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Sopla una brisa agradable. El lince

Termina una historia de amigos y comienza una histeria de enemigos. Acabó la XIV Cumbre de los BRICS con el no tan sorprendente anuncio de que Irán y Argentina han solicitado ser miembros, y comienza la cumbre de la OTAN en la que Rusia y China pasarán formalmente a ser enemigos de Occidente. Unos hacen amigos; otros, histéricos, enemigos. Este es el mundo de hoy, donde la decadencia y caída de Occidente es imparable y la resistencia de los pueblos a dejarse arrastrar en esa caída es notoria.

Y así, mientras tenemos páginas y horas de menciones a la OTAN, encontrar algo referente a los BRICS es como buscar una aguja en un pajar. Así es Occidente: solo importa lo que hace él, los demás son inexistentes salvo para reflejar sus maldades cuando se oponen a Occidente.

Sin embargo en la cumbre de los BRICS hubo dos cosas que llaman poderosamente la atención: India, Sudáfrica y Brasil pidieron una «democratización» de la ONU, especialmente en lo relativo a su Consejo de Seguridad. Ni que decir tiene que Rusia y China son miembros del mismo, y ven con buenos ojos una ampliación del CSONU. Esto es algo que ya se intentó, a nivel teórico, a comienzos de este milenio, pero no cuajó. El que haya países con poder de veto como Francia o Gran Bretaña en el CS y no estén en el mismo países con la potencia social, política y económica como India, Brasil, México, Indonesia o Nigeria, por mencionar solo a unos cuantos países, indica cómo son las resistencias de EEUU, en primer lugar, y de los países occidentales. Estos plantearon que si se produjese una reforma, habría que contar con Alemania y Japón cuando menos, es decir, dos de sus aliados. Una de las formas que tiene Occidente de evitar esta situación es eso de «orden basado en reglas», su orden y sus reglas, porque las que hay, aunque les son favorables, tienen ya muy poco recorrido dada la rebelión de los países que no son occidentales y entonces Occidente dejará de ser predominante.

Pero no solo ha sido esta actitud la que se ha hecho notar en la cumbre de los BRICS. También han pedido la «democratización» del Banco Mundial y del FMI. Que no haya ni siquiera una revisión de las cuotas que paga cada país en función de las nuevas realidades económicas mundiales (donde el famoso G7 es inexistente porque al menos cuatro de sus integrantes -Canadá, Italia, Francia y Gran Bretaña- han sido sobrepasados hace mucho tiempo por otros países en cuanto a poderío económico) pone otra vez en claro cómo Occidente se aferra a lo inexistente para mantener su poder.

Aunque aún pasarán un par de años hasta que la membresía de Irán y Argentina sea un hecho en los BRICS (y ya hay quien anda jugando con el nuevo mombre, BRIICSA) es muy relevante su solicitud de ser miembros porque se produce en unos momentos en los que el reposicionamiento mundial es evidente. Los BRICS todavía están en el proceso de desarrollar normas y criterios para la admisión de nuevos miembros, pero el formato BRICS +, es decir, trabajar con los BRICS pero sin ser parte de ellos, es importante porque indica el atractivo que tienen estos países para expandir la cooperación a todo el Sur Global. No en vano, además de los cinco integrantes, participaron en esta cumbre Argelia, Argentina, Egipto, Indonesia, Irán, Kazajstán, Camboya, Malasia, Senegal, Tailandia, Uzbekistán, Fiji y Etiopía.Es decir, menos de Europa, estuvieron presentes países del resto de continentes.

Si se tiene en cuenta que cada uno de los integrantes de los BRICS forma parte o encabeza una asociación regional (Brasil el Mercosur, Rusia la Unión Económica Euroasiática, India la Asociación de Asia Meridional para la Cooperación Regional, China la Organización de Cooperación de Shanghai y Sudáfrica la Comunidad de Desarrollo de África Meridional) tenemos un potencial de países determinante para el futuro. La prepotencia de Occidente está jugando en su contra, y cada vez más países están apostando por un modelo de relaciones políticas y económicas diferente.

Esto es lo que se ve, pero en paralelo a la historia de amigos y a la histeria de enemigos ha ocurrido un hecho definitivo y que tiene que ver con la «democratización» del BM y del FMI. Que el comercio mundial en dólares decrece, como en el resto de monedas occidentales, y que el dólar cae como moneda de reserva global es conocido, pero lo que no lo es tanto es que debido a ello EEUU está en dificultades. Pues bien, el banco de los bancos, el Banco de Pagos Internacionales, que engloba a los bancos centrales de todo el mundo, acaba de anunciar un acuerdo con el Banco Central de China para la creación de un fondo de liquidez basado en el renminbi-yuan para los países de Asia-Pacífico. En este fondo participan los bancos centrales de Indonesia, Malasia, Singapur y Chile, además de China. Esto va a reforzar, y a acelerar, la aún no oficializada internacionalización del yuan. Y debilita aún más tanto al dólar, sobre todo al dólar, como al euro.

Estamos en lo mismo de antes, el que este paso se haya dado cuando hay una guerra no declarada entre EEUU y su mastín OTAN y Rusia indica que hay mucha vida al margen de Occidente y que en esa vida está soplando otra brisa que ya no es occidental. Y es mucho más agradable.

(Publicado en el blog del autor, el 28 de junio de 2022)

 

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