Todos los recursos del imperio se concentran hoy contra Cuba. El imperio a la estafa le llama gloria. Ramón Pedregal Casanova
En 1992, en el periodo especial en Cuba, EEUU bombardeaba con 500 horas semanales de radio a la población cubana; Fidel decía entonces a Tomás Borge, comandante sandinista:
Jamas en la historia contra ningún país del mundo se ha instalado una batería tan gigantesca de medios de comunicación masiva para tratar de influir, para tratar de crear descontento, parta lanzar consignas contrarrevolucionarias, para lanzar consignas de sabotaje y de conspiración contra la Revolución. Es un llamamiento abierto a la sedición, un llamamiento abierto a la contrarrevolución de una manera descarada, con violación de todas las normas legales; se ha establecido un nivel de propaganda por esa vía sin precedentes. Todos los recursos del imperio se concentran hoy contra Cuba, y esos recursos de todo tipo son decenas de miles de millones de dólares todos los años, un trabajo de su servicio de información, de su servicio de inteligencia, de todos los organismos, de las ramas principales del gobierno de EEUU.
Hoy las emisiones contrarrevolucionarias son millonarias en horas y multimillonarias en dinero que los enemigos de la paz invierten; el poder de Esclavistas Unidos ha multiplicado por millones los millones de dólares que dedica a la organización mafiosa. Su propaganda para degradar las conciencias y dejarlas en trapos para usar y tirar, infectadas de enfermedades que las dominen y las dejen sin capacidad de respuesta, es la que emplean para hacer mella en las clases trabajadoras de países subordinados a su cultura antisocial, cultura en la que se prioriza la violencia entre quienes por su condición de trabajadores y trabajadoras, se prioriza la división con el mercachifle de entregar trozos de cristal roto a cambio de oro, es eso: al criminal le llama demócrata, a la escoria le llama gloria.
El pueblo cubano, que se ha forjado en la resistencia a semejante mafia, es valiente, no tiene miedo a la escoria que adora la asfixia, a los sicarios que aprietan la garganta del pueblo cubano cuanto sus fuerzas les dan, a esos criminales que en su propaganda por todas las emisoras, redes, televisiones y demás medios de difusión a su acto homicida le llaman gloria. Son los mismos que les mueve los dólares, millones de dólares para distribuir su droga cultural fundamentada en la violencia callejera, en los tiroteos que matan miles de personas año tras año en Esclavistas Unidos, millones de dólares que ahora revuelven en sus carlancas preparándose para realizar el plan ya sabido contra los bienes levantados con esfuerzo y esperanza sociales de la comunidad cubana.
Los millones que el imperio invierte en generar el malestar, como en otras épocas ahora han criado en su nido y su corral los cachorros que antes volaban, asesinaban, y graznaban 500 horas a la semana, y ahora ayudados por los que envejecen en los nidos y corrales del imperio se presentan como actores dramáticos empleándose en una obra de discursos ambiguos con el fin de hacer pasar a la escoria por gloria.
¿Qué clase de arte es el dedicado a normalizar el imperio?, ¿qué clase de arte es el que se dedica a socavar la conciencia social que protege el bien del pueblo? Ellos no han puesto un solo dólar (¿no es su moneda?) para la vacunación del pueblo cubano, y si han puesto todas las dificultades que han podido para que nadie envíe a Cuba una sola mascarilla, un solo respirador, una sola vacuna, una sola colaboración sanitaria. Pero saben qué: Cuba, el pueblo cubano, se ha protegido de tal forma que ha resultado el ejemplo más paradigmático para el resto del mundo: vacunas propias, seguras, sin comprar a las multinacionales farmacéuticas, y ofreciéndolas a quien las necesite, y ya hay un buen número de países que las emplean. La generosidad de Cuba, del pueblo y gobierno cubanos admira al mundo, la generosidad de Cuba, eso con lo que quiere acabar el imperio, eso que tanto odia.
El odio que desprende el imperio es de tal calibre que se ha lanzado con sus nuevos mercenarios por delante, aprovechando el momento en que las dificultades han crecido causadas por el parón productivo, la Covid – 19, el bloqueo extremo, el turismo paralizado, la distribución con más dificultades, y cómo no, coincidiendo en el campo de batalla el cambio generacional en las áreas de gobierno. Y sin embargo, el gran imperio con todo su capitalismo encubridor del timo, de la trampa, del fraude, de la estafa, ha dejado morir a 750.000 estadounidenses en la pandemia porque no tenían dinero para pagarse el auxilio médico debido, medicamentos, vacuna, cama de hospital, … y ha dejado afectados a 46.650.000; a eso le llaman democracia, y a su estafa le llaman gloria. Ninguno de sus mercenarios, evidentemente, se ha vuelto en contra de tanta crueldad, no han dejado de coger dinero de la CIA – NED – USAID y demás agencias terroristas. En todos los noticieros y redes repiten noticias tan falsas que se reconoce en ellas el chantaje, el fraude, el engaño, la gran Estafa, y la muestran tan gigantesca como sus millones en redes les da para llamarla Gloria. Es también su forma de tapar la imagen de las estanterías vacías en los mercados de Esclavistas Unidos, no han empleado sus redes multimillonarias para lanzar el hashtag EmptyShelvesJoe, (¡Estanterías vacías, Joe!) que se dirige a Biden conforme se extiende entre el pueblo estadounidense debido a la crisis económica que el poder, representado en el régimen de éste cínico incumplidor de su programa para seguir a Trump, ha dejado sin alimentos a sus mercados.
Pero no, la Estafa que venden al mundo como Gloria, es puro Hollywood. Que no nos vendan su película. Nosotros tenemos la historia de Cuba, y los últimos 60 años los sicarios del imperio, un día detrás de otro, con todas sus emisoras y redes, con todas sus televisiones y periódicos, han sido vencidos, y así va a seguir siendo.