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PLAN PARA DERROCAR LA DICTADURA VENEZOLANA “MASTERSTROKE» («GOLPE MAESTRO”)

Reproducimos a continuación la traducción íntegra del «Plan para derrocar la dictadura de Venezuela» (Plan to overthrow the Venezuelan Dictatorship – “Masterstroke”), documento de planeamiento del Almirante Kurt Tidd, recién cesado como Jefe del Comando Sur de los EEUU, en el que se detallan las medidas que, ya en febrero de 2018 (fecha original del documento), se proponían para acabar con la Revolución Bolivariana. Es imposible mostrar con más nitidez la intervención golpista, criminal, contra en derecho a la paz del pueblo venezolano, que los mandos militares de los EEUU, reconociendo la incapacidad de la propia oposición venezolana, deciden poner en marcha para exterminar la soberanía venezolana. Resulta patético el papel de vasallos que se asigna a varios países de la región, asumido por sus élites con entusiasmo, pese a que se exige de ellos aporten el grueso de combatientes.

Y ante estas evidencias, resulta insoportable el indigno, cobarde y lacayo papel que ha jugado el gobierno español que, conociendo todos estos hechos, haya entrado en el juego de reconocer al pelele Guaidó, como un hito en el desencadenamiento de la más brutal ofensiva.

Este documento, clasificado Máximo Secreto, fue revelado por RED VOLTAIRE, el 23 de febrero de 2018.


PLAN PARA DERROCAR LA DICTADURA VENEZOLANA “MASTERSTROKE» («GOLPE MAESTRO”)

COMANDO SUR DE LOS ESTADOS UNIDOS, 28 DE FEBRERO DE 2018

MÁXIMO SECRETO / 20180223

SITUACIÓN ACTUAL

La dictadura chavista venezolana se tambalea a consecuencia de sus continuos problemas internos; hay una gran escasez de alimentos, un agotamiento en las fuentes de divisa externa y una corrupción que campa a sus anchas. El apoyo internacional, ganado con petrodólares, escasea cada vez más, y el poder adquisitivo de su divisa nacional está en constante caída.

Este escenario no se supone que vaya a cambiar, pero los actuales líderes venezolanos, como suelen hacer, en su desesperación por conservar el poder, son capaces de apelar a nuevas medidas populistas que perpetúen su posición de privilegio; el único mecanismo que los sostiene obstinadamente en su lucha por mantener sus posiciones.

El régimen corrupto de Maduro colapsará, pero lamentablemente, las divididas fuerzas de la oposición, legítimas defensoras de la democracia y del bienestar de la gente, no tienen suficiente poder para poner fin a la pesadilla venezolana y despertar a su amada nación hacia un amanecer luminoso, en el cual la visión de la fortuna, la paz verdadera y la tranquilidad predomine entre sus conciudadanos.

Las disputas internas, los gustos particulares supremos, la misma corrupción que la de sus rivales, así como la escasez de enraizamiento, no les garantiza la oportunidad para sacar el máximo partido a esta situación y dar el paso necesario para anular el estado de penuria y precariedad en el cual el grupo de presión, que ejercita la dictadura izquierdista, ha sumergido a la nación. Estamos ante la presencia de una acción criminal sin precedentes en América Latina.

Esto afecta a toda la región, no hay respeto hacia el derecho internacional y las alternativas políticas locales son inaceptables.

La democracia se extiende por América, continente en el que el populismo radical intentó tomar el control. Argentina, Ecuador y Brasil son ejemplos de ello. Este renacimiento de la democracia tiene el apoyo de las más valiosas determinaciones, y las condiciones de la región corren en su favor.

Es el momento para los Estados Unidos de probar, con acciones concretas, que están implicados en ese proceso, en el que derrocar la Dictadura Venezolana supondrá con seguridad un punto de inflexión.

Esta es la primera oportunidad de la Administración Trump de llevar adelante su visión en referencia a la seguridad y la democracia. Mostrar su compromiso activo es crucial, no solo para la administración, sino también para el continente y el mundo.

Ha llegado la hora.

Pasos para acelerar el derrocamiento definitivo del Chavismo y la expulsión de su representante:

Minar el decadente apoyo popular al Gobierno.

Fomentar la insatisfacción popular incrementando la escasez y el encarecimiento de los alimentos, medicinas y otros bienes esenciales para la población. Hacer más horrorosa y dolorosa la escasez de las principales mercancías básicas.

Asegurarle el deterioro irreversible al actual dictador.

Desarrollar acciones para fomentar el egocentrismo y la incontinencia verbal del Dictador, forzándole a caer en errores que generen mayor desconfianza y rechazo a nivel nacional, mientras se continúa minimizando la relevancia internacional de su figura pública.

