Esto no es Venezuela, pero…
Segundo, los timoratos de la «transversalidad», los niñines y niñinas que están encandilados con viejecillas antaño peleonas y hoy connotadas y agresivas defensoras del sistema (como la alcaldesa de Madrid), deberían salir de su ignorancia ilustrada y saber que la extraña dictadura de Venezuela ha sido fundamental para el sostenimiento de millones de personas en el Caribe y más allá. La situación de Venezuela tras la muerte de Chávez no se debe sólo a la inoperancia de la camarilla dirigente actual, sino a las sanciones y a la agresión externa de esos demócratas habituales que ahora reconocen al títere. Pero…
Resulta que el pueblo de Haití también está en la calle, como los «chalecos amarillos» franceses. Haití, el pueblo que se rebeló contra la metrópoli francesa creyendo que eso de «libertad, igualdad y fraternidad» también iba con ellos, pobres esclavos, se encontró con una implacable represión. «Libertad, igualdad y fraternidad» si, pero no para los negros. Vamos, lo mismo que está pasando hoy en Venezuela. Fijaos en las fotos de unos, blanquitos -a quienes amparan los demócratas habituales- y de otros, pardos, quienes defienden lo poco o lo mucho que haya que defender en la Venezuela bolivariana.
Venezuela proporcionó a Haití un sistema preferencial de pagos en la compra de petróleo (traducido, Haití pagaba sólo el 60% del precio y el resto se financiaba a 25 años al 1% de interés, repito, al 1% siempre que los precios se mantuviesen por encima de los 40 dólares por barril). Cuando EEUU impuso al títere en Venezuela, muchos vasallos se apresuraron a reconocerle. Entre ellos, Haití. Y aquí el pueblo dijo que no, que basta. Y salió a la calle, está aún en la calle defendiendo a Venezuela y a Petrocaribe. Y preguntando que dónde ha ido el dinero que se ahorró el país gracias a la generosidad de Venezuela y que ha repercutido muy poco en su bienestar.
Piden la renuncia del presidente, pero a diferencia de lo que ocurre en Venezuela los demócratas habituales pasan de ellos. Ni caso. Es más, con el cinismo que es habitual, Bolton no tiene empacho en publicar esto: