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Campaña contra la Cumbre: Por la Paz, ¡OTAN no, bases fuera!

Con ocasión de la Cumbre de la OTAN que se celebrará en Bruselas el día 12 de julio de 2018, diversas organizaciones promueven una campaña internacional contra la creciente ofensiva imperialista de la OTAN. El Frente Antiimperialista Internacionalista se adhiere a esta campaña con la declaración pública que figura abajo.

Animamos a todos los lectores a participar en esta campaña (a la que también pertenece el ACTO celebrado el pasado 26 de junio en Madrid) por redes sociales, utilizando la etiqueta #PorlaPazOTANno,  a partir de las 17 horas del día 11 de julio, con los siguientes mensajes:

  • Nos negamos a aceptar nuevos aumentos en el gasto de defensa a expensas de los gastos sociales
  • Exigimos de nuestro gobierno la firma del tratado de prohibición de armas nucleares y trabajar en aras del desarme nuclear
  • Rechazamos la expansión de la OTAN como estrategia desestabilizadora, agresiva y criminal, que llega ya a Latinoamérica
  • No a la militarización de Europa y a la Política de Defensa Europea. No queremos que la OTAN nos introduzca en una nueva Guerra Fría
  • Exigimos poner fin a la guerra y al intervencionismo militar de la OTAN, a la militarización del Mediterráneo y a toda acción militar contra los que buscan refugio
  • Por respeto a las generaciones futuras, ¡exigimos la disolución de la OTAN ya!
  • Fuera las bases norteamericanas de nuestro territorio, desde las que se lanzan los ataques ilegales y criminales contra los pueblos de oriente y África.

Por la Paz. ¡OTAN no, Bases Fuera!

Comunicado del Frente Antiimperialista Internacionalista con motivo de la Cumbre de la OTAN

Con ocasión de la Cumbre de la OTAN que se celebrará en Bruselas el día 12 de julio de 2018, diversas organizaciones promueven una campaña internacional contra la creciente ofensiva imperialista de la OTAN. El Frente Antiimperialista Internacionalista se adhiere a esta campaña con la siguiente declaración pública:

La crisis sistémica del capitalismo precisa de la guerra para buscar la solución a sus problemas. La OTAN, principal instrumento de guerra del espacio capitalista euroatlántico, necesita la identificación de un enemigo claro que justifique su accionar en multitud de frentes. La emergencia de China y Rusia como principales competidores en el escenario mundial ha motivado una reorientación estratégica de la OTAN que se expresa en varios sentidos.

La OTAN está presionando a sus miembros para que gasten el 2% de su PIB en presupuesto militar para el 2024. En consecuencia, el presupuesto de defensa en España ha crecido más de un 10% para 2018 (solo en parte debido al afloramiento de inversiones militares ocultas en otras partidas presupuestarias) y se espera duplicarlo para el 2024, mientras se produce una estricta política de recortes del gasto social impuesta por la UE.

La OTAN ha instado a sus miembros a no firmar el Tratado de Naciones Unidas sobre Prohibición de Armas Nucleares. EEUU ha lanzado un programa de 1 billón de dólares para la “modernización” de armas nucleares. La OTAN sigue siendo una alianza armada nuclear, con bombas norteamericanas desplegadas por Europa que están siendo modernizadas a B61-12 como armas ofensivas tácticas, proyectables desde las mismas fronteras rusas, eludiendo el control de los diferentes tratados de desarme. Continúa también el desarrollo del «escudo antimisiles» para neutralizar la posible respuesta de las armas estratégicas rusas a un primer ataque de la OTAN.

La expansión de la OTAN hacia el este viola el compromiso adquirido tras la disolución del Pacto de Varsovia. En 2017 se incorpora Montenegro a la OTAN, a pesar de la aplastante oposición popular dentro del país. La recuperación por Rusia de Crimea, tras el golpe de estado fascista promovido por EEUU y la UE en Ucrania, ha servido de pretexto para estrechar el cerco a Rusia con el despliegue masivo de tropas en Polonia y los Países Bálticos durante 2017 y un intenso programa de ejercicios militares en los que han participado Suecia y Finlandia, países tradicionalmente neutrales. Colombia ha sido incluida como nuevo “socio global” de la OTAN, lo que significa una amenaza contra Venezuela y los movimientos emancipatorios en Latinoamérica.