Sitiarle, para ridiculizarle y mostrarle como símbolo de torpeza e incompetencia. Exponerle como una marioneta de Cuba. Exacerbar la división entre los miembros del grupo de gobierno. Revelar las diferencias entre sus condiciones de vida respecto a la de sus seguidores, y al mismo tiempo incitarles a incrementar esas divergencias. Destacar ejemplos como los de Rafael Ramírez del PDVSA y Nelson Merentes del BCV.

Hacer su gobierno insostenible, forzándole a claudicar, negociar o huir, como han hecho otros colaboradores.

Adoptar medidas para dejar abierta una puerta trasera o de escape, en caso de que finalmente escoja buscar cobijo fuera de su país.

Incrementar la inestabilidad interna hasta un nivel crítico.

Incrementar la infracapitalización del país, la fuga de divisas y el deterioro de su base monetaria, causando la aplicación de nuevas medidas de inflación que aumenten su deterioro y a la vez provoquen que los ciudadanos con menos recursos (los que apoyan a los actuales dirigentes) y aquellos que disfrutan de mejor posición vean su estatus social amenazado o afectado. Estableciendo que el uso del bitcoin, Petro, es un elemento clave en el deterioro de la economía, que es una manipulación anticonstitucional e ilegal de la divisa nacional, utilizable para el blanqueo de dinero.

Obstruir totalmente las importaciones y, al mismo tiempo, desalentar a inversores extranjeros para conseguir hacer más crítica la situación de la población (principalmente en la esfera del petróleo, esencial para cualquier intento de recuperación de la economía nacional).

Apelar a los aliados domésticos y a otras personas insertadas desde el extranjero en el escenario nacional para generar protestas, disturbios e inseguridad, saqueos, robos, asaltos y secuestros de buques y otros medios de transporte, animando a la deserción de este país en crisis a través de los pasos fronterizos y otras vías posibles, comprometiendo de esta manera la Seguridad Nacional de los países fronterizos. Causar víctimas y hacer responsable de ellas al Gobierno. Magnificar, frente al mundo, la crisis humanitaria a la cual se ha sometido al país.

Hacer uso de la corrupción generalizada y de los beneficios originados de sus operaciones con drogas prohibidas, para aniquilar su imagen ante el mundo y ante sus seguidores domésticos.

Promover la fatiga entre los miembros del PSUV, incitando el malestar y la discrepancia entre ellos, para que rompan públicamente con la línea del Gobierno; para que rechacen las medidas y restricciones que también les afectan. Incitar la aparición de facciones políticas internas, que se dividan en su cisma, haciendo que sea tan débil como lo es la oposición. Crear fricciones entre el PSUV y “Somos Venezuela”.

Estructurar un plan para conseguir la deserción en masa de los profesionales más cualificados del país, para “dejarlo totalmente sin profesionales”, lo cual agravará aún más la situación interna, y junto a todo ello culpar siempre al Gobierno.

Usar a los oficiales del ejército como una alternativa de la solución definitiva.

Continuar endureciendo las condiciones dentro de las Fuerzas Armadas para llevar adelante un golpe de estado antes del fin de 2018, si la crisis no hace que la dictadura colapse o que el dictador no decida retirarse.

Continuar prendiendo la mecha en la frontera común con Colombia. Multiplicar el tráfico de gasolina y otros bienes. El movimiento de paramilitares, escaramuzas armadas y tráfico de drogas. Provocar incidentes armados con las fuerzas de seguridad fronterizas venezolanas.

Reclutar paramilitares principalmente en los campos de refugiados en Cúcuta, La Guajira y el norte de Santander, zonas muy pobladas por ciudadanos colombianos que emigraron a Venezuela y ahora han vuelto, huyen del régimen para intensificar las actividades desestabilizadoras en la frontera común entre los dos países. Hacer uso del espacio vacío dejado por las FARC, la beligerancia del ELN y las actividades en la zona del Clan del Golfo.

Preparar la implicación de fuerzas aliadas que apoyen a los oficiales del ejército venezolano, o controlar la crisis interna en el caso de que se retrasen demasiado en tomar la iniciativa.

Establecer una rápida línea de tiempo que evite que el Dictador continúe ganando control del escenario interno. Si es necesario, actuar antes de las elecciones estipuladas para el próximo abril.

Conseguir el apoyo y la cooperación de las autoridades aliadas de países amigos (Brasil, Argentina, Colombia, Panamá y Guyana).

