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La República Democrática del Congo en el abismo

Publicamos la entrevista realizada por la periodista norteamericana Ann Garrison a la activista Benedicte Kumbi Ndojoko. Benedite participó en el acto de presentación del FAI enviando su apoyo, y es amiga y colaboradora de los miembros del Grupo de Trabajo del FAI sobre África y de nuestro colectivo amigo UMOYA.


Las agresiones imperiales por parte de los gobiernos occidentales han provocado múltiples holocaustos en la población congoleña.

“En la República Democrática del Congo, el capitalismo globalizado crea un caos permanente”.

Esta semana hablé con la historiadora suizo-congoleña Bénédicte Kumbi Ndjoko, activista y coordinadora del movimiento congoleño Likambo ya Mabele, sobre los acontecimientos recientes en la República Democrática del Congo.

 

Ann Garrison. El 12 de febrero de 2018, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados declaró que había 4,49 millones de desplazados internos en la República Democrática del Congo y 630.500 refugiados en países colindantes. Solo en el año anterior, la población de desplazados internos casi se había duplicado, en gran parte como resultado de enfrentamientos y ataques violentos. Parece que las condiciones en terreno congoleño están empeorando, y mucho.

Bénédicte Kumbi Ndjoko.- En efecto, la RDC se encuentra en una situación crítica. Sabemos cuánto ha sufrido la población desde el genocidio de Ruanda y sus consecuentes desplazamientos, desde las guerras que Ruanda y Uganda libraron contra el Congo entre 1996 y 1997 y, más tarde, entre 1998 y 2003, con el apoyo de Estados Unidos, Reino Unido y sus aliados. A día de hoy algunas personas se refieren a la RDC como un país que salió hace poco de un conflicto, pero aún se encuentra en un conflicto de baja intensidad, interrumpido, caliente y frío. Un conflicto que se prolonga de esta forma puede llegar a ser incluso más letal que una guerra declarada, como ha sucedido en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur colindantes con Ruanda, Uganda y Burundi. Más de un millón de los 4,49 millones de desplazados internos están en la provincia de Kivu Norte.

En los últimos dos años, la situación también ha empeorado en la región de Kasai, donde la gente está siendo exterminada o desplazada a Angola. Asimismo, han aumentado los ataques contra la población de la antigua provincia de Katanga, que en 2015 que dividió en las provincias de Tanganyika, Alto Lomami, Lualaba y Alto Katanga. La RDC y sus gentes no están al borde del abismo, sino que hace mucho tiempo que ya se precipitaron.

“La gente está siendo exterminada en la región de Kasai o desplazada a Angola”.

 

AG.- Es difícil saber qué decir ante tanto sufrimiento. ¿Qué es lo que más le gustaría recalcar?

BKN.- El sufrimiento debería inspirar compasión, pero la compasión debería inspirar reflexión. ¿Alguien que ve cómo sufre otro ser humano es capaz de preguntarse si no está involucrado de alguna manera en el sufrimiento de ese individuo? ¿Puede ese alguien entender las causas de los crímenes perpetrados contra ese ser humano y las consecuencias políticas que se derivan de estos actos? Si nos detenemos en el sufrimiento del pueblo congoleño, no podremos abordar sus particularidades y causas. No será diferente de las imágenes deprimentes y pesimistas que han dado forma a la idea que la gente tiene de África. Es necesario analizar la agresión imperial por parte de los gobiernos occidentales contra la RDC y África en su conjunto.

 

AG.- Denis Mukwege, el ginecólogo congoleño conocido como ‘el Doctor Milagro’ por tratar a las víctimas que han sido violadas en la parte oriental del país, ganó por fin el Premio Nobel de la Paz este año. ¿No le infunde eso ninguna esperanza?

BKN.- Tuve la oportunidad de conocer en persona al doctor Mukwege. Vi a este hombre con mujeres de todo el mundo que habían sido violadas durante conflictos. Venían del Congo, Ruanda, Sudán, Siria e Irak. Vi cómo les hablaba a estas mujeres, lo preocupado que estaba por ellas y su manera de decirles que su voz también contaba. Se ha ganado toda mi admiración.

