¡Yo quiero ver a Inna Afinogenova! Farruco Sesto
Yo quiero ver a Inna. Quiero ver sus videos. Me gusta mucho seguirla, escucharla en sus argumentaciones y compenetrarme con su visión del mundo. Lo disfruto bastante.
Porque sus trabajos, siempre certeros y oportunos, me parecen excelente ejemplo de periodismo veraz, de acuerdo a los criterios de seriedad y profesionalismo que fui aprendiendo a distinguir, y a apreciar, a lo largo de la vida. Y sobre todo cuando sucede, como es el caso, en el difícil mundo de la comunicación política.
En esos trabajos de Inna no solo está el don de manejar el hilo narrativo sin que decaiga ni un instante el interés de quien los sigue, sino también algunas otras cualidades excepcionales, como la capacidad de síntesis que nos demuestra en cada uno de ellos, el inteligente uso de la ironía que por momentos alcanza cumbres de perfección y, fundamentalmente, que no es poca cosa, el riguroso argumentario con el que, siempre, y digo siempre, logra llegar hasta donde quiere llegar en el develamiento de la verdad más simple, que por momentos permanece oculta entre la marañas de un mundo tan complejo. Hasta que ella la libera con esa sencillez que nos cautiva.
A lo largo de estos últimos años considero que ha sido un privilegio, poder disfrutar de todo ello. Me siento de verdad agradecido.
En todo caso, y lleguen hasta aquí los razonamientos de mi sensibilidad personal, a los que alguien pudiera calificar de subjetivos, el hecho es que me interesa saber lo que ella dice. Y esa, sí que es una verdad objetiva. ¿Acaso no se trata de eso la libertad de expresión y el derecho público a disfrutarla? De manera que repito el reclamo: yo quiero ver a Inna Afinogenova.
Lo que pasa es que tú, quién quiera que seas, aunque bien sé quien eres, has decidido que ya no puedo verla. Me has aplicado “una de censura”, como decimos en Venezuela, cuando eliminaste a RT de nuestras pantallas y le pusiste tipex a Youtube.
Entonces, ahora, háblame de la libertad de expresión con la mismas palabras con que lo venías haciendo. ¿Mundo libre? ¿Comunidad internacional? Por favor, no seas tan hipócrita y sinvergüenza. Tal vez es que comienzas a demostrar un cierto desespero.
(Publicado en Correo del Orinoco, el 31 de marzo de 2022)