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El Acuerdo de Sochi entre la Federación Rusa y Turquía en torno a Idlib, las provocaciones de Israel y las elecciones municipales en Siria: nuevos desarrollos en el conflicto sirio

El pasado 7 de septiembre escribimos un artículo titulado LA OFENSIVA FINAL: se prepara la Batalla de Idlib en Siria. En este hicimos referencia a los planes finales del gobierno sirio y sus aliados, la Federación Rusa, la República Islámica de Irán y las milicias de Hezbolah, de asestar el golpe militar definitivo a lo que se considera, es el último reducto de las fuerzas del Frente Al Nusra (hoy autodenominado Fath Al Sham) en suelo sirio, localizadas en la provincia de Idlib. Independientemente su nombre, se trata de la organización de ISIS o el Estado Islámico de Iraq y Levante en la República Árabe Siria.

La provincia de Idlib se encuentra localizada al noroeste de Siria. Allí convivían, conforme al censo de 2010, alrededor de 2.9 millones de habitantes. En su capital provincial, que lleva el mismo nombre, con una superficie de 23 kilómetros cuadrados, residían 164,983 habitantes. La ciudad de Idlib fue una de las primeras ciudades en levantarse contra el gobierno constitucional de Bashar al- Asaad. Fue ocupada por fuerzas terroristas en el mes de marzo de 2012 y posteriormente recuperada por el gobierno en 2015. Hoy Idlib se encuentra nuevamente en poder de los últimos remanentes de ISIS o el Frente Al Nusra, mientras tropas leales a al-Asaad y fuerzas aliadas al mismo se agrupan en torno a la zona.

Apenas iniciadas las operaciones militares, el gobierno de la Federación Rusa, encabezado por su presidente Vladimir Putin; y el gobierno de Turquía, con la participación de su presidente Recep Tayyip Erdogán, anunciaron lo que se conoce hoy como el Acuerdo de Sochi. Mediante el mismo, con el apoyo del gobierno sirio del presidente Bashar al-Assad y del gobierno de la República Islámica de Irán, las partes suscribientes acordaron una vía no violenta para la solución final del conflicto interno en Siria y la recuperación de la soberanía de su gobierno sobre esta última provincia en control de grupos terroristas.

El Acuerdo de Sochi, alcanzado el pasado 17 de septiembre, presupone, en lo inmediato, la creación a partir del día 15 de octubre, de una zona desmilitarizada estimada entre 15 a 20 kilómetros en torno a la ciudad de Idlib a lo largo de los puntos de contacto entre las partes. Luego de esta primera etapa, a partir del 10 de noviembre, se procederá a la requisición por parte de la Federación Rusa y Turquía de todo el armamento pesado ubicado en la provincia, lo que incluye artillería, cohetería y vehículos blindados como son los tanques de combate. Finalmente, en una tercera etapa, se procedería al traspaso del control de la provincia y las funciones del Estado al gobierno sirio. Mientras tanto, en la zona desmilitarizada que se crearía en torno a Idlib, se ubicarán tropas turcas y policías rusos como garantes del alto al fuego.

Si bien las relaciones entre Siria y Turquía en el pasado no habían sido las de mejor vecindad, ello como consecuencia de los enfrentamientos de Turquía con la población kurda, donde dicho país ocupó porciones del territorio sirio. Esta situación de la presencia de tropas turcas dentro del territorio sirio generó una gran tensión entre ambos países. En este momento, sin embargo, la distención entre ambos países se produce a raíz del interés mutuo de eliminar la presencia del Frente Al Nusra y otras organizaciones fundamentalistas islámicas en la región y en particular en la frontera entre ambas naciones. De esta manera ambas partes atienden de una mejor manera las necesidades recíprocas, permitiéndoles combinar esfuerzos para encaminar un proceso que les permita trabajar conjuntamente en torno al objetivo de pacificar la región.

La población kurda se encuentra dispersa en países como Turquía, Siria, Iraq y Armenia. Para Turquía y Siria resulta una conveniencia recíproca lograr el aseguramiento de sus respectivas fronteras ante el activismo kurdo que hoy, respaldado por Occidente, opera al norte de Siria y al sur de Turquía. Es en esta ecuación donde, además debemos examinar el papel, también de primer orden, que juega el acercamiento logrado entre la Federación Rusa con ambos países.

