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Los graznidos y provocaciones de Trump, la sabiduría popular de Maduro…

El cuadro internacional y la imposibilidad de una invasión

En varias ocasiones he comentado que, a mi juicio, los Estados Unidos, sus gobiernos satélites en América Latina, los gobiernos quisling –es decir: serviles-, en Europa y en otras regiones del mundo (fundamentalmente Israel, Canadá, Ucrania, Polonia, Hungría, la UE, etc.); con el gobierno español en el indigno papel secundario pero primordial de abanderado mediático para países de habla hispana y de impulsor de “posiciones comunes” en América Latina y en Europa; más otros aliados en Gran Oriente Medio o el Extremo Oriente, como Japón (hasta cierto punto), e incondicionalmente, Australia; no pueden iniciar una invasión militar contra la revolución bolivariana y sus aliados. Más bien tiemblan de miedo ante el desarrollo inesperado de la contienda que han provocado.

No pueden, ni siquiera utilizando el poder de la OTAN y sus diversas alianzas militares ad hoc organizadas en torno a la Alianza Atlántica para ampliar el número de miembros ocasionales (a los que se les promete descaradamente una parte del gigantesco botín de guerra en especie -petróleo, por ejemplo- u obras públicas de todo tipo bajo la fórmula de Paul Brener: “destruir para construir”); o encubrir tras ellos a la poderosa organización militar dentro de un conjunto de aliados a los que se denomina genéricamente “mundo occidental”, según la jerga impuesta por Washington.

Tal jerga se ha codificado en los documentos estratégicos de altísima jerarquía política, muy bajo nivel intelectual y descarado sistema de valores capitalistas-imperialistas como: La Nueva Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de Jorge W. Bush, perpetuado por sus epígonos del partido demócrata y republicano en formulaciones posteriores. Esta Biblia sistémica de la mayor potencia mundial, con elementos económicos, políticos, e ideológicos que aseguran la superioridad eterna de los EEUU está dictada por las creencias metodistas del presidente mencionado. Veamos algunos fragmentos de su devocionario.

Sobre Dios, la guerra y la libertad

«La libertad está en marcha en este mundo. Creo que todos en el Medio Oriente desean vivir en libertad. Creo que las mujeres en el Medio Oriente quieren vivir en una sociedad libre. Creo que las madres y los padres quieren criar a sus hijos en un mundo libre y pacífico. Creo todas estas cosas, porque la libertad no es un regalo de Estados Unidos al mundo, la libertad es el regalo del Dios todopoderoso para cada hombre y mujer en este mundo”.
– 
Discurso en Pennsylvania , 22 de octubre de 2004.

«… El Dios que conozco es uno que promueve la paz y la libertad. Pero tengo un gran apoyo en mi relación personal. Eso no me hace pensar que soy mejor persona que tú, por cierto. Porque uno de ellos «Las grandes advertencias en el Libro bueno (la Bibliai) son, no trates de quitarte un punto si tengo un registro en el mío».
– 
Entrevista realizada por Radio and Televisión Arelando, 24 de junio de 2004.

«Creo que Dios ha plantado en cada corazón humano el deseo de vivir en libertad. E incluso cuando ese deseo es aplastado por la tiranía durante décadas, volverá a surgir».
20 de enero de 2004.

«La causa a la que servimos es correcta, porque es la causa de toda la humanidad. El impulso de la libertad en nuestro mundo es inconfundible, y no solo es impulsado por nuestro poder. Podemos confiar en ese poder mayor que guía el desarrollo de los años precedentes. Y en todo lo que vendrá, podemos saber que sus propósitos son justos y verdaderos”.
– Dirección del Estado de la Unión , 20 de enero de 2004.

Las primeras doctrinas imperiales

Los textos recuerdan, en su totalidad, las doctrinas imperiales de “buena vecindad” que fueron interpretadas con los lemas de James Monroe: “América para los americanos”, expresada en el Congreso de EEUU como línea programática de las relaciones exteriores de la Unión, en la disputa con las potencias europeas sobre el dominio de las antiguas colonias españolas.