Dicho esto, me parece que también hay algo de cínico en otorgarle el Premio Nobel de la Paz. Se trata de una realidad organizada y manipulada que borra la agresión imperial en la RDC y alienta un consenso global para detener las violaciones, pero continuar con la guerra. Hace que el público occidental del Nobel de la Paz se sienta bien consigo mismo y con su respuesta compasiva con las víctimas del salvajismo africano. También lo reafirmó Nadia Murad, la iraquí superviviente de violación, quien compartió el Nobel de la Paz de este año con Mukwege. Afirmó que continuaría siendo una defensora global de las víctimas de violación y tortura, y de las minorías perseguidas, como la yazidí, a la que Nadia pertenece.

“El Premio Nobel de la Paz alienta un consenso global para detener las violaciones, pero continuar con la guerra”.

El discurso profundamente político del Comité del Nobel tiene por objeto respaldar el orden dominante, no alterarlo. Es parte de la voluntad occidental escribir la versión oficial, donde lo que importa es elaborar un discurso sobre la mujer, sobre las brutalidades que tiene que sufrir. Se trata de un discurso totalmente aceptado por las sociedades occidentales debido a las luchas feministas. En este discurso, el médico Mukwege es un hombre entre dos mundos, un hombre negro destinado a ser blanco. Es como el prototipo de hombre blanco que sabe cómo defender los derechos de las mujeres de las barbaridades cometidas por los hombres incivilizados (negros en este caso) que se definen esencialmente por su salvajismo.

 

AG.- La violación masculina es también un arma de guerra en la RDC y en otros sitios. Raramente se denuncia, aunque fue objeto de atención en un informe publicado el 11 de octubre en The EconomistThe Nobel committee shines a spotlight on rape in conflict [El Comité Nobel destaca las violaciones en las zonas de conflicto].En este informe se afirmaba que resultaba difícil calcular la frecuencia con la que suceden, ya que muchos hombres no denuncian porque se sienten humillados o por miedo a ser acusados de cometer el delito de la homosexualidad. El proyecto sobre refugiados de Uganda explicó esto detalladamente en su documental Gender Against Men [El género contra los hombres], que recomiendo a cualquiera que lea esto. La violación de hombres y mujeres como arma para destruir a la comunidad deja claro que existe un genocidio en curso contra la población congoleña y que no se trata solo de “feminicidio”. ¿Podría hablar sobre cómo la atención centrada en la violencia contra las mujeres lo oculta?

BKN.- Siempre me ha molestado el discurso de Margaret Wallström, ex enviada especial de la ONU para la violencia contra las mujeres y los niños en las zonas de conflicto. En 2010, después de su estancia en la RDC, afirmó que este país era la capital mundial de la violación e instó al Consejo de Seguridad a actuar para ponerle fin. Esta declaración relacionaba el delito de la violación con un país específico, la RDC, y con todos los hombres que vivían allí. La palabra “capital” se refiere generalmente a la ubicación más central, el cerebro y el corazón de una nación, el portador de los valores culturales. Entonces, ¿uno de los valores culturales de la RDC sería la violación?

Esta percepción de una sociedad congoleña patológica llena de hombres violadores también la comparten muchas mujeres occidentales que hacen campaña a favor de las mujeres congoleñas. Eve Ensler es una de ellas. Incluso llegan a decir que lo que está sucediendo en la RDC es un feminicidio, una guerra contra las mujeres. Se retrata al hombre congoleño como a un violador atávico.

“Esta percepción de una sociedad congoleña patológica llena de hombres violadores también la comparten muchas mujeres occidentales que hacen campaña a favor de las mujeres congoleñas”.

El enfoque extremo en los cuerpos de las mujeres congoleñas no tiene la intención de defenderlas, sino que forma parte de un discurso más amplio sobre el salvajismo de los hombres congoleños y las poblaciones de hombres negros africanos en general. La República Democrática del Congo es la capital mundial de la violación. La República Democrática del Congo es la capital de una nación salvaje en el corazón del África Negra donde hombres congoleños violan a las mujeres para destruirlas. ¿Quién podría lamentar ver una sociedad tan pervertida liquidada de la faz de la tierra?

