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El que empuja no se da golpes. Ramón Pedregal Casanova

La contrarrevolución es el que empuja, y así no se da golpes. Mandar a otros por delante, eso, y ellos a vivir de la venta del país y del sacrificio de las gentes. El que empuja no se da golpes. Tengamos la cabeza fría y abajo el bloqueo, sus criminales, grupo que incluye a quienes lo festejan. Habían anunciado que el día 11 Madrid se iba a volcar con ellos arrinconando a Cuba, y qué equivocados estaban, Madrid los ignoró. Se juntaron 150 mercenarios del imperio, y dieron sus gritos contra el pueblo cubano. No les hicieron caso más que los propagandistas. Ocultan en todos sus medios que no encuentran apoyo popular ni en Madrid ni en Cuba. El grupito encabezado por Lázaro Mireles y Yotuel, personajes a quienes el bloqueo no les hace daño, por contra hacen coro a la tiranía del régimen imperial, se empeñan en sembrar de hambre la Isla Rebelde, emplean el crimen del hambre como mandato de sus empleadores, esos que les echan para comer en sus organizaciones.

Es bien conocido el documento en el que ya desde el siglo XIX el poder yanqui escribía que para hacerse con Cuba la iban a cañonear con el bloqueo, y de ese modo matarían a la población de hambre, si no se rendía. El imperio siempre ha movido a las gentes más indignas contra los pueblos que luchan por ser libres. Ahí los tiene usted: los mercenarios de EEUU que son de origen cubano, son los que menos se reconocen como cubanos, agitan el fin que tanto planifica el monstruo de espíritu supremacista que habita en la Casa Blanca, miren lo que declara otro de sus siervos, Mikel Osorbo: “que no tengan (los cubanos) donde buscar nada.” Éstos son “el que empuja no se da golpes”, el dicho popular cubano para señalar a quienes echan a los inocentes al enfrentamiento, en éste caso agitan para que el pueblo se desangre, se debilite, se divida, y el imperialismo se pueda hacer con Cuba con facilidad. Los mercenarios cobran para hacer el trabajo de escandalizar por todos los medios de difusión, de los que es dueño su pagador, el equipo gerente del gran capital estadounidense, el primero que “empuja (y) no se da golpes”.

Gritan “bloqueo, invasión, que bombardeen a Cuba, que los cubanos no tengan donde comprar nada, dictadura, dictadura”, y eligen la venta de su ser pensante. No les importa, en absoluto, el sufrimiento que causa el bloqueo, nunca dicen que ningún país del mundo, ningún gobierno del mundo se manifiesta a su favor en la ONU, nunca dicen que el mundo entero se muestra contrario a lo que ellos berrean públicamente, nunca dicen qué significa legalmente el “bloqueo”: el bloqueo es considerado por la legalidad internacional como una acción de guerra, como un acto genocida, lo que significa un crimen que no se borra, de lesa humanidad, que es tan sumamente inhumano que sus causantes y promotores deben ser juzgados. El bloqueo, expresado en palabras de Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, “es violatorio de los Derechos Humanos, es un acto político extra territorial, es una política medieval, es una política genocida, y, que entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.”

Si el bloqueo es ilegal y genocida quiere decirse que quienes lo promueven son criminales, odiadores profesionales, gentes sin humanidad ninguna, son parte del propósito del genocidio. El grupito de contrarrevolucionarios que se paseó gritando su malquerencia por Madrid el día 11, son el grupito que representa el odio, son los promotores de lo que el mundo desaprueba, son parte de los enemigos de la paz, son parte de los enemigos del Derecho Internacional, de la Legalidad, del Derecho de los Pueblos a su independencia, son la mano del imperialismo para empujar al pueblo cubano contra si mismo: “el que empuja no se da golpes”.

