América LatinaArtículosDestacados

Esto no es Venezuela, pero…

… a Venezuela le ha salido un defensor sorprendente y sorpresivo: el pueblo de Haití.
Por partes:
Primero, un vídeo. No es de Venezuela, por supuesto, sino de Francia, la Francia madre de la democracia con eso de «libertad, igualdad, fraternidad», el lema del que se apropia sin el menor sonrojo la burguesía. La Francia en la que los «chalecos amarillos» llevan ya 14 semanas de lucha sin desfallecer. Esto no es Venezuela ¡Qué se le va a hacer! Los demócratas habituales pueden seguir entretenidos llevando la democracia al mundo, sobre todo a Venezuela donde ya se sabe, hay una dictadura tan curiosa que no detiene al títere reconocido por los demócratas habituales en flagrante violación del derecho internacional pero ¿a quién le importa el derecho internacional si no beneficia a los demócratas habituales? Esto no es Venezuela y los «progres» pueden continuar alucinando y preguntándose por qué en vez de protestar no se les vota a ellos, tan majos y tan dispuestos a llevar las reivindicaciones del populacho, de los «palurdos», a las instituciones.

Segundo, los timoratos de la «transversalidad», los niñines y niñinas que están encandilados con viejecillas antaño peleonas y hoy connotadas y agresivas defensoras del sistema (como la alcaldesa de Madrid), deberían salir de su ignorancia ilustrada y saber que la extraña dictadura de Venezuela ha sido fundamental para el sostenimiento de millones de personas en el Caribe y más allá. La situación de Venezuela tras la muerte de Chávez no se debe sólo a la inoperancia de la camarilla dirigente actual, sino a las sanciones y a la agresión externa de esos demócratas habituales que ahora reconocen al títere. Pero…

Resulta que el pueblo de Haití también está en la calle, como los «chalecos amarillos» franceses. Haití, el pueblo que se rebeló contra la metrópoli francesa creyendo que eso de «libertad, igualdad y fraternidad» también iba con ellos, pobres esclavos, se encontró con una implacable represión. «Libertad, igualdad y fraternidad» si, pero no para los negros. Vamos, lo mismo que está pasando hoy en Venezuela. Fijaos en las fotos de unos, blanquitos -a quienes amparan los demócratas habituales- y de otros, pardos, quienes defienden lo poco o lo mucho que haya que defender en la Venezuela bolivariana.

A lo que voy. Haití logró su independencia, pero tuvo que pagar a la metrópoli por ella, pagos que, por cierto, todavía se producen a Francia. Haití es un foco de corrupción de las ONGs, de la ONU (¿o no recordáis la violación de mujeres y jovencitos producidas por las tropas uruguayas y brasileñas de la ONU? ¿Y qué me decís del foco de cólera que hubo y que llegó a través de las tropas nepalíes de la ONU y que la ONU negó durante meses mientras morían los haitianos?), de los Clinton, de…
Con todo, sólo dos países se preocuparon de verdad por Haití: Cuba, que envió sus mejores médicos tras el terremoto de hace unos 9 años, y Venezuela, que gracias a Petrocaribe (producto de Chávez) ayudó significativamente a paliar la escasez de combustible en Haití.

Venezuela proporcionó a Haití un sistema preferencial de pagos en la compra de petróleo (traducido, Haití pagaba sólo el 60% del precio y el resto se financiaba a 25 años al 1% de interés, repito, al 1% siempre que los precios se mantuviesen por encima de los 40 dólares por barril). Cuando EEUU impuso al títere en Venezuela, muchos vasallos se apresuraron a reconocerle. Entre ellos, Haití. Y aquí el pueblo dijo que no, que basta. Y salió a la calle, está aún en la calle defendiendo a Venezuela y a Petrocaribe. Y preguntando que dónde ha ido el dinero que se ahorró el país gracias a la generosidad de Venezuela y que ha repercutido muy poco en su bienestar.

Piden la renuncia del presidente, pero a diferencia de lo que ocurre en Venezuela los demócratas habituales pasan de ellos. Ni caso. Es más, con el cinismo que es habitual, Bolton no tiene empacho en publicar esto:

Apoyo total, diálogo, etc. ¿A que es lo mismo que oís en Venezuela? Como siempre, los demócratas habituales a lo suyo. ¿Y qué es lo suyo? Pues ni más ni menos que diciendo que «Maduro agita el descontento» (sic). Pero el pueblo de Haití, otra vez, está demostrando tener mucho más corazón y cabeza que los «progres» de cualquier país de demócratas habituales y estos están tranquilos, tranquilas. A fin de cuentas, esto no es Venezuela.
Podéis hacer un seguimiento de lo que pasa aquí.

Comments are closed.