La doble jaula. El lince
Pánico entre los «progres» y euforia entre los fascistas: el neofascismo gana las elecciones en Italia. Otro más en el suma y sigue del ascenso del fascismo en Europa (y más allá). Es el resultado de décadas de renuncias de la pretendida izquierda, de la derechización constante, del abandono de los intereses de las clases populares y de todo lo que huela a emancipación. Y, sobre todo, de apostar por estar permanentemente dentro de una doble jaula: la UE y la OTAN.
Esta es una primera evaluación, a vuela pluma (expresión castellana que significa que algo se hace de manera improvisada en su mayor parte), pero los resultados son claros: es el hundimiento definitivo de los herederos del eurocomunismo y sus derivas derechistas, es la respuesta política a una crisis impuesta desde fuera (desde EEUU, en estos momentos, por Ucrania y una forma de imponer políticas neoliberales por una plutocracia de Bruselas ciega y sorda) y por ello mucha gente se ha refugiado en lo que aparentemente hacía oposición a todo eso.
Como es una reflexión a vuela pluma, hay que ver ahora cuánto durará este enamoramiento con los neofascistas (a quienes en Italia se refieren como «derecha postfascista», como dice el antaño emblemático diario «Il Manifesto», símbolo de los «progres») ante lo que se avecina: un invierno con racionamiento energético, más inflación, más cierres de empresas y más despidos.
Si hace cuatro años en Italia se apostó por la «antipolítica» del Movimiento Cinco Estrellas, ahora se hace por los neofascistas en un giro mucho más trágico, aunque no es novedad del todo porque entonces también el M5E se alió con los neofascistas. Se les dio mucha chancha entonces y han llegado hasta aquí. Como en el Estado español o en Francia, todo por el poder.
A buen seguro que los neofascistas ni se plantean romper la doble jaula, y en sus discursos sigue el mantra de la «lealtad euroatlántica» aunque han jugado muy inteligentemente la carta de Rusia diciendo, por ejemplo, que las sanciones contra este país están en el origen de la crisis actual.
Las promesas de los neofascistas no se van a poder cumplir debido a la doble jaula en la que se mueve Europa: la pertenencia a la Unión Europea y a la OTAN. Mientras no se rompa esta jaula es imposible cualquier cambio significativo en política económica, social y militar; da igual que lo planteen los neofascistas o la pretendida «izquierda». Solo abriendo un conflicto de gran envergadura con lo que representa la doble jaula será posible. Mientras tanto, no. Ni por asomo.
(Publicado en el blog del autor, el 26 de septiembre de 2022)