El principio programático alcanzó su significado pleno al convertirse en la “Doctrina del patio trasero”, vinculada a la práctica con la política del Big Stick. Todas ellas estaban marcadas por un sentido de la Providencia y un racismo, insuperable en su época, como demuestran las obras de William H. Prescott (1796-1858), el más famoso historiador estadounidense del siglo XIXii. La expansión hacia el Oeste, y la conquista de la mitad del territorio de México necesitaban una doctrina de este tipo. Después llegaría la intervención generalizada que tendría su brazo armado en la “política de las cañoneras”.

Más tarde, en la lucha contra el comunismo, llegarían las Doctrinas de la Seguridad Nacional exportadas hasta convertirlas en un conjunto con la misma coherencia bajo el nombre de Doctrina de Seguridad Continental que se hizo práctica en numerosos golpes militares, fundamentalmente los de Chile y Argentina, que fueron la base militar e ideológica de la Operación Cóndor. La fusión de la intervención armada de los Ejércitos latinoamericanos bajo patrocinio e intervención de la CIA abriría paso al adoctrinamiento de los oficiales y suboficiales en centros especiales como la Escuela de las Américas. Los golpes militares van siempre acompañados de la instauración por la fuerza de una política económica neoliberal promovida por la Escuela de Chicago y las privatizaciones de todos los servicios, materias primas, centros de producción y bienes públicos, así como de todas las regulaciones laborales o de otro tipo ganadas por los trabajadores durante decenas de años de lucha sindical o política. Tal conjunto de represión y política neoliberal lleva consigo a la pobreza generalizada y extrema entre las clases populares y la clase trabajadora, al paro, la vigilancia política, la prohibición de la lucha sindical, la penalización de la lucha política y la represión llevada al extremo. La suma de fascismo, el régimen militar y la economía neoliberal de las privatizaciones y desregulación total bajo dirección y tutela de los Estados Unidos suponen la estructura del nuevo imperialismo. Tal modelo en el que crece la desigualdad hasta extremos inconcebibles, se impone por la tortura, los asesinatos, las desapariciones, las cárceles secretas, los centros clandestinos, la implantación de los escuadrones de la muerte y las operaciones de guerra sucia en todo el continente.

La guerra y el imperialismo globales

Los principales conceptos militares, políticos y sistémicos de todo este paquete doctrinal –calificable de imperialismo globalizado-, se remontan a la época Clinton y a su secretaria de Estado, Madeleine Albright, y fueron expuestos públicamente, una y otra vez, sin escándalo alguno, en el “ejemplar” mundo occidental que siempre ha estado dispuesto a arrastrar los DD.HH. en cualquier ciénaga de basura o de tierra empapada con sangre.

No pueden invadir militarmente Venezuela aunque intenten adaptarse a la fórmula estratégica de “Guerra de Cero Bajas” o “Guerra sin muertos”, o –visto desde el otro lado-; Guerra de Destrucción Masiva Unilateral (GDMU, un eufemismo que delata el genocidio y la destrucción total del país agredido).

Cualquier fórmula militar de laboratorio para la guerra es buena para Estados Unidos siempre que le asegure la derrota del enemigo que se opone a su expansión colonial o planetaria, o que le facilite el saqueo de los recursos de los demás bajo la dependencia colonial o neocolonial. Cada una de estas fórmulas militares tiene su propia historia de cabildeo, elaboración, equipamiento, cálculo empresarial, puesta en práctica y valoración en términos de coste-beneficio. No se planifica el desarrollo social sino que se planea la obsolescencia productiva de los equipos industriales y militares para asegurar la necesidad de recambio y el fortalecimiento del complejo militar-industrial y del proyecto estratégico de dominación del mundo.

