Saludos y sonrisas, incluso abrazos. El lince
Occidente es irrecuperable y solo su derrota y destrucción podrá salvar a la humanidad. En ello anda Rusia en el país 404, antes conocido como Ucrania, y en eso anda la resistencia palestina en Gaza y Cisjordania. Porque los dos conflictos son existenciales para Occidente, de ahí su actitud en ambos. Sabe que va a morir y lo hace matando. Por ahora, no directamente sino a través de actores interpuestos.
No solo es la resistencia activa, rusa en un caso y palestina en otro, a sus planteamientos hegemónicos, chulería y prepotencia, sino que cuando aparecen actos de interacción humana normal como lanzar un beso, decir adiós con la mano o, simplemente, sonreír se desata la hecatombe. Con el intercambio de rehenes entre el IV Reich sionista y la resistencia palestina hemos asistido a dos formas de entender el mundo: el IV Reich, y sus apoyos occidentales lo avalaron, allanó las casas de los rehenes palestinos que iban a ser liberados, se les golpeó, se les disolvió con gases lacrimógenos y disparos y se amenazó a familiares y a rehenes con volverlos a detener si celebraban la liberación; la resistencia palestina actuó de otra manera, con lo que en psicología se llama «interacciones humanas normales» tales como apretones de manos, sonrisas y saludos. Incluso abrazos.
Esto ha sido suficiente para hacer añicos la propaganda del IV Reich sionista, y occidental, frente al resto del mundo. La reacción es la de siempre: síndrome de Estocolmo. Las campañas del estercolero mediático occidental para demonizar a la resistencia palestina no han servido para nada fuera del miserable Occidente (y sus valores). De ahí el recurso a lo fácil, al síndrome de Estocolmo, a la «presión», y cosas así. Por eso todo el estercolero sionista ha salido en tromba a decir que «se obligó a los cautivos a sonreír y saludar frente a las cámaras». Por eso, ahora, con más énfasis si cabe, se multiplican los relatos sobre las «violaciones masivas cometidas por los terroristas de Hamás» el 7 de octubre.
Esto ha hecho que se refuerce aún más el componente nazi de la sociedad del IV Reich, con la percepción de que solo la «derrota militar a gran escala» de la resistencia palestina es aceptable. Por eso ahora está atacando toda Gaza, y no solo el norte (entre otras cosas, porque allí le han dado «pal pelo»). No solo de la palestina, se piensa también en Hizbulá. Y en Cisjordania, que será la otra zona en caer bajo las botas nazis si cae Gaza (y ya van aquí 240 palestinos asesinados por los esos angelitos «civiles» que son los colonos, además del ejército del IV Reich).
Así que la respuesta es la de siempre, multiplicada: más muertes. El fracaso en el campo de batalla real se suma al virtual. No en vano las famosas y destructivas «redes sociales» están siendo censuradas por el muy democrático Occidente porque en las últimas semanas el contenido pro-palestino supera con mucho al pro-sionista del IV Reich. Así que para la gente normal y corriente lo de «terroristas» no está calando.
Como era previsible, la tregua no ha ido más allá de lo previsto porque la derrota del IV Reich es visible, pese al número de muertos que está originando. Y tiene que resarcirse con lo único que puede: más matanzas. Eso supone un desafío evidente a EEUU (Europa no es más que un lameculos) y es por eso que desde Washington se habla de que el IV Reich solo tiene «semanas, no meses» para dejar de matar. No es por que más muertos les chirríe, sino porque el grueso de la resistencia aún no ha entrado abiertamente en combate, por lo que es probable que la guerra se amplíe y tome unos caminos poco agradables para el IV Reich y sus apoyos. El vídeo que puse el otro día os puede dar una pista.
Esta es la encrucijada para al IV Reich y sus apoyos occidentales. Desmontada la falacia occidental de «los dos estados» con sus actitudes cotidianas, y desmontado este paradigma por la audaz acción de la resistencia palestina el 7 de octubre, ya no se puede mantener por mucho más tiempo el objetivo bíblico de «Tierra de Israel» aniquilando a los palestinos. Porque una parte de ese pueblo que está en Gaza, algo más dos millones, que es capaz de luchar contra más de mil millones es indomable.
Un añadido: este gráfico es incompleto, porque hay que sumar algunos otros países como Australia o Japón.
(Publicado en el blog del autor, el 4 de diciembre de 2023)