La enviada de la ONU, Margaret Wallström, no exigió el fin de la guerra imperialista contra la RDC y África en general. No dijo nada sobre las potencias imperiales que encargaron los crímenes de guerra, incluida la violación, contra el pueblo congoleño. No le pidió al Consejo de Seguridad que estableciese un tribunal para procesar los delitos evidenciados en el informe de mapeo de las Naciones Unidas sobre el abuso de los derechos humanos en la República Democrática del Congo, 1993-2003 publicado en 2010, que reveló de manera más significativa los delitos de Estados Unidos, aliado de Ruanda desde hace mucho tiempo. En su lugar, llamó a la RDC la capital mundial de la violación y pidió al Consejo de Seguridad que interviniera contra los congoleños salvajes.

 

AG.- Algunas personas han propuesto que Mukwege, la autoridad moral más reconocida a nivel internacional en la RDC, dirija un gobierno de transición allí. Incluyen a nuestros amigos en común Patrick Mbecko y Jean-Claude Maswana, ambos académicos y activistas congoleños muy respetados. ¿Qué opina sobre eso y cómo se imagina un “gobierno de transición” en la RDC?

BKN.- Lo cierto es que a menudo me pregunto qué quiere decir la gente cuando dice que quiere un gobierno de transición. Estoy segura de que nuestros amigos Patrick Mbeko y Jean-Claude Maswana tienen ideas muy específicas sobre lo que significa, pero, cuando leo a muchos otros congoleños que hablan sobre la “transición”, parece que es un tipo de bolsa mágica que nos ayudaría a deshacernos del presidente Joseph Kabila, de sus tropas y de los ocupantes ruandeses. De ninguna manera se aborda, por ejemplo, el problema del neocolonialismo o el caso de la llamada oposición congoleña. Estos son, en mi opinión, personas a las que se debe eliminar de la esfera política de la RDC. Han continuado apoyando flagrantemente el reinado tiránico de Kabila, incluso cuando la supuesta constitución le impedía permanecer en el poder. Además, nunca se atrevieron a explicar a la población qué papel desempeñaron Ruanda y Uganda en la tragedia de la RDC. ¿Vamos a incluirlos en ese gobierno de transición? No me atrae una transición presentada de esta manera, aun cuando estuviese dirigida por Mukwege.

“Solo una ruptura profunda y radical nos daría la posibilidad de reconstruir el estado de la RDC”.

En cambio, me suscribo a la idea de otro de mis amigos, el padre Jean-Pierre Mbelu. Según él, no podemos hablar de un gobierno de transición en la RDC, porque presupone que ha habido una forma de democracia que debería restaurarse después de un período de crisis. Sin embargo, el problema de la RDC no puede resumirse en una crisis política. El país está más bien sujeto a un golpe de Estado permanente y solo una ruptura profunda y radical nos daría la posibilidad de reconstruir el estado de la RDC. Exigir una transición ha sido la solución que la comunidad internacional ha querido sistematizar en varios países africanos, incluida la RDC, pero sus resultados dejan mucho que desear. La transición para alejarse de Kabila pone, en mi opinión, demasiado peso en Kabila. No se insiste lo suficiente en revelar quién creó el gobierno de Kabila y no se nos informa sobre el tipo de gobierno y sociedad que queremos establecer después de Kabila.

 

AG.- En Estados Unidos, los demócratas más liberales, e incluso los izquierdistas, están tan horrorizados con Donald Trump que nuestra política nacional se ha visto reducida a ser pro o anti Trump. Ustedes en la RDC tienen el mismo problema con Kabila, ¿no?

BKN.- Sí, y es una postura muy peligrosa porque en realidad significa que no hay opción. Supone estar atrapado en medio de esa dicotomía que no permite ninguna vía de escape ni la posibilidad siquiera de imaginar otros sistemas más allá del existente. En este caso, estamos atrapados en la ilusión de una democracia. Y en este contexto, la democracia se entiende como el derecho a estar a favor o en contra. Es el derecho a pasar de una cara de la moneda a la otra mientras la ideología que crea dicha moneda no cambia. Se trata del problema fundamental del capitalismo. Un sistema que se organiza para la no toma de decisiones, que crea la ilusión de que se está eligiendo, siempre para beneficio de las oligarquías que nos gobiernan. La tragedia de países como el nuestro es que corren detrás de lo que creen que es la democracia, un sistema binario donde solo se puede ser pro o anti X. De hecho, es aún más triste porque hemos olvidado que este sistema no existía en África antes de la colonización, mientras que sí que había formas reales de democracia, especialmente en el Reino Kongo.