En las últimas décadas el neocolonialismo se desarrolla a nivel planetario y el imperialismo se extiende a todo el planeta, incluidos los mares y el espacio alcanzable o utilizable para la guerra.

El país que defiende su soberanía, sus servicios públicos esenciales, o se opone al robo proyectado de sus riquezas por EEUU, se convierte inmediatamente en el blanco bajo el punto de mira de Washington. Sin más razón que la negativa soberana a someterse a los EEUU, este último país le anuncia la destrucción total material de todos sus bienes y servicios, así como la matanza generalizada de sus ciudadanos que serán sometidos a genocidio por defenderse, cabalgando sobre el Eje del Mal que definen los políticos y las grandes empresas capitalistas de los Estados Unidos.

Los instrumentos del genocidio

El principal instrumento de este genocidio, repetido y ocultado una y otra vez es, como ocurre ahora en Venezuela, la guerra económica que está planificada para causar cientos de miles o millones de muertos en nombre de la Libertad, la Democracia y los Derechos Humanos.

Más terrible es la cólera y la determinación genocida del Imperio cuando además está en juego la naturaleza del sistema social capitalista y su destrucción; y la emergencia –ya inevitable- del socialismo en transición hacia el comunismo.

No pueden, aunque quieren realizar ataques preventivos, desestabilizaciones irresistibles o invasiones directas o indirectas de países como Venezuela. Por un lado ellos, los agresores, son países capitalistas cuyas élites económicas tiemblan ante la idea de que el movimiento popular y los sectores de la clases obrera y campesina propongan la opción de un estado socialista igualitario, democrático y participativo (con representación genuina por sectores de la población); en transición hacia el comunismo. Por otro tienen contradicciones interimperialistas que los colocan en situaciones cada vez más difíciles de resolver y que se agravarían con la guerra en cualquiera de sus modalidades. Además de ello, saben que Venezuela ha creado un sistema de alianzas que hace totalmente imposible la intervención militar directa o indirecta –a través de otros países u organizaciones mercenarias. En el primer caso la guerra llegaría inmediatamente a territorio de los propios EEUU –lo cual es inimaginable para sus propios ciudadanos-, y en el segundo ocurriría lo mismo, con el añadido de que los posibles aliados, probablemente solo Colombia, se encontrarían con que sus fuerzas armadas serían destruídas en un corto plazo. Finalmente la guerra estallaría en un conflicto generalizado sin fácil control y con unos efectos catastróficos.

El contagio bolivariano

El temor a un contagio bolivariano en sistemas capitalistas sometidos a una crisis interminable, resquebrajados por la explotación -ilimitada y muy visible-, en los que a la clase obrera tradicional se han unido sectores de la nueva clase obrera, fundamentalmente jóvenes (mujeres y hombres) e inmigrantes también subempleados, precarizados o en paro; es evidente. En todos ellos, los índices de pobreza y de pobreza extrema han crecido como consecuencia de un sistema en quiebra cuyo proceso se manifiesta no solo en lo económico sino también en lo político, en lo social y en lo ideológico. La crisis deriva hacia una marginación social y política de estos sectores sociales a los que se intenta arrastrar hacia la socialdemocracia claudicante o directamente hacia el fascismo.

La propuesta capitalista en un mundo globalizado por el gran imperio y los imperios subsidiarios viene definida por dos factores fundamentales: en lo económico, el neoliberalismo presentado cada vez más cínicamente como estado de bienestar; en lo político, el sistema parlamentario “representativo” de alternancia insignificante y representación minoritaria, con su alternativa de fuerza: el fascismo; en lo cultural la homogenización en la cultura dominante y la militarización social.

No pueden invadir Venezuela incluso si consiguen arrastrar el apoyo total o parcial de la OTAN, o de las Alianzas ad hoc que habitualmente utilizan cuando algunos países de la Organización Atlántica se muestran más o menos reacios y otros entusiastas de las intervenciones militares del muy poderoso socio imperialista y capitalista. El problema fundamental es que el núcleo más duro -y ya es decir- del imperialismo global está intentando establecer su criterio “natural” de sometimiento sin condiciones a todos los países y pueblos resistentes del mundo y ha creído poder hacerlo al mismo tiempo.