Organizar el aprovisionamiento, el relevo de tropas y el apoyo médico y logístico de Panamá. Hacer un buen uso de las instalaciones de vigilancia electrónica e inteligencia de señales; los hospitales y sus dotaciones desplegadas en Darién, los aeródromos equipados para el Plan Colombia, así como los campos de aterrizaje de las antiguas bases militares de Howard y Albrook, y la perteneciente a “Río Hato”. Adicionalmente, el Centro Regional Humanitario de las Naciones Unidas, diseñado para situaciones de catástrofes y emergencia humanitaria, que tiene un campo de aterrizaje aéreo y sus propios almacenes.

Acelerar el estacionamiento en bases de aviones de combate y helicópteros, transportes acorazados, puestos de inteligencia y unidades de fuerzas especiales y logísticas (policía y procuradores de distrito militares, y prisiones).

Desarrollar la operación militar bajo bandera internacional, patrocinada por la Conferencia de Ejércitos Americanos, bajo la protección de la Organización de Estados Americanos y la supervisión, en el contexto legal y mediático, del Secretario General Luis Almagro. Declarar la necesidad de que el mandato continental sea reforzado para actuar, usando el instrumento de la Carta Democrática Inter-americana, para evitar la ruptura democrática.

Obligar a Brasil, Argentina, Colombia y Panamá a contribuir con un mayor número de tropas, para hacer uso de su proximidad geográfica y experiencia en zonas selváticas. Fortalecer sus condiciones internacionales con la presencia de unidades de combate de los Estados Unidos de América y de los otros países mencionados, bajo el mando de un Estado Mayor General Conjunto liderado por los EE.UU.

Usar las instalaciones del territorio panameño para la retaguardia y las capacidades de Argentina para asegurar los puertos y las posiciones marítimas.

Persuadir a Brasil y Guyana para que hagan uso de la situación migratoria que pretendemos provocar en la frontera con Guyana.

Coordinar el apoyo a Colombia, Brasil, Guyana, Aruba, Curacao, Trinidad y Tobago y otros Estados frente a la afluencia de inmigrantes venezolanos en el evento de la crisis. Promover la participación internacional en este esfuerzo, como parte de la operación multilateral con contribución de los Estados, organizaciones sin ánimo de lucro y organismos internacionales. Suministrar la logística, inteligencia, vigilancia y apoyo al control adecuadas.

Anticipar, especialmente, los puntos más vulnerables de Arauca, Puerto Carreño e Inírida, Maicao, Barranquilla y Sincelejo en Colombia, y Roraima, Manaos y Boa Vista en Brasil.

Estrategia informativa.

Silenciar la presencia simbólica de Chávez (representación de la unidad y el apoyo popular), y por otra parte mantener el acoso al Dictador como único responsable de la crisis en la que ha sumergido a la nación.

Mantener la responsabilidad sobre el Dictador y sus seguidores cercanos, en primer lugar, por la prevaleciente crisis debida a su incapacidad para encontrar una salida a las necesidades de los venezolanos.

Intensificar la denuncia mediática sobre la cubanización de Venezuela.

Intensificar significativamente la denuncia hacia el régimen de Maduro, considerándole:

  • Un criminal
  • Ilegítimo
  • ladrón de la riqueza del pueblo venezolano
  • Alguien que saquea el tesoro nacional para llevar adelante la evasión de éste

Destacar la incompetencia de los mecanismos de integración de Cuba y Venezuela, especialmente el ALBA y PETROCARIBE, para aplacar la situación del país y su incapacidad para encontrar soluciones a los problemas que encaran los ciudadanos.

Incrementar, dentro del país y a través de los medios de comunicación afincados en el extranjero, la diseminación de mensajes diseñados basados en testimonios y publicaciones originadas en el país, haciendo uso de todas capacidades posibles, incluidas las redes sociales.

Exigir, a través de los medios de masas, la necesidad de poner fin a esta situación por su esencia insostenible.

Justificar y asegurar a través de métodos violentos el respaldo internacional al derrocamiento de la dictadura, desplegando una extensa diseminación, dentro del país y hacia el mundo entero, a través de todos los medios abiertos y las capacidades de la guerra psicológica del Ejército de los EE.UU.

Asegurar que las imágenes e informes desclasificados de las acciones militares sean aprobados por el Estado Mayor General para prevenir su manipulación y uso por parte del enemigo.

Los Estados Unidos deberían respaldar completamente a la OEA, fortaleciendo la imagen de la OEA y otras instituciones multilaterales del sistema inter-americano, como instrumentos para la solución de los problemas regionales.

Promover la solicitud de despliegue de una fuerza militar de la ONU para la imposición de la paz, una vez que sea derrotada la dictadura corrupta de Nicolás Maduro.

K. W. TIDD

Almirante, USN

Comandante.

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