrote y ramito de misiles)