La línea de clase

Eso está generando una situación común en los países dominados o todavía por dominar, que marca también, entre contradicciones, una línea de clase antiimperialista y anticapitalista.

La invasión de Venezuela o el lanzamiento de una guerra solo son posibles bajo las condiciones ideales en las que los Estados Unidos establecieron su poder económico, su poder político y su poder militar: El problema actual para Washington es que tales condiciones han desaparecido o están desapareciendo a más velocidad que las posibles medidas correctoras.

El derecho internacional, que debería salvaguardar a Venezuela, pesa poco o nada para Washington. Los Estados Unidos están acostumbrados a saltarlo. Sin embargo el tal derecho pesa algo más para sus aliados permanentes u ocasionales porque saben que en cualquier momento pueden ser comida apetecible para la Gran Bestia en un mundo sometido a la única regla de la voluntad soberana del Imperio.

En esa gran guerra (supuestamente fulminante y de resultado rotundo) sería cosa de promediar alianzas y calcular costes y beneficios económicos. En la guerra como negocio, la teoría del reparto, tal como lo entienden los EEUU, no es muy favorable a las alianzas permanentes. Washington intenta distribuir los gastos de la guerra y quedarse con el premio principal, el petróleo y los enormes recursos naturales de Venezuela: petróleo, gas, oro, coltan, metales, agua; y dejar para sus aliados buena parte de los costes.

Los graznidos y provocaciones de Trump y sus acólitos

El Presidente de los Estados Unidos, el Vicepresidente, los Secretarios de Estado y de Defensa, y los asesores y consejeros de Seguridad para América Latina y Venezuela, así como el Comandante en Jefe de la IV Flota y del Pentágono han tratado de atacar y amedrentar por todos los medios posibles a la base social del chavismo, a las FANB, a la GNB y a las milicias populares bolivarianas. Los intentos, a pesar de desarrollar todos los elementos de una guerra híbrida y desigual que han ido desde la proliferación y concentración con el aumento de la violencia de las guarimbas –con asesinatos y ataques a la estructura social, comunitaria del país- hasta los intentos y tal vez la reproducción de magnicidios, las tentativas de invasión y guerra civil con el subterfugio de atender una crisis humanitaria, los ataques a la distribución de agua con la paralización y destrucción la red eléctrica y el sometimiento de la población, han sido desastrosos para Washington. La enumeración de daños es casi imposible en el espacio de un artículo como este.

Todo se realizó bajo la cobertura de una guerra económica al máximo nivel que empezó con el “dólar today”, un mecanismo implacable para disparar la inflación, provocar el crecimiento de los precios, la liquidación del bolívar como instrumento de cambio y la escasez de productos de primera necesidad -alimentos, medicinas e inputs industriales- que no podían ser importados. El acaparamiento de alimentos y medicinas fue una auténtica declaración de guerra contra los pobres. La extensión de la guerra económica llevo a la guerra financiera y al bloqueo económico completo, que finalizó en el robo sistemático de los dólares y fondos de Venezuela en bancos privados, fondos internacionales y reservas en dólares, oro y otras divisas. El ataque fue terrible y dirigido a la línea de flotación de la resistencia bolivariana.

Por otro lado, los EEUU comenzaron con una política de ataque contra los funcionarios y cargos públicos, también de la máxima responsabilidad, bloqueando sus bienes, acusándolos de narcotráfico, etc., y condicionando su presencia en organismos internacionales (la OEA, “ministerio de las colonias”). El siguiente paso fue el asalto y ocupación de embajadas.

