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Dos veces (o tres) en la misma piedra. El lince

Para terminar con esta trilogía de los BRICS, por el momento, una penúltima reflexión. No se ha valorado suficiente el hecho de que China e India hayan hecho las paces con su problema fronterizo y eso se debe a que cada vez más India es consciente de la toxicidad estadounidense. Rusia utilizó sus buenas relaciones con ambos para ello, pero lo más interesante es cómo Rusia flirtea con los dos a nivel militar: sus aviones más avanzados están participando en una feria armamentística en China y acaba de firmar un mega contrato con India para suministrar a este país 114 aviones de combate de diferentes modelos.

Tampoco se ha valorado la presencia de Nigeria y Argelia como «países socios». Con ellos son ya 6 países productores de petróleo que forman parte de los BRICS, lo que es de suma importancia para comprender la situación de la OPEP y sus decisiones. El hecho de que en la actualidad los países BRICS (los 10 miembros, sin los 13 socios) comercien ya en un 65% en sus propias monedas da un aliciente aún mayor a lo que está pasando, y que tendrá el petróleo como elemento a muy corto plazo.

Esto debería ayudar a entender el por qué el secretario general de la ONU estuvo presente en la cumbre: ya no se pueden poner puertas al campo y hay que comenzar -utilizo esta palabra de forma consciente- a tener en cuenta, por parte de Occidente y sus estructuras, y la ONU es una de ellas, aunque no la puede controlar del todo, no solo la pérdida de hegemonía y no solo en los aspectos políticos y militares, sino también en los económicos.

Lo curioso es que los BRICS no quieren, todavía, romper con Occidente. Es un proceso que socava la hegemonía occidental, sí, pero no lo hace proponiendo otro sistema sino otro tipo de relaciones, eso sí, con reglas muy diferentes a las occidentales.

Ignorar esto es de imbéciles, y eso es Occidente. Un refrán castellano dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Y es cierto. En el caso de Occidente, de forma notoria. Occidente lleva años sin actuar conforme a la razón y por eso no aprende nada de nada, repitiendo errores. Es una ceguera y una locura colectiva que no solo afecta a las dirigencias, sino a las gentes. De ahí el ascenso del fascismo. Hay miedo y ese miedo lo representan los otros que, además, no son blancos.

Pero ese miedo se oculta con cosas tan zafias como lo que se ha dicho y se está diciendo sobre los BRICS: que son un fracaso porque no han sido capaces de crear una moneda alternativa al dólar y son cada uno de su padre y de su madre, o sea, diferentes. Es muy sencillo traducir esto: Occidente ve lo que pasa, pero sigue sonriendo convencido que no hay alternativa al capitalismo occidental. Craso error, como pone de manifiesto la constante bajada de las monedas occidentales en la economía mundial.

Este es el segundo error y, como el primero, es producto de la arrogancia occidental. El primero fue la subestimación de Rusia, su capacidad para adaptarse con rapidez a las famosas «sanciones del infierno» con las que Occidente se frotaba las manos, el no tener en cuenta su tamaño (el país más grande en extensión geográfica del mundo), sus materias primas… y su política de alianzas, herencia de la URSS. Esto se ha visto como nunca en la amplia representación de países que hubo en la cumbre BRICS, aunque aún sigue habiendo por ahí más de un imbécil de los del estercolero mediático que sigue hablando del «aislamiento de Putin».

La cumbre de los BRICS ha demostrado que a pesar de que Occidente sigue empeñado en relanzar una nueva guerra fría para intentar conservar su hegemonía, es en los BRICS donde está el futuro. Porque Occidente no puede ganar una guerra en la que los BRICS son ya más ricos que el fantasmagórico G-7 (35’4% de la economía mundial en el primer caso, 29’6% en el segundo) y, sobre todo, los más poblados (45% de la población mundial en el primer caso, 10% en el segundo).

Con moneda o sin moneda, los BRICS llevan tiempo golpeando la línea de flotación del dominio occidental: el dólar. El dato de ayer, de que el 65% del comercio intraBRICS (sin los 13 nuevos países socios) no es en moneda occidental habla por sí solo. Cierto que aún queda un 35% que sí es en moneda occidental, pero el proceso es irreversible y a muy corto plazo esa cifra se reducirá sustancialmente. Eso pone de relieve lo que son los BRICS: un grupo de países que son capaces de aparcar sus diferencias y contradicciones para no solo crear, sino fortalecer una estructura que permite a sus miembros moverse en el ámbito económico y financiero sin entrar no ya en el universo del dólar, sino de ninguna moneda occidental.

Los cálculos más pesimistas dicen que en los próximos cinco años, o sea, para 2029, el comercio intra BRICS será del 80% en sus propias monedas. Como digo, son cálculos pesimistas si se tiene en cuenta que ahora es del 65%. Pero aún así, el impacto que tendrá, que tiene ya, en el equilibrio financiero global es inmenso. Si 10+13 países logran en un plazo de cinco años no utilizar el dólar ni las monedas occidentales ¿cuánto tiempo creéis que le queda a la hegemonía occidental? Eso suponiendo que en ese tiempo los BRICS no crezcan más.

La ceguera y locura occidental es la que está destrozando a Occidente. La creencia delirante en que es lo único que funciona y todo lo demás es basura (el jardín y la selva) hace que no solo se haya tropezado con Rusia, sino con todo lo demás. Occidente está recibiendo una paliza monumental en el país 404, antes conocido como Ucrania, Rusia le está rompiendo los dientes. Ha perdido su supuesto predicamento moral con el apoyo al genocidio que perpetra el IV Reich sionista, antes conocido como Israel, porque el mundo está viendo que sus «valores» son un inmenso montón de mierda. Y está perdiendo su hegemonía económica.

¿Alguien cree que esto va a cambiar con las elecciones en EEUU? Para nada. Se volverá a tropezar en las mismas piedras y todo el proceso de decadencia se acelerará.

Por cierto, el Proyecto mBridge ha anunciado que seguirá adelante pese a la retirada del Banco de Pagos Internacionales occidental. Es una derrota clara para Occidente, más cuando es ahora China quien va a tener un mayor control sobre el proyecto.

(Publicado en el blog del autor, el 5 de noviembre de 2024)

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