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¿Por qué la desaparición del profesor Carlos Lanz Rodríguez?

Ya ha transcurrido más de una semana de la desaparición del sociólogo Carlos Lanz Rodriguez, y todavía las autoridades en Venezuela, no dan con su paradero. Recordemos que el profesor Carlos Lanz, salió de su casa de habitación, sin notificar donde iba, y desde ese momento no hay noticias de él.

Han surgido muchas hipótesis acerca de su lugar de estadía, y su repentina y extraña salida de su hogar, pero éste breve artículo, pondrá sobre la mesa en discusión, sobre todo, algunas ideas en torno al porque está desaparecido.

Recordemos que Carlos Lanz, ha sido un investigador en temas como: guerras de cuarta generación, híbridas o asimétricas y operaciones encubiertas de Estados Unidos contra Venezuela.

En este sentido, el profesor Lanz en su ensayo “Guerra No Convencional y Estrategia de Amplio Espectro”, señala que EEUU como parte de su intervención en Venezuela, ha venido impulsando acciones clandestinas de fuerzas paramilitares, en las guerras de baja intensidad o guerras no convencionales. Estas operaciones militares incluyen asesinatos selectivos, secuestros, sabotajes de distintas naturaleza, extorsiones, torturas, incursiones mercenarias, apoyo a grupos subversivos, ataques a instalaciones militares, entre muchas otras.

Estas actividades se les conocen como “operaciones negras”, y según Lanz están “fuera del protocolo militar, siendo una práctica contra la legalidad internacional y la soberanía nacional. Un factor clave es que se lleva a cabo con gran secreto, en muchos casos sin dejar rastros, ni registros oficiales”.

Señalando a su vez que “es una operación planeada y ejecutada para ocultar la identidad de sus autores, tratando de obviar las consecuencias políticas y legales de ella. Puede ser conocida después de su ejecución, pero la responsabilidad no será rastreada ni menos probada”.

Los EEUU no asumen la autoría de las operaciones encubiertas y cuando estas resultan públicas o son fallidas, acuden a la Doctrina de la Negación Plausible, que “es la capacidad de las personas, por lo general, funcionarios de alto rango en una cadena de mando formal o informal, de negar el conocimiento o la responsabilidad de cualquier acción condenable cometida por otros, en una jerarquía organizativa debido a la falta de pruebas que puedan confirmar su participación, incluso si estaban personalmente involucrados o, al menos, voluntariamente ignorantes de las acciones”.

En el caso que las “Operaciones Negras” se hagan públicas, los funcionarios de alto rango pueden negar cualquier conocimiento de tal acto o ninguna conexión con los agentes utilizados para llevar a cabo tales actos.

La responsabilidad del Imperio en estas operaciones, se hace difícil de precisar, por el sofisticado sistema de vaguedad institucional y por las explicaciones que se dan plenas de significados ambiguos o alegóricos, sobre todo para eludir la censura política.

Carlos Lanz señala igualmente, que en la Agencia Central de Inteligencia CIA, hacen vida varias instancias operativas de esta índole, responsable de este tipo de Operaciones Negras, siendo una de ellas el Servicio Nacional Clandestino, perteneciente a la División de Actividades Especiales, cuyo brazo militar es la CIA, “responsable de llevar a cabo operaciones encubiertas o clandestinas, entre ellas, las paramilitares”.

Esta División de Actividades Especiales y, más concretamente, su Grupo élite de Operaciones Especiales, son empleadas en diversas operaciones encubiertas. Este dúo, son los brazos ejecutores de operaciones políticas y militares del Comité Nacional Clandestino de la CIA, en tal sentido, se encargan de tareas no convencionales, como parte del Plan de Acciones Intervencionistas. El Grupo de Operaciones Especiales, es dentro de la División de Actividades Especiales, responsable de las operaciones paramilitares. Este grupo como unidad elite, está considerada como la fuerza más secreta de operaciones especiales de Estados Unidos.

Estos grupos están conformados por Fuerzas Delta, Boinas Verdes, Marines, Rangers, entre otros en EEUU.

Hasta este momento, nos surgen dudas, preguntas, hipótesis: ¿no estarán detrás de la desaparición del profesor Lanz, estas Operaciones Negras?, cuyos protagonistas están acantonados en la frontera con Colombia, Brasil, Ecuador, Guyana?