Además, y en el marco de la “guerra por todos los medios”, los EEUU planificaron, financiaron y dieron apoyo diplomático al autoproclamado Guaidó y le facilitaron el acceso a los fondos de la República bolivariana en el exterior.

La última intervención fue el apoyo al golpe de estado del 30 de Abril, de Guaidó y su mentor político Leopoldo López, en el marco de la muy desgastada “Operación Libertad”. En ese intento el “presidente autoproclamado” y su líder de Primero Justicia, no consiguen la incorporación de mandos y unidades militares más que en un nivel mínimo aunque ese era su objetivo fundamental. Guaidó, presidente temporal de la “Asamblea Nacional en desacato” se fuga del distribuidor de Altamira dejando allí a dos o tres decenas de sublevados.

EEUU se propone matar de hambre a Venezuela

En el curso de esta guerra interminable, por el momento sin fin, los EEUU se han propuesto modificar su estrategia llevando hasta el fondo el ataque a la base social del chavismo, es decir y tal como ha señalado el brutal y sádico Elliot Abrams: “matar de hambre a Venezuela”, operación siniestra, ya ensayada en otros países como Yugoslavia, Irán, Irak, Cuba y la propia Venezuela, y para la que ha fijado ya un número estimado y gigantesco de víctimas (podrá llegar a 7 millones de víctimas según cálculos de Juan Guaidó). Es un ataque dirigido a toda la población, fundamentalmente a los más débiles: ancianos, enfermos y niños. Su victoria conduciría –según planes del fascismo venezolano- a una represión de enorme magnitud.

El mismo Elliot ha justificado la guerra contra Venezuela diciendo que “para ellos -los EEUU-, atacar al chavismo es sencillamente una guerra de supervivencia”. Días antes, el senador estadounidense Lindsay Graham, aliado del presidente Donald Trump, recomendó casi simultáneamente que el Presidente debería poner sobre la mesa la opción de una invasión militar de Venezuela “similar” a la que Ronald Reagan realizó en la isla de Granada en 1983 si “Cuba “no sale” del país caribeño y si los militares venezolanos no dejan de apoyar al Gobierno de Nicolás Maduro”.

En una entrevista con la cadena Fox NewsGraham aseguró que él “haría exactamente lo que hizo Reagan“. “Le daría a Cuba un ultimátum para salir de Venezuela, y si no lo hicieran, le haría saber al Ejército venezolano que tiene que elegir entre la democracia y Maduro”, “si eligen a Maduro y Cuba, iremos a por ustedes“, rebuznó Graham y volvió a rebuznar más fuerte para que oyese todo el mundo: “Esto está en nuestro patio trasero“. Como en los viejos tiempos pero con los nuevos conceptos.

Siguiendo con las bufonadas de desprecio al pueblo de Venezuela y a sus representantes legítimos, Elliot Abrahms le ha aconsejado a los diputados chavistas que acudan a la Asamblea Nacional en desacato para pactar la transición.

La línea roja de Trump

El político señaló que Trump “ha dibujado una línea roja en cuanto a Maduro”, y si no actúa, “todos en el mundo van a pensar que es débil”, mientras que si lo hace, esto ayudará a Washington “con Corea del Norte, Irán, Rusia y todos los demás”. Graham (como le recordarían algunos senadores y representantes demócratas un poco menos belicosos que él), está convirtiendo en enemigos a casi todos los países del mundo.

Asimismo, aseveró que el presidente venezolano “no estaría en el poder sin los 6.000 o 7.000 integrantes de las fuerzas de seguridad cubanas en Venezuela”. Olvida, sin duda, este político furibundo que todos los cubanos y cubanas son combatientes

La invasión de la isla de Granada ocurrió en 1983 luego de una lucha por el poder en la pequeña nación insular caribeña, a unos 160 kilómetros al norte de Venezuela. Reagan justificó la invasión con la presencia cubana en el país y explicó que la intervención era necesaria para proteger a estudiantes de medicina estadounidenses en la isla.

