Y al principio de todo, Kosovo. El lince
El Secretario General de la ONU está de viaje, hace un par de días por Rusia y ahora por Ucrania. Aparte de las tonterías habituales que se leen, ven y oyen en los medios de propaganda lo interasante está en otra parte: en lo que no se lee, ni se ve, ni se oye. Porque en Rusia, el pope formal de la ONU se llevó un rapapolvo de los que hacen época. Un rapapolvo que tiene que ver con el origen de todo: Kosovo.
Está bien que este hombre vaya a Rusia, porque Rusia es uno de los fundadores de la ONU (en su época como Unión Soviética) y está bien que lo haga porque Rusia es, además, miembro permanente del Consejo de Seguridad. Y está bien que lo haga porque Occidente usa la ONU cuando le parece y cuando no pasa olímpicamente de ella con su «orden basado en reglas». Es como la película «Belle de jour», de Luis Buñuel. No os voy a destrozar el argumento, así que buscadla por ahí.
En esta visita Putin le hizo hincapié a Guterres que Rusia apoya el derecho internacional que representa y defiende la ONU en contra del «orden basado en reglas» que patrocina Occidente. Y lo hizo apelando a los artículos de la Carta de la ONU, donde, en teoría, se establece que todos los países que forman parte de ella son iguales, independientemente de su fuerza y de su tamaño. La crítica subyacente a Occidente, a EEUU en concreto, sobre su «excepcionalismo», es evidente.
La cosa no es baladí porque desde hace un tiempo en Occidente se está haciendo campaña contra la ONU diciendo que se ha quedado obsoleta y que por eso hay que establecer unos nuevos parámetros basados en «el orden basado en reglas». Las que hay ya no les valen. Aunque se hayan violado tantas veces que las han convertido en harapos.
Pero Putin hizo algo más: recordó al pope de la ONU el precedente de Kosovo, cómo fue alentado por Occidente, cómo fue a la guerra Occidente y cómo terminó con el reconocimiento diplomático del Kosovo independiente por Occidente. Justo lo contrario de lo que está haciendo Occidente con el Donbás.
Un breve recordatorio de todo ello, que os lo desarrollé cuando el tema de Catalunya estaba en auge: el 17 de febrero de 2008 Kosovo proclamó unilateralmente su independencia de Serbia. Serbia recurrió al derecho internacional y acudió a la ONU para un dictamen sobre la legalidad o no de ello. Dos años después, en 2010, la Corte Internacional de Justicia falló en contra de Serbia, alucinad, haciendo un repaso minucioso de las declaraciones de independencia que se hicieron en los siglos XVIII, XIX y principios del XX para concluir que «de todo ello no se deduce en general de esta práctica -la unilateralidad- que la declaración de independencia haya sido alguna vez considerada como una violación del Derecho internacional».
Pero dado que en la segunda mitad del siglo XX se produjo todo el proceso de descolonización de los pueblos africanos y asiáticos, en su mayoría violentos como consecuencia de la lucha contra las potencias coloniales europeas -sí, esas que aprobaban todo ufanas la Declaración Universal de los Derechos Humanos pero sometían a sangre y fuego a sus colonias-, la Corte Internacional de Justicia se ve obligada a abordar en su resolución sobre Kosovo el derecho a la libre autodeterminación haciendo un apunte interesante: «aún cuando no se aplique el derecho a la autodeterminación, la práctica estatal en estos otros casos no apunta a la aparición en el Derecho internacional de una nueva regla que prohíba efectuar una declaración de independencia» (…) y añade que la ilicitud de las declaraciones de independencia como la que había realizado la República Turca del Norte de Chipre (un estado sólo reconocido por Turquía), por ejemplo, «no procedía de su carácter unilateral, sino porque iba acompañada o se había llevado a cabo mediante un recurso ilícito al uso de la fuerza o mediante violaciones graves de normas de Derecho internacional general, particularmente de naturaleza imperativa (ius cogens)».
¿Y qué dice ese ius cogens, el mínimo jurídico internacional » de naturaleza imperativa» como recuerda la Corte Internacional de Justicia, al que deben estar sujetos todos los estados que forman parte del sistema multinacional -de naciones- que forma la ONU? Pues que ese mínimo jurídico está sustentado en tres ejes: el respeto a los derechos y libertades fundamentales de las personas, la libre autodeterminación de los pueblos y el no uso o amenaza de la fuerza en las relaciones internacionales. En Kosovo, Occidente (la OTAN) utilizó la fuerza para defender la independencia violando así su propia normativa, especialmente la UE cuando había fomentado y firmado los Acuerdos de Rambouillet en 1999 que establecían «el respeto a la integridad territorial yugoslava» (y ya sabemos cómo fue ese respeto) que, curiosamente, tenían como objeto principal Kosovo y no a otros países como Croacia o Eslovenia. El escándalo fue tan mayúsculo que un tipo como Kissinger consideró como «una provocación» a Serbia todo eso. Es decir, que tanto EEUU como la UE impulsaron la independencia unilateral de Kosovo y lo hicieron utilizando la fuerza.
Todo esto lo sacó a relucir Putin en su reunión con Guterres. Habló de Crimea, de cómo decidió su independencia tras el golpe del Maidán en 2014, de cómo fue acogida esa iniciativa por Occidente en contraposición con la de Kosovo; de cómo cuando Crimea decidió solicitar la anexión a Rusia reaccionó Occidente con las sanciones, que son ilegales según el derecho internacional; de cómo poco después hicieron los mismo Donetsk y Luganks y cómo se volvió a repetir la actitud occidental y cómo Occidente arropó a Ucrania cuando desató la guerra contra el Donbás (y en ninguno de los tres casos, Crimea, Donetsk y Luganks se utilizó la violencia en los referéndums, esto lo digo yo). De cómo se llegó, tras la derrota ucraniana, a los Acuerdos de Minks y de cómo la ONU y los estados garantes (Alemania y Francia) no hicieron nada para que Ucrania los cumpliese. Y cómo antes de la crisis actual, Ucrania había vuelto a decir que nunca los cumpliría. Y que por ello Rusia lanzó su ofensiva, junto a otras cuestiones como la OTAN o los nazis.
Guterres a todo esto solo replicó que la ONU no reconoce a Kosovo como país. Cierto. Pero sí aceptó su legalidad y Kosovo es reconocido como país por casi todo Occidente (España no lo ha hecho para no sentar un precedente con Catalunya) y, por lo tanto, Rusia tiene el mismo derecho a reconocer a Donetsk y Luganks como estados como Occidente a Kosovo. Si se hizo con Kosovo, en contra de la integridad de Serbia y en contra del criterio de este país, lo mismo se puede hacer en otras situaciones, como el Donbás.
El precedente está ahí, lo sentó Occidente por mucho que hablase entonces y lo siga haciendo ahora de «excepcionalidad de Kosovo». Fin de la historia. Pero, como véis, es un precedente que solo sirve si le sirve a Occidente, su orden y sus reglas.
(Publicado en el blog del autor, el 28 de abril de 2022)