El Cardenal Ortega, la nueva Iglesia Católica en Cuba
“Así que no los temáis, porque nada hay encubierto que no haya de ser descubierto.” Evangelio según San Mateo, 10,26.)
“ … y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” (Apocalipsis, 21,8.)
Las dos citas expuestas pertenecen a un libro imposible de olvidar porque deja clara una parte importante de la historia de Cuba, y la historia es la enseñanza del presente; el libro es Operación Peter Pan. Un caso de guerra psicológica contra Cuba. Los autores son Ramón Torreira Crespo y José Buajasán Marrawi. En sus páginas se muestra con documentación exhaustiva la posición de la iglesia católica en aquellos días del triunfo popular sobre la dictadura proimperialista. Muestra sus implicaciones en la acción contrarrevolucionaria y su labor de quintacolumnista. Conocer, saber, permite observar con claridad los cambios en la Iglesia cuya organización formaba con Batista un frente antipopular, y tras la revolución llevó a cabo actos criminales como la Operación Peter Pan.
Pero no en vano la revolución, con todas las vicisitudes por las que ha pasado, ha sabido formar una sociedad por la justicia y la igualdad en la libertad patriótica, en la libertad que defiende lo común, y la Iglesia ha ido adquiriendo la cultura del respeto a la democracia y al poder popular. Lo que esta al descubierto es que el carácter de aquella Iglesia Católica se ha quedado atrás y hay una nueva comunión. Fue el paisaje católico de la época derrotada.
El día 26 de Julio fallecía el Cardenal Jaime Ortega, el mayor ejemplo de la Iglesia de hoy; la máxima autoridad de esa nueva Iglesia había sido el gestionador de las visitas de los tres últimos Papas a Cuba, su disposición a la defensa de los Derechos Humanos marcaba también una nueva época en el Vaticano, con su capacidad de diálogo también ayudó al deshielo, parcial, entre el régimen de Obama y el gobierno de la Revolución, aquel período, entre 2014 y 2017, daba alguna esperanza a un mejor entendimiento, aunque por detrás Obama fue el mayor sancionador, multador y perseguidor de empresas y naciones que se querían sumar comercialmente al cambio que se prometía. Aun así el Cardenal Jaime Ortega, esperanzado en el cambio del gobierno imperial, declaró entonces: “El muro de desconfianza que separaba a EEUU y Cuba parecía indestructible. La historia se mantenía parada. Pero nada es imposible.”
No pasó de la elección del nuevo gerente en la oficina del gran capital: Trump era la manifestación de la rabia y el odio de aquellos como Marco Rubio, Pompeo, Abrams, Pence, … que añoraban la vuelta a la dictadura, nada que ver con el espíritu de la Iglesia cubana como manifestaba la autoridad máxima del catolicismo en la isla.
Nadie duda que que los organizadores del terrorismo en Cuba y en el resto de naciones libres, los Trump, Marco Rubio, Pompeo, Abrams, Pence, … al ir contra la Iglesia de la que era máxima autoridad el Cardenal Jaime Ortega, lo que manifiestan es su fracaso político, su incapacidad para el razonamiento, su revolvimiento contra la paz. La Iglesia había progresado, y la autoridad eclesiástica cubana lo ha demostrado. Al sepelio acudieron como muestra de respeto las autoridades cubanas como reconocimiento a su labor y su compromiso social. La historia que se muestra en Operación Peter Pan es la lección de hoy que se manifiesta aprendida, la Iglesia forma parte del conjunto social salido de la Revolución.
9 de Agosto Día Internacional de los Crímenes de EEUU contra la Humanidad.