La oposición venezolana financiada por Estados Unidos, por otra parte, no resiste ningún control internacional de cuentas. Hasta tal punto que Juan Almagro presidente de la OEA ha ordenado una investigación después de que un periódico de investigación de gran prestigio ha descubierto el manejo corrupto para la administración de los fondos humanitarios y el mantenimiento de los militares que desertaron a Colombia. Carlos Vecchio, representante diplomático de Guaidó en Washington se “embolsilló” 70 millones de CITGO, según investigación realizada en los propios EEUU. También Guaidó manipuló la cifra de militares desertores, desde 354 reconocidos por el gobierno de Colombia, hasta 1.460.iii.

Política de paz de Maduro

El Gobierno venezolano ha colocado siempre la política de paz y las negociaciones como instrumento diplomático fundamental para evitar la guerra civil y el enfrentamiento armado con los países que fomentan la invasión militar de los EEUU y la liquidación de la soberanía.

Todas las acciones de Maduro han tenido esta premisa, incluso hasta el punto de tener que aconsejar paciencia, paciencia infinita, ante la cólera del pueblo venezolano por las acciones de Guaidó, fundamentalmente las que condujeron al bloqueo y escasez de alimentos, medicamentos y productos básicos o a el ataque cibernético y de pulso electromagnético a las redes de generación y distribución del servicio eléctrico en el Gurí, a la pérdida temporal del suministro de agua, con todas las consecuencias en los servicios médicos, las posibilidades de conservación de alimentos, el apagón generalizado y el cese del funcionamiento de los transportes, hospitales, escuelas.

Maduro y su equipo en el Gobierno han negociado muy bien con la premisa de que no es cuestionable la Presidencia de Maduro ni la democracia venezolana, ni tampoco las Elecciones Constituyentes, ni las leyes derivadas de la nueva Asamblea soberana, tampoco es negociable la democracia representativa y ni la participativa, el respeto a los derechos humanos, ni la absoluta falta de legitimidad del “autoproclamado” y sus nombramientos. Por otro lado, Maduro ha conseguido lo siguiente:

  • Legitimar sus propuestas de alcanzar acuerdos y los acuerdos alcanzados en la República Dominicana. Paralelamente deslegitimar la ruptura de los mismos por parte de la oposición venezolana.
  • Denunciar la continua injerencia de los EEUU, de la OTAN y de los Aliados de Washington y no someterse de ningún modo a sus requerimientos, que serían una cesión de soberanía.
  • Deslegitimar igualmente a las instituciones y agrupamientos como la OEA y el Grupo de Lima. Demostrar que el primero, calificado como Ministerio de las colonias de los EEUU, sirve exactamente a ese fin y ha perdido todo su prestigio: Venezuela ha salido de la OEA después de cumplir con sus compromisos.
  • Mostrar el carácter claramente reaccionario o claramente fascista de los componentes de estas Instituciones y Grupos, denunciando públicamente su papel histórico o la ausencia de legitimidad y apoyo de sus pueblos. Venezuela ha partido del principio de que la verdad es revolucionaria y ha puesto sobre la mesa la necesidad de una diplomacia pública y clara mientras que los EEUU proclamaban continuamente que “todas las opciones (incluso la militar) estaban sobre la mesa. En los resultados de la guerra diplomática y de la informativa, la indudable victoria de Venezuela ha contado con el apoyo de los propios EEUU.
  • Venezuela ha provocado la pérdida de popularidad y legitimidad de los Presidentes de Colombia, Brasil, Argentina, Chile, El Perú, Paraguay y últimamente Honduras. En todos ellos los movimientos populares están realizando los primeros pasos para asumir un proyecto soberano y latinoamericano para provocar una segunda puesta en marcha de una alternativa popular y continental que camine hacia el socialismo.