No olvidemos, a su vez, la Operación Terrorista Gedeón, una avanzada de paramilitares armados, integrada por norteamericanos, colombianos, venezolanos, que intentaron incursionar en Venezuela, con fines de asesinatos y violencia, para dar un Golpe de Estado.

¿Es coincidencia que, días después de la acusación, proceso, condenación formal a los integrantes de esta incursión, por parte del Ministerio Publico venezolano, desapareciera Carlos Lanz?

¿No estaremos plagados de células mercenarias, al servicio de EEUU? Infiltradas en nuestras comunidades, barrios, grupos, al interior de Venezuela? Y no nos hemos percatado de ello?

Pudiera ser como se pregunta Iván Padilla Bravo, ¿Siguen activos los mercenarios de Gedeón?

“De aquí que no sea de extrañar que la desaparición o secuestro de Carlos Lanz Rodríguez tenga que ver directamente con la prolongación de la llamada Operación Gedeón, bajo el mando directo del Pentágono, la CIA, de Donald Trump y de sus secuaces, como el mandatario colombiano Iván Duque”.

¿Habrán hecho contacto los mercenarios, los paramilitares con Carlos Lanz? Y a través de un “conocido” o un “amigo”, lo citaron para hablar del tema que apasiona a Lanz? De allí se entendería la salida abrupta del profesor, siendo así lo tienen retenido.

Avalo la idea de Julio Escalona cuando señala que el profesor está bien, y que para sus captores es muy valioso tenerlo detenido, quizás esperan para, más adelante pedir un rescate, o segundo, propiciar un intercambio político, una negociación política.

Por otro lado, se ha determinado que la autoría intelectual y material de estas acciones vinculan a los Gobiernos de EE.UU. y Colombia y al diputado opositor Juan Guaidó, que firmó un contrato con la empresa mercenaria Silvercorp, a cargo de un exmilitar vinculado a la Casablanca para la ejecución de acciones violentas, terroristas, paramilitares.

Hasta este momento, del relato, es que surge la figura de Juan Guaidó. Es necesario señalar que el profesor Carlos Lanz, escribe un artículo, en mayo 2020, denominado “El Outsourcing de Guaidó”, cuyo término en ingles se traduce como “subcontratado”, “tercerizado”, como parte de la mercantilización de la guerra, utilizada por EEUU.

Allí, en el artículo se revela que Guaidó es un subcontratado para llevar a cabo un “contrato de muerte”, juntamente con una empresa norteamericana propiedad del mercenario Jordan Goudreau, parte de la avanzada incursionista, especialista en modalidades de guerra no convencional. A su vez, se señala que esta práctica, imprime a EEUU ser un Estado Forajido.

En el contrato firmado por Guaidó, se enfatiza que los mercenarios tienen como tarea «capturar, detener, eliminar» a los objetivos para dicho plan, reseñado en un documento de 42 páginas, elaborado en Octubre de 2019 y refrendado por Guaidó en su gira por EEUU, en Febrero de 2020, denominado por los contratistas como «Archivo Adjunto al Acuerdo General de Servicios».

¿Será que Juan Guaidó está implicado en la ausencia extraña de Carlos Lanz? ¿Será que paso de ser “presidente interino” a “mercenario, paramilitar”?

Últimamente Guaidó parece haber sido olvidado, reemplazado por EEUU, como parte de los planes injerencistas en Venezuela, de allí que ¿haya incursionado en otras tareas? No sería nada extraño al estar de por medio millones de dólares.

Es posible que este breve artículo, nos lleve a otras interrogantes, dudas e hipótesis, y otros elementos no señalados aquí, y esa es la intención del mismo, al estar estancadas las investigaciones, aunque es posible que las autoridades ya hayan barajado éstas y otras posibles conjeturas, en torno a este fatídico caso.

No sería entonces, descabellada la idea que estas “operaciones negras”, estén detrás de tantos infectados del proceso revolucionario por Covid-19?

Finalmente nos anima el hecho que Carlos Lanz, siempre nos ha invitado a resistir, a ir siempre a la ofensiva, para defender nuestra patria, nuestra cultura, nuestra independencia, y ser fraternos con los pueblos, para liberarlos. Tenemos un legado del profesor que hay que asumir y llevar a cabo, por encima de lo que fuera.