La misma “Miasma” de la Oposición en Venezuela
El 6 de diciembre, se celebraran elecciones parlamentarias en Venezuela. Y como, históricamente ha sucedido, la oposición venezolana, se prepara para sabotear las elecciones. Ahora, 4 partidos de oposición: Voluntad Popular de Leopoldo López, Primero Justicia de Henrique Capriles, Acción Democrática de Un Nuevo Tiempo, agrupados en el llamado G4, tratarán con el apoyo de EEUU, Colombia, Brasil, Ecuador, Bolivia, Guyana, entre los más destacados, boicotear el proceso electoral, reactivando la movilización en la calle.
Desde ya señalamos que sería un milagro tener éxito haciendo las cosas en la misma forma en que han tenido fracasos. Dicho en Sabiduría Popular “Pintar una paloma es de mucha facilidad, ponerle pico y que coma es la dificultad”.
Por supuesto, las circunstancias ahora, son otras, por un lado, las fuerzas de la Revolución se encuentran unidas, luego de haber sorteado infinidad de ataques políticos, económicos y militares provenientes del imperialismo estadounidense y sus cipayos locales, y por otro lado, la misma oposición está dividida.
En el llamado grupo G4 no va a participar de la contienda electoral, por lo tanto su objetivo intentar convencer a la comunidad internacional de lo antidemocrático del proceso.
Están los 4 partidos ya señalados, más una serie de micro partidos, que cada uno desea acceder al poder en Venezuela: Unidos Por Venezuela, Movimiento Republicano, Unidad NOE, Moverse, PDUPL, Izquierda Democrática, Aprisal, MIGATO, Guillermo UNE, Sociedad, Vanguardia Popular, Camina, Cuentas Claras, NUVIPA, Bandera Roja, Alianza del Lápiz, Fuerza Liberal, Partido Centro Democrático, PUENTE, MDI, PARLINVE, GOAJIRAVEN, PAM, CONVERGENCIA, TISON, Buscando Soluciones, DSM, FIEL, Proyecto Venezuela, La Causa R, Encuentro Ciudadano, Movimiento Progresista de Venezuela, COPEI.
Es decir, 33 minúsculos partidos. Recuerda al llamado “chiripero” de Rafael Caldera. “Chiripero” fue el nombre que se le dio a una coalición política venezolana que levantó la candidatura de Rafael Caldera a Presidente de la República en las elecciones de 1993, a su vez, la denominación de “Chiripero” aludía a la chiripa, una cucaracha pequeña que habita en grandes concentraciones entre la basura acumulada en los hogares. Esto porque se componía de partidos y grupos pequeños, caracterizados por la heterogeneidad de ideologías coexistentes dentro del pacto. Incluía partidos de centro como Convergencia Nacional (derivado de una escisión de COPEI) y la Unión Republicana Democrática; otros de izquierda como el Movimiento al Socialismo (integrado por exguerrilleros de las FALN), el Partido Comunista de Venezuela y el Movimiento Electoral del Pueblo; y la derecha política se encontraba representada por el Movimiento de Integridad Nacional y Organización Renovadora Auténtica (este último compuesto por cristianos evangélicos con tintes nacionalistas, aunque en la elección presidencial terminó presentando su candidato propio, Modesto Rivero).
También es significativo señalar que a la reunión donde la oposición tomó la decisión, no inédita, de ir al boicot de las elecciones parlamentarias, no asistió Juan Guaidó, supuesto “Presidente”, por lo tanto parece que el eje y apoyo estadounidense se inclina de nuevo hacia alguien con credenciales violentas como el líder de Voluntad Popular. Recordemos que Guaidó en algún momento ha propuesto organizar una consulta popular paralela y un llamado “pacto unitario”, lo que revela la desunión de la oposición.
El plan saboteador del G4 consiste, por un lado, reclutar 200 mil voluntarios, 25 activistas por cada centro de votación, para abarcar todas las mesas electorales del país, manipular y documentar supuestas irregularidades en el proceso, propiciar la abstención, realizar actividades de protesta y resistencia civil, entre otras.
En la mencionada reunión del G4, fuentes colombianas con acceso a funcionarios estadounidenses y a líderes de oposición venezolanos, como ya señalamos, conocieron de una reciente reunión por videoconferencia celebrada entre miembros de la oficina externa de EE.UU. para Venezuela en Bogotá (VAU) y varios líderes opositores del G4 encabezados por Leopoldo López, Presidente de Voluntad Popular.
Richa Bhala, funcionario de la VAU responsable de operaciones de contrainteligencia desde su cargo de Vicecónsul de la Embajada de Estados Unidos en Islamabad (Pakistán), aceptó con elogios la propuesta insistiendo en la necesidad de ampliar la plataforma opositora. Por su parte, Rafael Foley, jefe de la oficina externa de Estados Unidos para Venezuela en Bogotá, insistió en que el G4 debe pasar de una oposición más o menos estructurada a una estructura de resistencia y desobediencia civil que trascienda los 4 partidos políticos opositores.
Por otro lado, y para reforzar la idea del boicot, el Presidente Maduro ha señalado que los comicios parlamentarios que se celebrarán el próximo 6 de diciembre enfrentan un “boicot mundial” que pretende “sabotear” el derecho del pueblo a votar, agregando que su par colombiano, Iván Duque, también está llamando a desconocer el proceso electoral, en consonancia “con los intereses del imperio norteamericano”.
No olvidemos, y como parte también del saboteo en otros aspectos, recientemente cómo a Venezuela, México, Bolivia, desde la red social Facebook ha eliminado 55 cuentas y 46 páginas falsas de Instagram, así como 36 perfiles vinculados a la empresa norteamericana CLS Strategies (con sede en Washington) que fingían ser páginas locales de México, Bolivia y Venezuela, con la intención de confundir y engañar a la ciudadanía. En total, la mencionada empresa gastó 3,6 millones de dólares engañando a más de medio millón de personas para que siguieran al menos una de sus páginas falsas, que presentaban apariencia de organizaciones civiles, medios informativos, partidos políticos o seguidores políticos.
El objetivo no era otro que debilitarlos o derrocarlos, lo mismo que durante años y en la actualidad pretende Estados Unidos. Tiene poco de casualidad, porque lo cierto es que extendiendo el desánimo en los simpatizantes progresistas y ofreciendo una imagen de caos, realmente conseguían debilitar a los gobiernos de izquierda mediante corrientes de opinión sumamente estudiadas y planificadas.
Estados Unidos nunca renunciara al uso de la fuerza militar para tumbar un Gobierno, ni tampoco para sostenerlo si le interesa, pero si puede engañar a los ciudadanos para que le hagan el trabajo sucio, lo hará. No lo duden, ya lo hace.
Así mismo, el imperialismo viene realizando la política injerencista de crear varios frentes, en América latina y otros países, lo que a su vez lo va debilitando, a saber: En Venezuela desde que Chávez salió a la luz (antes de llegar a la presidencia), en Bolivia, para sacar a Evo y a su partido MAS, en Ecuador contra Rafael Correa, en Irán contra la revolución islámica, en Siria, en Afganistán, en Irak, donde el pueblo ya no los quiere, en Argentina contra Cristina, en Cuba, entre otros.
En general, la política errada y repetitiva de la oposición venezolana, es el mismo guion del saboteo, boicot (la misma “miasma”: mierda), fracasará rotundamente, lo que queda a las fuerzas populares revolucionarias, es estar alerta, prevenir y tomar medidas estratégicas para tal fin. No podrán y no volverán, Venceremos!