Venezuela: Frente interno

En el frente interno, ha ordenado poner coto a la corrupción que supone el robo de alimentos de los CLAP para “”bachaquearlos”. Simultáneamente ha aprobado un plan productivo de la Milicia Nacional Bolivariana. El problema es complejo pero se están produciendo avances en lucha permanente contra la burocratización y la corrupción.

La Milicia, concebida como elemento fundamental de la Unión Cívico-Militar, va asumiendo lentamente su tarea múltiple de defensa territorial, adiestramiento y capacitación militar; defensa de las unidades productivas (industriales, de producción agraria y de servicios) y participación directa en la misma, en misiones de apoyo y logísticas. Las comunas son, o deben ser, finalmente, su estructura básica que asegure su triple misión: defensiva, productiva y cultural.

El Carnet de la Patria ha sido otra de las ideas geniales de Maduro pues son la base de la formación y participación política, la asunción de un compromiso y están sirviendo como referencia básica para la distribución y vigilancia de los CLAP, evitando el acaparamiento e incorporando a las comunas a toda esta estructura. Aunque los CLAPs no discriminan entre familias el pueblo, si distingue entre los que requieren la modesta pero suficiente remesa que suponen y los que no necesitan las entregas porque acaparan o compran en dólares. Durante los cortes eléctricos y de agua, Guaidó no pudo entrar en los barrios populares a pesar del enmascaramiento de su vehículo y de la fuerte escolta armada que lo protegía. Las mujeres, irritadas ante la presencia a las puertas de sus casas del causante de las graves carencias, estuvieron a punto de lincharlo. Guaidó -gerente comprado de la Operación Libertad– huyó despavorido, como haría semanas después ante el fracaso del golpe de estado.

Modificaciones para reactivar la economía

En el apartado minero, Maduro aprobó el Plan Nacional Minero 2019-2025 y anunció la certificación preliminar de la riqueza de los minerales en 1,2 billones de euros e hizo cambios de ministros en las carteras de energía.

En la tarea de movilizar políticamente a la juventud anuncio la incorporación de los jóvenes universitarios al esfuerzo productivo del país.

Por otro lado pidió al pueblo que se movilizara en la defensa de los CLAP como respuesta a que estos fueron definidos como objetivo de demolición por la oposición neoliberal y por los EEUU, deseosos de convertir al país en un mercado libre sin interferencias como esta. El trabajo solidario es inconcebible en el deseado sistema capitalista. En el ideario profundo de la Operación Libertad solo operará el mercado libre, los bajos salarios y el paro como reserva de trabajadores precarizados. Sus víctimas serán fundamentalmente los jóvenes de ambos sexos.

El Gobierno de Maduro ha hecho un esfuerzo inmenso para promover la entrada de alimentos y tecnología para acelerar la producción de alimentos y su rápida distribución desde los CLAP. En principio, China ha asumido la tarea de transportar miles de toneladas para impedir una crisis alimentaria y medicinal, así como de material hospitalario y sanitario de urgente sustitución o reparación.

El Gobierno pone los medios para la graduación de 836 bachilleres productivos que las empresas públicas deberán contratar para formar aprendices. El presidente proclama el compromiso social del Movimiento “Todos somos Venezuela”

El Gobierno Nacional busca, bajo la dirección de la Vicepresidenta Ejecutiva, casa por casa, a las víctimas del bloqueo para satisfacer sus necesidades, No es una promesa hueca; el trabajo empieza inmediatamente. Venezuela es ya un pueblo en lucha.

Guerra interna: Maduro contra oposición golpista

La inevitable guerra contra la oposición golpista y con los grupos fascistas de Voluntad Popular se ha desarrollado lentamente. El PSUV y los representantes ejecutivos del Gobierno les han asestado golpes casi definitivos. Las milicias bolivarianas los han controlado en los puentes de las Tienditas y Simón Bolívar en la frontera colombiana, y la Operación Libertad, anunciada por Guaidó ha tenido el último fracaso clamoroso en el intento de golpe en el distribuidor de Altamira, al lado del centro simbólico de la extrema derecha venezolana: la Plaza de Altamira. La convocatoria y la movilización de arrope constituyeron un auténtico fracaso. El Tribunal Superior de Justicia ha pedido la suspensión de la inmunidad de Guaidó y el gobierno bolivariano ha ratificado la denuncia contra Guaidó por la demostrada trama de corrupción en Colombia.