El programa de Cooperación Estructurada Permanente (PESCO) es la última evidencia de la rápida y peligrosa militarización de la UE como pilar de la OTAN. Inversiones del 20% del gasto militar serán obligatorias para los miembros de la UE que, como es el caso de España, se han comprometido en el. La industria militar, de los pocos sectores que no han sufrido la deslocalización, se ha convertido en uno de los principales motores económicos de la UE, beneficiándose de un programa específico de inversiones. La UE promueve un espacio Schenghen europeo y un programa de inversiones en infraestructuras de transporte que permitan el desplazamiento de las tropas hacia el frente oriental. Otras muestras de la militarización de la sociedad, con la operación Gladio como precedente, son la presencia creciente de tropas en la calle, el adiestramiento militar cada vez más orientado a la lucha antimotines o las oficinas de “información estratégica” de la OTAN y del Parlamento europeo como emisores de propaganda de guerra.

La intervención de la OTAN en Afganistán propició la creación y el aumento de organizaciones terroristas y sus fuerzas de combate asociadas que perduran hasta hoy. La supuesta “guerra contra el terror” viola el derecho internacional y justifica las intervenciones militares disfrazándolas de “humanitarias”. Es el nuevo modus operandi del imperialismo, en el que se sustituye la ocupación militar de los estados por la creación del caos a través de ejércitos mercenarios, la balcanización y la destrucción de toda estructura estatal capaz de resistir al expolio. La “guerra contra el terror” de la OTAN es responsable de la destrucción de Libia y ha provocado el éxodo de millones de personas que tratan de alcanzar territorio europeo cruzando el Mediterráneo en medios precarios mientras se enfrentan a la brutalidad militar de la OTAN y la UE. Las fuerzas especiales y los servicios secretos intervienen impunemente a través de actores interpuestos y ocultando sus prácticas criminales y sus vínculos con los mismos grupos terroristas que acaban actuando en territorio europeo, mientras la industrial militar multiplica sus beneficios con clientes estatales y no estatales fuera de todo control.

El llamado compromiso de la OTAN con la paz y la estabilidad es falso. Las armas nucleares, el gasto militar y el intervencionismo nunca pueden servir a la paz. Su llamada “guerra contra el terror” es responsable de la destrucción de países y de la muerte o exilio de cientos de miles de victimas. Necesitamos una paz verdadera, con justicia social, protección medioambiental, igualdad de acceso a los recursos y refugio para los que huyen de la explotación y la violencia provocadas por la voracidad de la expansión imperialista.

La península ibérica juega un papel crucial en el tablero geoestratégico, como espacio de cruce de los ejes Europa/África y Mediterráneo/Atlántico. Esto explica la presencia de las bases norteamericanas desde 1953, desde las que se han apoyado todas las intervenciones militares en Oriente y África. El posterior ingreso de España en la OTAN, contra la opinión mayoritaria del pueblo español, puso a las fuerzas armadas al servicio del imperialismo, para la «defensa» de occidente. Desde entonces, la OTAN marca la orientación política y los planes de acción militar, siempre bajo la hegemonía de los EEUU. Contrasta la absoluta cesión de soberanía en cuestiones militares frente a lo proclamado en la única Constitución democrática y soberana, la de la Segunda República: “España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional”. Por decencia democrática, por respeto a nuestra soberanía y a la de otros pueblos y naciones, decimos NO a la guerra y exigimos la salida de la OTAN y el cierre inmediato de las bases norteamericanas en nuestro territorio.

Nos negamos a aceptar nuevos aumentos en el gasto de defensa a expensas de los gastos sociales.

Nos oponemos a la política nuclear de la OTAN y a todas las armas nucleares. Exigimos de nuestro gobierno la firma del tratado de prohibición de armas nucleares y trabajar en aras del desarme nuclear.

Rechazamos la expansión de la OTAN como estrategia desestabilizadora y agresiva, llegando ya a Latinoamérica.

Nos oponemos a la creciente militarización de Europa, a todo lo que se llame Política de Defensa Europea y a que la OTAN nos introduzca en una nueva Guerra Fría.

Exigimos poner fin a la guerra y al intervencionismo militar de la OTAN, a la militarización del Mediterráneo y a toda acción militar contra los que buscan refugio.

Por último y por respeto a las generaciones futuras, exigimos la disolución de la OTAN.

Madrid, a 11 de Julio de 2018.


En este enlace se puede acceder a un documento del FAI sobre la historia y el significado de la OTAN

(Descargar COMUNICADO en pdf)

(Descargar CARTEL)

 

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