Los congelados. El lince
Occidente es incorregible. Solo se va a corregir cuando esté destruido, y va camino de ello. En estos días ha habido dos reuniones de esta peña incorregible: la del fantasmagórico G-7 y la del FMI. Lo que se constata de las dos es que los occidentales están congelados, más en el fantasmagórico G-7 que en el FMI porque, a fin de cuentas, aquí hay gente que no es occidental.
El fantasmagórico G-7 ha actuado como si en este año -y los anteriores, con la pandemia- no hubiese pasado nada y Occidente siguiese controlando el cotarro mundial. Está congelado en el deseo de que se mantenga el status quo, como si lo que está pasando no fuese más que un sarampión pasajero y actúa como si las cosas fuesen como antes.
Así, sigue con las sanciones contra Rusia -ilegales, según el derecho internacional- y arremete contra China. Y todo va bien. Es lo que tienen los congelados, que cuando se descongelan proliferan los microorganismos. Porque mientras decían sus tonterías habituales, Polonia, Hungría y Eslovaquia (por el momento) prohibían el comercio de granos ucranianos en sus territorios. Y la respuesta no ha podido ser más cómica, por lo que encierra: «las acciones unilaterales de estos países son simplemente inaceptables».
Vamos a ver, si las acciones unilaterales con inaceptables, las sanciones unilaterales, también. Eso es lo que dice el derecho internacional y a lo que se refirió la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, donde los congelados votaron el contra. Pero lo busquéis lógica en esta peña, si están congelados también lo está su «cerebro» (?). Como es lógico, si es que hay algo de lógica en esta peña, consideran que están «en el lado correcto de la historia».
Y esto es así porque la otra parte donde actúan los congelados, el FMI, acaba de hacer público un informe donde dice varias cosas, entre ellas que China e India se van a convertir en los mayores impulsores del crecimiento mundial durante los próximos 5 años, dejando en tercer lugar a EEUU.
Ejercicio visual y mental (solo para quienes tengan cerebro, occidentales abstenerse): ¿cuántos países occidentales veis? Y, de ellos ¿cuántos están en el fantasmagórico G-7? Otra pregunta, consecuencia de este ejercicio: si esta es la realidad ya, ahora y a medio plazo, ¿cuál sería el G-7 real?
Tranquilidad, occidentales sin cerebro, aquí os lo pongo fácil. Podéis utilizar el gráfico anterior como referencia u otro en el que se sigue jugando con la mentira del PIB bruto, que no de la Paridad de Poder Adquisitivo, donde los BRICS superan al fantasmagórico G-7. Y sale esto.
Si lo de antes era a medio plazo, esto es a corto plazo. Pero la tendencia, como veis, es la misma. Al igual que la conclusión: la hegemonía occidental desaparece.
Entre otras cosas, porque el FMI reconoce ahora lo que ya os comenté hace un mes y que tanto revuelo causó por ahí: los BRICS superan al G-7 en PPA, y ya es más que oficial, oficialísimo. Solo que los congelados siguen con su mantra.
Y la pregunta que hay que hacerse es muy fácil: ¿por qué en las dos gráficas aparece Rusia, el país más sancionado, con esas «sanciones del infierno» que lo iban a hundir en la miseria? Porque las sanciones no funcionan y se han revelado como el error de cálculo más grande de la historia moderna para Occidente. No han hundido a Rusia, pero están hundiendo a Occidente. Pero la forma de evitar ese hundimiento es congelarse. Eso es lo que creen: si congelas algo, evitas que se pudra. Y el G-7 ha vuelto a insistir en ellas, tanto con el tema del petróleo como la «nueva ronda de sanciones» en las que va a incluir la cuestión del comercio nuclear.
El fantasmagórico y congelado G-7 insiste en algo que desde EEUU se reconoce como muy problemático: el peligro de desdolarización por las sanciones. Lo ha reconocido la propia jerifalte, Janet Yellen. Admite que al convertir el dólar en un arma hay países que lo quieren abandonar, pero solo nombra a Rusia, China e Irán. ¿De veras? Esta peña, al estar congelada, no ve pasar el mundo a su alrededor. Son muchos más países que estos tres. Por no ir mucho más atrás, el que Lula haya pedido públicamente que los BRICS desarrollen su propia moneda ya da una pista de que esto es así, además de lo que ha hecho Brasil en su comercio con China, que no es otra cosa que no utilizar el dólar, y de la reducción del dólar en sus monedas de reserva.
El paso dado por Brasil va a ser seguido, sí o sí, por México: ya ha mostrado su interés por utilizar el sistema de pago MIR ruso como reemplazo al SWIFT de la mafia occidental.
Y mientras tanto, hay caminos intermedios como el que acaba de dar Bangladesh con Rusia: se ha desdolarizado una parte del comercio bilateral entre los dos países. Esa parte es la referente al pago de una planta nuclear construida por Rusia, y el pago ni siquiera va a ser en rublos, sino en yuanes.
Ni que decir tiene que en todo el mundo, el que está vivo, fresco y no congelado, hay mucho movimiento y se están buscando, y adoptando, fórmulas que trolean a los congelados. Cuando se descongelen, si es que lo hacen, se encontrarán con algo totalmente diferente a lo de ahora.
Mientras tanto, la crisis del país 404, antes conocido como Ucrania, ha destrozado lo poco que quedaba no ya de «izquierda», sino de «progresía» en Europa. Dentro de la uniformidad de la «información» (léase propaganda) que se asemeja como una gota de agua a otra al período fascista entre la I y la II Guerra Mundial, la pretendida «izquierda» ha actuado como la principal valedora de los intereses no ya de la burguesía local, sino de EEUU.
Dos ejemplos: el que supuestamente es el principal sindicato de Italia, la CGIL, acaba de enviar una delegación de «solidaridad con Ucrania» y ha tenido la ocurrencia de fotografiarse, con esas pancartas de «solidaridad con Ucrania y no a la agresión rusa» frente a la Casa de los Sindicatos de Odesa, donde se produjo una matanza de antifascistas ucranianos en 2014, el otro comienzo de todo. Tal vez merezca la pena recordar que la UE «exigió» a Ucrania que investigase, y que luego nunca más insistió cuando la «investigación» exculpó a los neonazis de la matanza. La UE reconoció que se hizo una «investigación superficial», pero no fue más allá.
El otro es, de nuevo, el alemán. La coalición de gobierno de Berlín (SPD, Verdes y Die Linke) no solo boicoteó «la Marcha por la Paz de Pascua» contra la OTAN y el envío de armas al país 404, antes conocido como Ucrania, sino que ahora da un paso más y ha prohibido una marcha de conmemoración del «Día del Prisionero Palestino» que se había convocado para este domingo pasado.
En estos momentos hay 4.900 presos palestinos en cárceles israelíes: 4.709 hombres, 160 niños y 31 mujeres. Supongo que estarán muy agradecidos a la «izquierda» alemana.
Mientras Francia hierve, en otros lugares la «pretendida izquierda» está generando monstruos una y otra vez. Aunque luego hay gilipollas, como los de Podemos en el Estado español, cuando dicen cosas como esas de que «el independentismo catalán ha despertado a los fascistas».
Otros que tienen el cerebro congelado. Y así nos va.
(Publicado en el blog del autor, el 18 de abril de 2023)