De acuerdo con el embajador de la República Islámica de Irán ante las Naciones Unidas, Qolamali Joshru, el Acuerdo de Sochi no se hubiera producido sin un evento que le precedió, la Cumbre entre Irán, Rusia y Turquía celebrada en Teherán. Para el diplomático iraní, no puede ser sacado fuera el tablero de la diplomacia, tan importante evento. Indica Joshru que el acuerdo alcanzado en Sochi, fue “el fruto de los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas”. Y es que, en efecto, el mencionado Acuerdo, constituye un nuevo logro de la diplomacia rusa-iraní-turca, donde con la participación de la República Islámica de Irán, Turquía y la Federación Rusa, excluyendo de las negociaciones tanto a Estados Unidos como a la Unión Europea, estos tres países lograron mediante la negociación un acuerdo que posibilitará la terminación de la guerra interna que vive Siria. Se trata de un importante esfuerzo por poner fin a un conflicto que al presente, luego de siete años, ha conllevado la muerte de 360 mil personas y millones de desplazados y refugiados. Para el diplomático iraní, parte de la solución final al drama sirio estará en el regreso a su patria de los refugiados y desplazados sirios.

Es importante destacar que el proceso de pacificación y reconstitución del Estado sirio también presenta otros importantes adelantos. Si bien en Puerto Rico la prensa comercial ha guardado total silencio sobre el dato, lo cierto es que durante el pasado 16 de septiembre 40 mil ciudadanos sirios en todo el país se presentaron como candidatos en elecciones municipales para ser seleccionados a ocupar 18,478 escaños. Para ello el Estado se habilitó 6,551 centros de votación. Fueron estas las primeras elecciones municipales llevadas a cabo en Siria desde el año 2011. En Siria el derecho al voto lo puede ejercer todo ciudadano mayor de 18 años. Se indica por parte del Comité Supremo Electoral, que la afluencia de ciudadanos a los centros de votación fue de tal magnitud que el organismo optó por prolongar el horario de votaciones hasta las 19.00 horas, es decir, 7:00 p.m.

De acuerdo a la agencia de noticias siria SANA, los colegios de votación abrieron sus puertas desde las 7:00 a.m., incluyendo aquellos localizados en zonas donde en el pasado ISIS y otros grupos terroristas ejercieron su control del territorio. En ciudades como Alepo, segunda ciudad más importante de Siria, que apenas un año atrás vivió una de las más importantes batallas entre fuerzas del gobierno sirio y sus aliados frente a varios grupos terroristas como ISIS, el Frente Al Nusra y el Ejército Sirio Libre, ya liberada la región, cerca de 3,500 candidatos a consejales se presentaron para participar en las elecciones en la provincia donde ubica la ciudad.

Al presente, el gobierno sirio ejerce su control sobre el 70% del territorio nacional. Un 20% del territorio localizado al norte de Siria en la región fronteriza con Turquía, sin embargo, permanece controlado por kurdos. Estos cuentan en estos momentos con el apoyo del gobierno de Estados Unidos. En la zona comprendida entre Iraq y Siria, donde antes se intentó por ISIS crear un califato, aún quedan en el terreno algunos remanentes dispersos de estas agrupaciones terroristas.

Se indica que la mayoría de los electores que participaron en las elecciones son personas afiliadas al partido Baaz Árabe Socialista (también conocido como Partido del Renacimiento Árabe Socialista), que es el partido al cual pertenece el presidente sirio Bashar al- Assad. Independientemente a ello, que puede ser un argumento malintencionado para restarle méritos al proceso electoral llevado a cabo en las referidas elecciones municipales, se trata de un importante esfuerzo que contribuye al proceso de ir devolviendo el país a la normalidad de un Estado político integrado, con capacidad para ejercer la soberanía política sobre su propio territorio.

Previo a estas elecciones, en Siria se llevó a cabo una elección presidencial en el año 2014 y otra como parte de las elecciones legislativas en 2016 donde se cubrieron los escaños de 250 diputados que conforman su parlamento. En las presidenciales, el actual presidente resultó reelecto para un tercer mandato de siete años. En dichas elecciones, el presidente sirio obtuvo el favor de 10,319,723 electores, lo que equivale al 88.7% de los participantes en el proceso electoral.

Nos dice el periodista Elson Concepción Pérez, en columna publicada en el periódico cubano Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, bajo el título Siria aceptó el reto y venció, al referirse a los señalamientos del gobierno estadounidense dirigidos a deslegitimar las elecciones municipales calificándolas de “no democráticas”, lo siguiente:

Que en medio de una guerra más de 6,500 centros de votación funcionaran, e incluso que muchos de ellos tuvieran que seguir abiertas horas después de lo previsto, por la cantidad de votantes que acudían, no es un ‘proceso fiable’ de acuerdo con los patrones de Washington. Tampoco lo constituye que más de 40,000 candidatos compiten por 18, 478 puestos en los Consejos de las Administraciones Locales en todas las provincias del país.”

Para el gobierno de Estados Unidos y sus aliados aparentemente los esfuerzos para devolver al país a un clima de paz y convivencia no revisten ninguna importancia. Por esto la crítica al proceso de paz y la crítica al proceso político en curso. También por esto había que buscar una excusa que les permitiera descarrilar ambos proyectos. Y la excusa la encontraron en un operativo militar de distracción y provocación.