El pueblo, sabio, se apartó de ellos, los provocadores quieren la calle y el pueblo consciente no los quiere a su lado, el pueblo sabio rechaza a los atizadores del crimen, son los desautorizados por toda la gente de bien. Entre las muchísimas dificultades que el bloqueo causa al pueblo cubano se encuentra la que se ha sufrido éstos días, los cortes de luz debidos a la maquinaria que no ha podido ser renovada a causa del bloqueo, debido a que el imperio persigue que Cuba no pueda adquirir repuestos, debido a que no pueda tener ingresos para adquirir maquinaria nueva, debido a que los esfuerzos de los asesinos amenazando, sancionando y bloqueando a todo el mundo, procuran y quieren que cualquier esfuerzo del pueblo cubano sea infructuoso, y que el mismo pueblo cubano se enfrente entre si, … pero han sido ya 63 años en los que los cubanos encuentran remedio, el diálogo, el consenso social, ha cerrado el paso a la incomprensión, a la división, ha puesto en el contexto el problema de la falta de energía por unas horas. Las direcciones, las responsabilidades son sociales, son pueblo, y por eso comparten lo que a afecta al conjunto. La unidad en la resistencia frente a los mercenarios y sus amos, la unidad en el camino del socialismo, la independencia, la soberanía, el derecho a ser dueño de su tierra, de sus industrias, de sus hospitales, de sus centros de enseñanza, de sus casas, el derecho a tener justicia social, igualdad y defensa mutua es la vida del pueblo. No pueden decir eso los mercenarios, ni los de Miami ni los de Madrid. Eso es antiimperialismo, esos derechos que los mercenarios desprecian. Por eso, éstos, siendo tan pocos, en ciudades como Madrid, con regentadores de ultraderecha, salen a pasear la calle, no tienen otra función que la de gritar por el bloqueo, por el genocidio, por la guerra, por la miseria que hunde la condición humana.

La paz del pueblo cubano, es el fruto de la lucha permanente por elevar la conciencia transformadora del mundo, la paz del pueblo cubano lo ha convertido en ejemplo, reconocido en todos los organismos internacionales, de cultura, y se ha elevado en la potencia de la solidaridad, con médicos, maestros, recuérdese a Fidel: ¡médicos y no bombas!, la conciencia que asiste a quien se lo solicita, sin distinción. La paz del pueblo cubano está marcada por sus cinco vacunas contra la Covid 19, ofrecidas al mundo, solicitadas por numerosos países, asombrando por su creatividad, sin ayuda de nadie porque el imperio ha impedido que pueda adquirir nada, ni siquiera los medios que tenía obligación de entregarle la OMS. La paz interna del pueblo cubano es el ejemplo que ofrece la unidad social, es el ejemplo de cambio que sin bloqueo mejoraría sustancialmente a los pueblos. Pero, el pueblo cubano es tan odiado por los odiadores, que le ponen todas las barreras imperiales, los odiadores, los mercenarios del monstruo que mientras intenta ahogar a Cuba se ha asignado 840.000 millones de dólares para su ejército, el monstruo que agrede cuanto puede, ¡armas y no médicos!, ¿con qué fin cree usted? Los mercenarios gritan ¡armas y no médicos! empleando otros términos, bloqueo, bombardeos, hambre, y se insultan diciendo dictadura al pueblo que se separa de ellos, hacen la propaganda callejera y en las redes y medios del gran capital: es su declaración contra la legalidad y el Derecho Internacional, declaran sus ansias de genocidio. Así lo hicieron en Madrid el día 11, para luego retirarse a festejar su propósito dándose vivas mientras comían y bebían opíparamente en un restaurante, con el dinero que cobra del Departamento de Estado del imperio, la ultraderecha instalada en Miami, en Madrid, en Barcelona. Recuerden el dicho cubano: “el que empuja no se da golpes.” Son gente que acusa de lo que ellos mismos son y por eso escandalizan, para que su griterío no deje reflexionar sobre lo que promueven, son sus técnicas de neutralización.

Que se rompa el bloqueo, que se cumpla con el Derecho Internacional, que los gobiernos y los pueblos pierdan el miedo al monstruo opresor, ya se aprecia su decadencia, apoyen sin miedo, y el pueblo de Cuba seguirá su camino sin dificultades. Larga vida a la Cuba Revolucionaria.

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