 

AG.- Kabila debería irse, igual que Trump, pero ¿qué otras formas de organización se necesitan para aliviar el sufrimiento de los congoleños, para que puedan exigir el enorme potencial y riqueza de su país?

BKN.- Si pensamos en el cambio, tenemos que comprender que todos vivimos en un contexto de capitalismo globalizado. También tenemos que entender que el capitalismo toma diferentes formas en función de la zona a la que se dirija. En la RDC, como el Estado solo existe en tanto que un limitado simulacro de institución occidental, el capitalismo crea un caos permanente para que la población se mantenga dentro de ese desorden sin barreras para la violencia. Es lo que se precisa para poder saquear el país y acabar con sus recursos minerales y naturales, algunos de los cuales ya han sido declarados estratégicos para la seguridad de EE.UU. No solo asesina a los congoleños y los obliga a desplazarse, sino que también desmantela sus comunidades y los desorienta hasta el punto en que no son capaces de entender este mundo capitalista y el papel al que queda relegada la RDC. Acaba con su capacidad de defenderse. Y hasta que no se entiende esto y se profundiza en el tema, no se puede luchar contra ello eficazmente y cambiar las cosas de verdad.

Una sola persona, por mucho que entienda lo que está en juego, no puede cambiar nada, pero se nos machaca con la idea de que tan solo una persona puede cambiar las cosas, por lo que todo el mundo está esperando a ese alguien. Así que no debería sorprendernos la gran expectativa por ver quién será el próximo presidente. Es un enfoque que busca desorientar. Es un elemento clave de la colaboración entre la clase alta nacional y los imperialistas, lo que resume bien la historia política de la República Democrática del Congo desde su independencia.

“La soberanía política solo se puede recuperar a nivel de comunidad, desde donde se puedan aplicar políticas pro-pobres y de defensa de los derechos, lo que en última instancia definirá el futuro de la RDC”.

Así que tenemos que revertir la situación de manera que se distribuya el poder desde las bases y hacia arriba. De ahí la importancia de que no sea cada persona sino las comunidades quienes se hagan con el control de diferentes aspectos de sus vidas diarias. Para ello, necesitamos organizaciones sólidas que construyan un base para generar poder y llevar a cabo acciones colectivas que desafíen el orden impuesto. Ese tipo de compromiso supone que los congoleños entiendan que este tipo de poder es un construcción social impuesta por los colonizadores hace 500 años. La soberanía política solo se puede recuperar a nivel de comunidad, desde donde se puedan aplicar políticas pro-pobres y de defensa de los derechos, lo que en última instancia definirá el futuro de la RDC. Y, como he dicho, el país contó a lo largo de su historia con este tipo de organización basada en las comunidades, tan solo hay que recuperarla y adaptarla para acabar con las realidades del neoliberalismo, pues se diferencia del colonialismo y neocolonialismo más clásico.

Del mismo modo, habrá que organizar unas fuerzas de autodefensa, no debemos engañarnos a este respecto. Los que nos explotan tienen armas, y no están dispuestos a renunciar a la RDC. Esta tiene que ser una guerra de liberación.

 

AG.- Para terminar, ¿podría comentar los últimos acontecimientos respecto a la ocupación de la República Democrática del Congo por parte de Ruanda? A principios de mes, los prisioneros políticos ruandeses Victoire Ingaribe y Kizito Mihigo fueron liberados. Y, esta semana, la ministra de exteriores de Ruanda, Louise Mushikiwabo, ganó la presidencia de la Organización Internacional de La Francofonía. También la semana pasada, un fiscal francés solicitó a un juez que retirara los cargos contra los oficiales de la Armada Ruandesa Patriótica por asesinar al presidente de Ruanda, Juvenal Habyarimana, y al de Burundi, Cyprien Ntaryamira, en 1994.