Utilizando como recurso su fiel aliado en la región, el Estado de Israel, mientras las fuerzas navales estadounidenses y de la OTAN mantienen en aguas del Mar Mediterráneo, en las proximidades de Siria, al menos tres destructores estadounidenses armados con misiles, junto a un submarino británico también con capacidad de lanzamiento de misiles, provocaron un incidente a 35 millas de la costa de Siria. En este un avión II-20 de la Federación Rusa con 15 militares a bordo, fue derribado por las defensas antiaéreas sirias. Previo a este incidente, el pasado 5 de septiembre, Israel también había dirigido un ataque con misiles contra el Aeropuerto Internacional de Damasco, capital de Siria.

El más reciente incidente ha sido descrito por la prensa internacional de la siguiente manera: cuatro aviones israelíes F-16 de fabricación estadounidense bombardearon dos instalaciones militares sirias localizadas en Latakia, lugar donde presuntamente se ubica la mayor parte del personal militar ruso en Siria. Ante el ataque perpetrado desde el mar, que incluyó el lanzamiento de misiles contra territorio sirio, las defensas antiaéreas sirias a través de sistemas S-200 provistas por el gobierno ruso al gobierno sirio abrieron fuego. En el proceso, un avión ruso que regresaba a la base aérea de Hmeymin, estando a una distancia de 35 kilómetros de la costa siria en el Mar Mediterráneo fue derribado cuando los F-16 utilizaron como escudo frente a las defensas antiaéreas al avión ruso. Las defensas antiaéreas sirias derribaron el avión ruso pereciendo sus quince ocupantes.

Se indica en la página electrónica publicada por Sputnik que la operación israelí tenía como propósito principal, no tanto el blanco militar atacado en Siria, sino crear un incidente en el cual los rusos tuvieran que abandonar su apoyo al gobierno sirio, así como echar a perder el acuerdo negociado entre la Federación Rusa y Turquía para la pacificación de la provincia de Idlib.

El acto de provocación fue parte de una serie de eventos que ocurrieron en cadena creando el contexto para una intervención directa de Occidente. Previo a este incidente, el gobierno sirio había adelantado información a los fines de que se planificaba una vez más, como ocurrió en el pasado cuando la batalla de Alepo, crear una excusa para escalar la actividad militar contra Siria utilizando como pretexto un supuesto ataque con sustancias químicas por parte de Siria en Idlib. Recordemos cómo cuando la batalla de Alepo se movilizó un discurso a nivel internacional y una campaña mediática contra el gobierno sirio imputándole el uso de armas químicas contra la población civil. En esta ocasión, como ocurrió cuando el gobierno de Obama, Trump amenazó con represalias si tal uso de armamento químico se producía. Si la maniobra no hubiera sido denunciada a tiempo, el incidente se habría fabricado y con ello, hubieran justificado una escalada de parte de Estados Unidos y la Unión Europea en el conflicto

La provocación del derribo del avión ruso tampoco ha dado resultados positivos para sus autores e instigadores. Portavoces de la Federación Rusa, por su parte han indicado que, si bien se trata un acto hostil contra su país, responsabilizando por el mismo a Israel, no han actuado de inmediato con represalias, reservándose el derecho a responder ante tal provocación. Igualmente, esta ha sido la respuesta de Turquía en lo que concierne a sus manifestaciones contra Israel, como también las expresadas por la República Islámica de Irán.

Todo parece indicar que, si el propósito de la provocación de Israel y Estados Unidos era, en lo inmediato, descarrilar los esfuerzos de pacificación en Siria, tal propósito, al menos con este último acto perpetrado por aquellos que viven del conflicto permanente en la región, no han sido alcanzados. Esto es así, al menos por ahora.

La obtención de un objetivo táctico nunca debería sacrificar la consecución del objetivo estratégico. Hay que insistir en señalar que el pueblo sirio ha sido objeto de una intervención imperialista dirigida a destruir su nación, su gobierno y sus instituciones con miras a convertir el país en un Estado fallido. Todo ha sido un diseño imperial en aras de intereses económicos y geopolíticos extranjeros. Para quienes observamos el desarrollo de los acontecimientos en la región del Medio Oriente, no debe quedar duda alguna de cuáles son tales intereses y cuáles son los países a los cuales nos referimos. Son ya demasiados los ejemplos que hemos visto repetirse a lo largo de décadas. Por esto insistimos en que para el pueblo sirio y para la comunidad internacional, el logro de la paz en Siria, cueste lo que cueste, debe ser el objetivo estratégico por el cual luchar. Una vez más, nuestra solidaridad con el pueblo sirio en su lucha por la paz, por su independencia y su soberanía.

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