La sensación es que cada contendiente ha levantado la espada, pero no está dispuesto en absoluto a asestar el golpe. Los Estados Unidos han sostenido que la detención sería considerada como un casus belli y el gobierno venezolano prefiere vigilarlo en la calle en donde no le hace daño alguno. Según Mike Pompeo, el Secretario de Estado, la oposición está dividida en cuarenta opositores que pedirán ejercitar el simulacro del poder y sus beneficios cuando ganen la batalla los Estados Unidos. Lo cual es a estas alturas muy incierto.

El autonombrado y la Asamblea en desacato

Mientras Nicolás Maduro sometía a una dura crítica su labor de gobierno, con el análisis implacable del Golpe de timón pedido por Chávez a sus ministros en 2012 y transmitido en directo por televisión, Guaidó continuaba espantando a la inmensa mayoría del pueblo venezolano, incluidos sectores amplios de la oposición derechista, cuando solicitaba y conseguía la aprobación de la Ley Tiar en la Asamblea en Desacato y con ello abría las puertas a la intervención militar en Venezuela. Por si este desdén por el sufrimiento del pueblo no fuera suficiente, Guaidó evalúa que el número de muertos en esta guerra será de unos 7 de millones de personas. La Asamblea Nacional en desacato pierde el poco prestigio que le quedaba en el interior de Venezuela e incluso en el exterior. Solo quedan los incondicionales que tienen el proyecto de asumir la situación de coloniaje.

En el frente diplomático las derrotas de la oposición se suceden hasta el punto de que los países caribeños pueden impedir la reelección de Almagro como Secretario de la Organización a la que Fidel bautizó como “Ministerio de las colonias de los Estados Unidos”. La situación se complica cuando el gobierno ratifica la denuncia contra Guaidó por la trama de corrupción en Colombia. Los periodistas y analistas de Misión Verdad detallan los instrumentos de esa corrupción y la posicionan en la red con la etiqueta “Guaidó ladrón”. Almagro es, evidentemente, uno de los protectores del “autonombrado” y de los operadores de la Operación Libertad, que es el soporte de la trama.

Siempre a la defensiva y obligado por la improvisación, Guaidó publica comunicados sobre los diálogos en Oslo que son inaceptables para los anfitriones y para los países convocados. Guaidó no aprende de las negociaciones anteriores de la República Dominicana en las que la oposición hizo trampa y esta fue hecha pública. El día 5 de junio continúan las declaraciones violentas guerreristas, ya totalmente desprestigiadas, del grupo de contacto internacional y del Grupo de Lima.

Venezuela se mantiene en actitud de máxima alerta

Efectivamente, el Presidente Maduro declara en sesión permanente al Consejo de Defensa y Seguridad, estudia el efecto migratorio en Cúcuta y respalda la decisión de la Constituyente de prolongar su período de funcionamiento hasta 2020.

En próximo artículo, que completará este se enviarán los enlaces que le permitirán al lector verificar las fuentes de este artículo y del siguiente.

NOTAS

i Aclaración entre paréntesis es mía.

ii W. H. Prescott escribe “La historia de la conquista de México y la Historia de la Conquista del Perú”, apologéticas de las conquistas españolas, muy documentadas, aunque parciales y destinadas a justificar la extrema violencia que supuso la conquista del “salvaje Oeste” por parte de los EEUU.

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  1. […] Links necesarios para la verificación de la información contenida en este artículo y en el anterior (Los graznidos y provocaciones de Trump, la sabiduría popular de Maduro…): […]

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