BKN.- Durante estos dos últimos años, Kabila, procónsul de Kigali en la RDC, ha trabajado para reforzar la ocupación ruandesa del país designando a oficiales tutsis de alto rango para el ejército nacional y nombrando a hombres como Azarias Ruberwa líder del Ministerio de Descentralización, al que los congoleños denominan el ministerio de la balcanización. Esto demuestra que el presidente de Ruanda, Paul Kagame, y todos los que le rodean no tienen ninguna intención de retirarse de la República Democrática del Congo, un país con una riqueza que les permite construir altos edificios brillantes en la capital ruandesa para después señalarlos como prueba del crecimiento económico del país, a pesar de que la mayoría de ruandeses siguen siendo muy pobres y aún dependen de la ayuda extranjera para el 40% de su presupuesto anual nacional.

La resplandeciente cara superficial de Ruanda y la extendida fábula sobre su crecimiento económico le otorgan a Kagame credibilidad entre los africanos, por lo que el nombramiento de Mushikiwabo se ha recibido bastante bien en el continente. La mayoría de africanos están, como el resto del mundo, mal informados sobre la realidad de Ruanda. Han interpretado el nombramiento de Mushikiwabo como una victoria de una líder africana contra Europa y, sobre todo, contra Francia. Olvidan que Francia desempeña el papel principal en La Francofonía y que fueron ellos quienes escogieron a Mushikiwabo. [Ver La lamentable realidad sobre la Francofonía]. Cuando Francia dice que quiere que tal persona lidere la organización, nadie se interpone en su camino.

“El presidente de Ruanda, Paul Kagame, y todos los que le rodean no tienen ninguna intención de retirarse de la República Democrática del Congo”.

Tener a Mushikiwabo como presidenta ayuda a Francia a recuperar la influencia en África Central, que había perdido a favor de EE.UU. cuando Bill Clinton llegó a la Casa Blanca. Como parte de esta ganga franco-ruandesa (porque es lo que es), Kagame debe haber pedido que cierre la investigación francesa sobre su ataque al avión del presidente ruandés Juvenal Habyarimana porque suponía una terrible mancha en su reputación como salvador de Ruanda. Algunos consideran que esta ha sido una victoria de la diplomacia ruandesa, pero se trata más bien de un pequeño sicario que trabaja para una mafia internacional y que consigue lo que necesita por medio del chantaje. En cuanto a los franceses, les ayudará a restablecer el acceso de Francia al subsuelo congoleño, inmensamente rico.

Además, a Francia no le viene bien que se la asocie con un régimen brutal que encarcela a sus opositoras. Así, Kagame se ha visto obligado a liberar a las presas políticas Victoire Ingaribe Umuhoza y Diane Rwigara para limpiar su imagen. En un país que alardea de haber trabajado mucho por el progreso de las mujeres, estas dos presas políticas de alto perfil, pues ambas intentaron concurrir a las elecciones contra Kagame, suponían una importante mancha en su imagen. Lo bueno es que estas dos mujeres se negaron a guardar silencio sobre la situación en Ruanda una vez liberadas. Y supondrán un futuro mucho más difícil para Kagame y el sistema sanguinario que ha establecido. Por lo tanto, es una gran alegría verlas libres de nuevo y más decididas que nunca. Están entre las líderes y organizadoras que esta región, que tanto ha padecido, lleva tiempo esperando.

 

Por Ann Garrison

Ann Garrison es una periodista independiente afincada en el área de la Bahía de San Francisco, en Estados Unidos. En 2014, recibió el Premio Victoire Ingaribe Umuhoza por la Democracia y la Paz por su trabajo informando sobre el conflicto de la Región de los Grandes Lagos, en África. Para contactar con ella, [email protected].

 

Fuente: Ann Garrison, Congo in the Abyss, publicado 
el 17 de octubre de 2018.

Traducido por Mar Sánchez Pulido y 
María Valdunciel Blanco (Universidad de Salamanca) 
para Umoya.

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