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Un viejo-nuevo chiste. El lince

En la Unión Soviética circulaba un chiste que, resumido, decía que hubo una vez que Churchill llamó por teléfono a Stalin y solo recibió noes como respuesta, aunque hubo un sí. Churchill lo contaba con orgullo, que había arrancado un sí a Stalin. Preguntado cuál había sido ese sí, Churchill dijo: «cuando le pregunté si me estaba oyendo».

Esto mismo es lo que acaba de pasar con la reunión que durante los días 28 y 29 ha mantenido el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, con varios dirigentes chinos, incluido Xi Jinping. Por supuesto que el estercolero mediático occidental lo ha presentado como que el tipejo mafioso estadounidense iba a presentar a los chinos «un ultimátum», especialmente con la postura china en el país 404, antes conocido como Ucrania. Y ese «ultimátum» (los occidentales llevan muy metido el gen colonialista y solo entienden el lenguaje de la fuerza) le ha estallado en la cara. Tanto que se ha tenido que reconocer el fracaso de la visita. En lenguaje diplomático estadounidense «Estados Unidos y China no lograron avanzar en la discusión sobre la crisis ucraniana».

La declaración oficial china, por el contrario, repite esencialmente la posición establecida de China, con la excepción de un giro: «la situación en China y Estados Unidos, así como las relaciones entre China y Estados Unidos, han experimentado grandes cambios». ¿Cuáles son esos grandes cambios? Se resumen en uno: la correlación de fuerzas. Ahora son favorables a China. Esta foto os lo dice todo. Fijaos en las caras.

Así, en la declaración se lee que el deseo de China de establecer relaciones cordiales con todos, también con EEUU, «y la postura de sembrar lo racional, lo bueno, lo eterno no ha cambiado». Esta expresión, «no ha cambiado», se repite ni más ni menos que diez veces en la declaración, por lo que hay que recordar el chiste soviético: Sullivan solo ha recibido noes por respuesta, y el único sí ha sido el de decirle que ya hay grandes cambios que se resumen en uno, y es que China ya no se deja avasallar.

A esto se le añade otra cosa: los intentos occidentales, de EEUU sobre todo, por dividir a China y Rusia son y serán en vano. Esta y no otra razón es por la que Occidente está imponiendo sanciones (ilegales, según el derecho internacional) a China, como el tema de los coches eléctricos o los componentes electrónicos. Todo intentando evitar la confrontación directa, por ahora, pero todo es en vano porque China (y Rusia) responden con contra sanciones, como os comenté en las dos últimas entradas.

Por lo tanto, a medida que el desastre de la OTAN en el país 404 sigue produciéndose, Occidente solo tiene un camino: avanzar hacia la confrontación directa. Ya lo está haciendo con Rusia, y pronto lo veremos con China.

¿Por qué? China no va a cambiar su posición de apoyo a Rusia y continuará con los suministros a gran escala a Rusia y el desarrollo de las relaciones comerciales y financieras. Y después de la aventura de Kursk «China reconoce que no está lista para la segunda conferencia de paz de Ucrania», aunque «seguirá promoviendo la opción de solución de paz», o sea, su solución (junto a Brasil).

Occidente, EEUU en particular, siempre habla de «evitar conflictos y confrontaciones» pero eso implica que son los otros los que para ello tienen que hacer concesiones. Ya no es así. Como dicen los chinos, si Occidente quiere respeto lo primero que tiene que hacer es respetar. Y eso no está en el gen colonial de Occidente.

En realidad, el bofetón que se ha llevado el tipejo mafioso estadounidense será revertido a la vuelta cuando diga, todo pomposo, «fui a China con buenas intenciones, pero las negociaciones con ellos son inútiles; solo queda cargar las armas y castigar a estos inferiores».

Solo que los «inferiores» también saben pegar tiros. Un ejemplo de ayer, cuando el mafioso del ultimátum estaba en China.

Como es lógico, China está en posición de responder a los ataques, y lo hace, por ahora, donde duele: en la economía. Os voy a ahorrar la lectura, que es de pago, y os resumo que una de las biblias del capitalismo dice que «la producción occidental de chips está bajo ataque» (sic) -ignorando quién inició el tema-, que «el control de China sobre el suministro de materiales para la producción de microcircuitos está golpeando las cadenas de suministro y aumentando los temores entre los fabricantes occidentales de chips avanzados y equipos ópticos militares sobre la escasez de materias primas» porque «el 98% de los depósitos de galio del mundo y el 60% de los depósitos de germanio se desarrollan en China», minerales imprescindibles para lo anterior.

Si a eso se añade que el mes pasado China impuso restricciones a la exportación de antimonio, un mineral utilizado en la producción de municiones perforantes, dispositivos de visión nocturna y óptica de precisión, ya me contaréis dónde queda eso de la maravillosa industria armamentística occidental.

Conclusión: «la situación con China es crítica; dependemos de ellos». Y aún así, amenazando y con ultimátums. Son patéticos, los psicópatas occidentales.

Lo dicho, a seguir así, valientes.

(Publicado en el blog del autor, el 29 de agosto de 2024)

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